El buque sumergido de origen gallego transportaba a 27 personas de nacionalidad española, peruana, marroquí e indonesia, de las cuales una apareció muerta a bordo de una de las balsas salvavidas en las que se rescató a la tripulación y otra aún se encuentra desaparecida.

Los nueves supervivientes restantes volverán el domingo al puerto de Mar del Plata (400 kilómetros al sur de Buenos Aires) en el pesquero de bandera argentina Beagle I.

Según declaró a Efe el agente marítimo de Pedro Santana S.A., Pablo Canta, el buque hundido operaba desde hace 15 años en Uruguay, "pescaba por el sistema de arrastre principalmente merluza" y utilizaba el puerto de Montevideo para realizar descargas, cambiar tripulaciones y pertrecharse para sus campañas de pesca.

Por su parte, Farruco -una embarcación construida en 2001 de 32,5 metros de largo y 9,2 metros de ancho que también pesca merluzas mediante la misma técnica y cuenta con una tripulación formada por españoles, peruanos, indonesios y senegaleses- solo lleva operando desde febrero de este año en la capital austral.

Farruco había dejado el puerto de Montevideo el pasado 16 de junio para desempeñar sus tareas de pesca y su próxima salida -luego de desembarcar a los rescatados y al cuerpo del fallecido- está prevista para el miércoles próximo, según la Administración Nacional de Puertos (ANP).

No obstante, según explicó Canta, el puerto de ambos buques arrastreros es Vigo.

Se esperaba que tanto el buque argentino como el español llegaran el viernes a sus respectivos puertos, pero algunos problemas de velocidad y meteorológicos complicaron el viaje.

La tripulación del Dorneda fue hallada en la madrugada del miércoles en dos balsas y una lancha de agua tras ser localizada por otro buque pesquero enviado por la Armada Argentina.

Aunque todavía no se confirmaron las razones del hundimiento, el portavoz de la Armada argentina, Enrique Balbi, informó a través del canal argentino Todo Noticias que las investigaciones apuntan a que "habría entrado mucha agua" en la sala de máquinas al recoger las redes de arrastre del pesquero, lo que, sumado a la "mala meteorología", habría generado que dejaran de funcionar los motores. EFE