El FBI descarta que el accidente de avión en Seattle sea terrorismo
El trabajador de una aerolínea que robó un avión sin permiso en Seattle (EE.UU.) y se estrelló poco después no tenía ningún vínculo con organizaciones terroristas y buscaba suicidarse, confirmó el FBI.
En un mensaje de Twitter, el FBI aseguró que "la información recopilada hasta el momento no sugiere una amenaza terrorista".
El Departamento del alguacil del condado de Pierce ya había informado de esta hipótesis y explicó que las investigadores iniciales sugerían que el hombre, de 29 años, buscaba suicidarse y se había estrellado porque estaba "haciendo acrobacias en el aire o le faltaban habilidades para volar".
El hombre trabajaba para una aerolínea en el aeropuerto internacional Seattle-Tacoma (Washington, EE.UU.) y, el viernes por la noche, robó un avión de la compañía aérea Horizon Air, subsidiaria de Alaska Airlines, despegó sin permiso y se estrelló poco después.
El avión robado y poco después siniestrado, con capacidad para 76 pasajeros, iba vacío.
Poco después del robo, sobre las 20.00 hora local (03.00 del sábado GMT), dos aviones militares caza F-15 persiguieron al avión robado que iba haciendo piruetas en el aire y que se estrelló en la isla Ketron, entre Tacoma y Olympa, indicaron medios locales, que citan testigos.
Según la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha sido informado del incidente y está supervisando la situación desde su club de golf de Bedminster, en Nueva Jersey.
"Las autoridades federales están ayudando con la investigación en curso que está siendo liderada por las autoridades locales. Alabamos el esfuerzo de la respuesta de diferentes agencias en su esfuerzo por una respuesta rápida para proteger la seguridad pública", afirmó Sanders en un comunicado.
El FBI es una de las agencias que está colaborando con las autoridades locales y estatales.
Mientras el suceso se desarrollaba, no se permitió la salida de ningún avión del aeropuerto internacional Seattle-Tacoma, el noveno con mayor actividad en Estados Unidos por el que transitaron 46,9 millones de pasajeros en 2017.