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Afroamericanos cierran autopista en Chicago en protesta por la violencia

Afroamericanos cierran autopista en Chicago en protesta por la violencia

Miles de personas marcharon por la ciudad estadounidense de Chicago, donde cerraron al tránsito la autopista Dan Ryan, para llamar la atención sobre la ola de violencia que sufre la comunidad afroamericana y la falta de recursos y trabajos que, aseguran, padecen.

La marcha fue liderada por el reverendo Michael Pfleger, pastor de la Iglesia Santa Sabina, en la comunidad afroamericana, quien dijo momentos antes de empezar que se trataba de una "protesta no violenta por la paz".

Al iniciar la marcha, la Policía estatal detuvo a los manifestantes en la calle 76 mientras se negociaba si el estado de Illinois les permitía bloquear los seis carriles de la autopista.

Ahí permanecieron por una tensa hora hasta que la Policía permitió bloquear toda la autopista, cuya jurisdicción corresponde al estado de Illinois.

Ya con el permiso de las autoridades la protesta siguió rumbo norte con cientos de nuevos manifestantes que se fueron sumando a los 2.000 que iniciaron la marcha.

Durante la marcha varios manifestantes escribieron sobre el asfalto de la autopista y alguno de sus puentes los nombres de algunas víctimas de la violencia.

La manifestante Georgina Washington comparó, en declaraciones a medios locales, esta protesta con las que lideró en la ciudad en la década de 1960 el activista Martin Luther King.

James Curry, un manifestante de 62 años, dijo para la comunidad afroamericana de la ciudad es necesario mejorar la educación, pues "ningún niño crece diciendo que quiere ser un gángster".

Muchos manifestantes portaban letreros con consignas que decían "Necesitamos trabajos", "No más drogas" "Salven a nuestros niños" y "Necesitamos mejores escuelas", entre otros.

Pfleger y Jesse Jackson, activista que en su juventud marchó junto a Martin Luther King, dijeron que la protesta debe servir para llamar la atención de los políticos sobre la "inaceptable" violencia que se vive en el sur y oeste de la ciudad, donde están varios barrios afroamericanos.

En lo que va de este año, han muerto 271 personas en Chicago y otras 1.435 resultaron heridas en actos de violencia, especialmente en los citadas zonas de la ciudad.

Al terminar la marcha, que se saldó sin arrestos, el gobernador, el republicano Bruce Rauner, criticó a través de Twitter al alcalde, el demócrata Rahm Emanuel, permitiera que la marcha llegara a la autopista.

"Estoy decepcionado con el alcalde. Hubo un acuerdo en el lugar. Hago un llamado al alcalde para que tome medidas rápidas y decisivas para poner fin a este tipo de caos. Trabajaré con él de buena fe y lo exhortaré a hacer su trabajo para que la gente de Chicago se sienta segura", dijo.

Por su parte, un vocero del regidor dijo a la prensa que el alcalde, quien había dado su apoyo a la protesta, no tenía ningún acuerdo con el gobernador al respecto y aseguró que en la marcha no había supuesto ningún "caos", pues había sido pacífica.