El sospechoso, que fue capturado en la mañana de este martes por un caso diferente al del asesinato de la concejala, responde al nombre de Alan de Morais Nogueira, y es conocido como "Cachorro Loco". 

La Policía Civil del estado de Río de Janeiro confirmó la detención de Morais Nogueira pero no aclaró aún si está vinculado al homicidio de Franco, que provocó conmoción en Brasil y  protestas de varias organizaciones de defensa de los derechos humanos.

Según O Globo, alias "Cachorro Loco" fue capturado junto con el exbombero Luis Cláudio Ferreira Barbosa, acusados de integrar la cuadrilla de milicianos encabezada por el también expolicía Orlando Oliveira de Araújo, conocido como "Orlando da Curicica".

"Cachorro Loco" y Barbosa también son acusados del homicidio de un policía activo y de otro retirado en la Baixada Fluminense, una zona deprimida de Río de Janeiro que es dominada por las milicias comandadas por Orlando Curicica. 

De acuerdo con O Globo, la información sobre la participación de Nogueira en el crimen de Franco partió del mismo delator que admitió ante la Fiscalía que él estaba en el coche de los asesinos de la concejala. 

Oliveira de Araújo, quien actualmente está preso acusado de comandar en la zona oeste de Río una milicia, como se conoce a los grupos parapoliciales que operan en la ciudad, también es investigado por las autoridades por su presunta vinculación con el crimen de la concejala. 

El abogado de Nogueira negó la implicación de su cliente con milicias y dijo que su defendido "desconoce totalmente el hecho y no sabe ni lo que estaba pasando", según declaraciones citadas por el portal de noticias G1. 

En la noche del pasado 14 de marzo Franco fue asesinada a tiros junto con el conductor del vehículo en el que viajaba, Anderson Gomes, en el centro de Río de Janeiro, cuando salía de un acto político. 

Franco, nacida y criada en la Maré, una de las favelas más pobres de Río, era conocida por sus denuncias contra los excesos de la Policía y sus críticas a la intervención federal en la seguridad de esta ciudad, decretada por el Gobierno en febrero, un mes antes de su muerte, y que puso el control del orden público en manos de los militares. 

La muerte de Franco conmocionó a los brasileños, que casi cuatro meses después de su asesinato siguen exigiendo justicia por su asesinato. EFE