Claves para el Papado de Benedicto XVI
La elección de Joseph Ratzinger como Papa abre muchas interrogantes. ¿Continuará la línea de su predecesor? ¿Optará por ideas más conservadoras? ¿Dará la espalda al tercer mundo y se ocupará sólo de Europa? Primero entrevistado por Emiliano Cotelo y luego en La Tertulia, el sacerdote Luis Carlos Bernal intentó avanzar en algunas respuestas.
(Emitido a las 9.09)
EMILIANO COTELO:
Es el gran tema de discusión por estas horas en buena parte del planeta, y acá también, entre nosotros.
Ayer el cardenal chileno Jorge Arturo Medina Estévez, pasado el mediodía de Uruguay, anunció a Joseph Ratzinger, de origen alemán, como el Papa número 265 en la historia de la Iglesia Católica.
¿Qué consecuencias tendrá esta elección hacia adentro de la Iglesia? ¿Qué puede esperar en particular América Latina de este pontificado?
De estos temas nos vamos a ocupar a continuación con distintos puntos de vista.
En especial recibimos para nuestra entrevista al doctor Luis Carlos Bernal, sacerdote dominico, doctor en Teología, director del Departamento de Ciencias de la Religión en la Universidad Católica del Uruguay, secretario adjunto de la Conferencia Episcopal del Uruguay y asesor doctrinario de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa.
***
Doctor Bernal, la elección de Ratzinger como nuevo papa se produjo en la segunda jornada del cónclave. ¿Cómo interpreta usted una definición tan rápida? Porque en definitiva es rápida en función de los antecedentes.
LUIS CARLOS BERNAL:
En primer lugar quisiera hacer una aclaración: que no estoy como doctor ni como director ni como asesor ni como nada, simplemente como un cristiano, Luis Carlos Bernal.
EC - Está bien, es una precisión que supongo tiene su relevancia.
LCB - Sí, para que no digan "dijo por"; digo lo que pienso.
EC - ¿Cómo debe entenderse entonces que se haya resuelto de manera tan veloz el nombramiento del nuevo Papa?
LCB - Fue veloz y no tan veloz. Nosotros los dominicos también somos una orden democrática y todos los cargos siempre son por elección. Los hay más veloces, los hay a la primera. Este fue a la tercera. Dentro de lo complicado que es el asunto de sustituir a Juan Pablo II, nombrar un nuevo sucesor de Pedro, creo que tuvo bastante rapidez, es decir se pusieron de acuerdo, porque son votos, debe haber mucho diálogo, quizás hubo muchas concesiones; no lo sé. No lo sé ni puedo intuirlo, intuyo eso: que pretendían buscar alguien que aunara supongo pareceres, y por eso salió a la tercera.
EC - Para su pontificado Ratzinger opta por el nombre Benedicto XVI. ¿Qué señal da con esa elección?
LCB - La verdad que no sé. Lo que sé de Benedicto XV, cuyo pontificado fue en la Primera Guerra Mundial, es que se le llamó "el Papa de la paz", el Papa que intentó acoger a todos aquellos castigados por la guerra. Tal vez el nuevo Papa, Benedicto XVI, pretenda, busque, ansíe, establecer paz en este mundo nuestro tan roto y tan dividido en pequeños mundos y submundos.
EC - Benedicto fundó la orden monástica benedictina, justamente, que tiene como una de sus claves la pax.
LCB - Tu te refieres a San Benito, el primer Benito, fundó la Orden Benedictina buscando la paz, desde la contemplación, desde la oración, desde el retiro buscar esa paz. Quizás el papa actual tenga esa inquietud, y quizás sepa también que su nombramiento no era esperado por todos y tal vez por eso, quizás todo es quizás busque establecer esa paz.
EC - Pudo haber elegido como nombre "Juan Pablo III" y sin embargo no lo hizo.
LCB - Me parece mucho mejor.
EC - ¿Por qué?
LCB - Porque por lo menos nominalmente rompe una continuidad, nominalmente. Luego vamos a ver porque todo lo vamos a ver después si conceptualmente, pastoralmente, sigue la misma trayectoria que Juan Pablo II.
EC - Pudo haberlo elegido porque trabajó muy cerca de Juan Pablo II.
LCB - Durante muchos años.
EC - Y alguno pudo pensar entonces que iba a querer marcar esa continuidad.
LCB - Hay una cosa muy importante. Creo que al Papa actual le tocó uno de los servicios más feos que hay en la Iglesia, que es ser prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe.
EC - "Uno de los servicios más feos..."
LCB - Más difíciles y peor vistos, porque evidentemente hay una cierta conexión implícita con algo que también nos achacaron a nosotros dominicos, aquello de la Santa Inquisición. La Congregación de la Fe tiene el servicio difícil, muy difícil de hacer, de ver por dónde anda el Evangelio de Jesús, cómo se lo interpreta. Es una misión de discernimiento basada en un estudio, busca una fidelidad a lo que la Iglesia piensa, a lo que el mundo es; yo desde luego jamás desearía una cosa así, ni tampoco ser inquisidor, desde luego.
