Durante su alocución en el estadio de la población cochabambina de Ivirgazama, Morales señaló que más que un acto político se trató de "una fiesta" para celebrar "todos los récords" desde la independencia del país en 1825.

La marca la conquistó el mates pasado en el que cumplió 12 años, 6 meses y 23 días en el Gobierno, pero no pudo celebrar porque asistió a la investidura del presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez.

Morales superó los 29 años Víctor Paz Estenssoro, quien gobernó el país en cuatro periodos entre 1952 y 1989, al sumar este 14 de agosto 4.587 días desde su toma de posesión el 22 de enero de 2006.

El festejo comenzó en la tarde y se extendió varias horas al son de grupos musicales que dedicaron composiciones alusivas a su candidatura para los comicios del próximo año.

De ganar esos comicios gobernaría hasta 2025, bicentenario de la independencia de Bolivia.

El jefe de Estado aseguró que el tiempo de permanencia en el poder lo consiguió gracias al pueblo "antiimperialista" que, a su juicio, ese pueblo "se va a quedar para siempre".

"Si el pueblo quiere, vamos a continuar (gobernando) con nuestro proceso de Cambio, con nuestra revolución Democrática y Cultural", aseguró.

Además, Morales se refirió a la embajada de los Estados Unidos a la que acusó de "conspirar" y de reunirse con grupos de oposición que se oponen a su reelección.

Las palabras de Morales fueron seguidas por los asistentes que en su mayoría portaban banderas de los colores azul, blanco y negro del gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), wiphalas, enseña que representa a los pueblos indígenas, y algunas tricolores nacionales.

El preludio a la intervención del gobernante también estuvo marcado por breves pero efusivos discursos de líderes sindicales.

Cada uno a su turno destacó algunos rasgos considerados especiales como su acostumbrada forma de iniciar su jornada laboral a las 5.00 de la mañana o la vez que al asumir la presidencia decidió reducirse el salario.

El festejo prosiguió al son de la música del grupo folclórico Kjarkas, uno de los más representativos de Bolivia, y con la mayoría de los asistentes de los graderíos que invadieron el campo del recinto deportivo.