La renuncia que los obispos chilenos ofrecieron a Francisco por los casos de abusos de menores causó conmoción y es un hito en medio del escándalo en torno al sacerdote Fernando Karadima. 

Este 3 de agosto, los 34 obispos que encabezan la Iglesia católica chilena pidieron perdón a las víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros del clero y anunciaron que darán a conocer todas las investigaciones canónicas sobre denuncias de abusos contra menores de edad. Los obispos se comprometieron durante la asamblea extraordinaria en Punta Tralca a avanzar en la reparación de las víctimas de abusos y a elaborar e implementar un "protocolo de buen trato" para fomentar relaciones basadas en el respeto en ambientes parroquiales, comunitarios y educativos.

Hay 158 personas relacionadas con el clero que están siendo indagadas por abusos sexuales que dejan a la Iglesia chilena en una de sus posiciones más delicadas de los últimos años. Buena parte de los investigados tienen dignidades como obispos, curas o diáconos, bien sean integrantes o no de congregaciones. Las autoridades han llevado a cabo hasta el momento un total de 144 investigaciones distintas sobre casos indagados desde el año 2000, aunque hay hechos reportados desde 1960.

Más repercusión que las decenas de investigados tuvieron las 266 víctimas contabilizadas en esas investigaciones, sobre todo, teniendo en cuenta que 178 de ellas eran menores en el momento en que se cometieron las agresiones.

La gran mayoría de las investigaciones fueron ya cerradas con sentencias, absoluciones o archivadas, pero todavía se mantienen abiertos 36 casos que están siendo investigados.

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