EC - Se lo ha llamado, algunos lo han criticado diciéndole "el gran inquisidor".
LCB - Esta mañana mientras escuchaba a Villegas, estaba viendo en Internet y pocas cosas lindas, bonitas he leído acerca de él, sí en algunas páginas web, pero en otras aparece eso que tú decías, el nuevo inquisidor, el gran inquisidor. Es muy difícil, creo, ser prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe; es más fácil estar en otros como Justicia y Paz, etcétera.
EC - Enseguida vamos a volver del perfil de Ratzinger como Papa, pero todo esto venía a cuento del nombre que eligió. Y yo quería hacerle una última pregunta en el terreno de la introducción, que es: el nuevo pontífice no es italiano era una posibilidad, se especuló con ella en los días previos aunque sí es europeo. ¿Qué claves pueden sacarse de ese dato, el de la nacionalidad?
LCB - Es europeo y ha estado mucho en Italia. Europeo, tiene la profundidad, tiene ese cariz que tienen los teólogos alemanes de profundizar. Según dicen, fue un buen profesor. Luego dicen que se pasó a conservador. Pero desde luego es un papa europeo, no es italiano como algunos esperaban. ¿Qué puede marcar eso en el rumbo de la Iglesia? Se me ocurre que puede significar la preocupación que hoy existe creo que con razón en cómo se está viviendo actualmente la fe, la eclesialidad en Europa. Posiblemente haya, hay, una búsqueda de aportar algo nuevo a una situación muy difícil. Estuve hace dos meses en Europa y es absolutamente otra de la que era hace unos años, totalmente distinta. Los interrogantes son enormes, las ambigüedades, las incertidumbres. La vida económica está maravillosamente bien pero a nivel de lo que es vivir, vivir sanamente, plenamente, creo que hay muchos vacíos como esos libros de "La era del vacío" y todas esas cosas que tú conoces.
EC - Varios analistas comentaban esta elección como la búsqueda de un pontificado breve y de transición, por la edad de Ratzinger, 78 años, es imposible que su papado dure veintiséis, como el de Juan Pablo II. ¿Usted comparte esa visión? ¿Se está dando un paso intermedio? ¿Los cardenales resuelven ingresar en una transición?
LCB - Para serte franco, no sé si lo plantean o no porque no estuve.
(risas)
EC - Yo sé que muchas de las preguntas que le estoy haciendo hoy son de muy difícil respuesta; estoy pidiéndole claves de interpretación.
(...)
LCB - Hombre, evidentemente todo el mundo sabe que una persona de su edad no puede vivir muchos años más. Eso puede llevar a una conclusión bastante lógica: que sea de transición, que esté un pocos años, a ver qué pasa luego. Puede ser. Pero fíjate que Juan XXIII era de transición y nos puso en camino a todos hace unos cuantos años. Quiero decir que de transición no es un Papa de segunda categoría, es un sucesor de Pedro como los demás, sólo que tiene su edad.
EC - Volvamos a algo que ya comentamos al pasar. Ratzinger fue uno de los colaboradores más estrechos de Juan Pablo II y era considerado hasta ahora como el número dos de la Iglesia Católica. Es más, algún oyente que nos mandaba su mensaje por correo electrónico hace un rato se preguntaba: ¿nuevo papa? ¿Pero no era el papa últimamente? Aludiendo a que con las limitaciones que Juan Pablo II tenía en sus últimos meses o años de vida por problemas de salud, puede pensarse que quien gobernaba era Ratzinger. Entonces ¿cuánto de continuismo del pontificado de Juan Pablo II puede esperarse con Benedicto XVI?
LCB - Yo estaba leyendo en una página web que algunos decían que en realidad el segundo es el cardenal Sodano, que es el secretario de Estado, pero muchos decían que el segundo fue realmente el cardenal hoy papa Benedicto XVI. Me preguntabas...
EC - ¿Cuánto de continuidad cabe esperar?
LCB - Voy a ser realmente sincero, voy a decir lo que pienso. Hace unas semanas, en Semana Santa, estuve en El Salvador, en San Salvador; participé en los 25 años del asesinato de monseñor Romero, estuve en su casa, y tuve la ocasión de conversar con un íntimo colaborador suyo que dijo lo siguiente: cuando eligieron a monseñor Romero yo no fui a su toma de posesión porque no pensaba como él, porque era un hombre conservador. Y no fue. Y un día saliendo él de la curia se lo encontró y Romero le dijo: por favor, ayúdeme. Quiero decir que en Romero hubo un continuismo, no fue un hombre que cambió. ¿Entonces qué es lo que yo pienso realmente? Si tú me preguntas ¿cambiará o no cambiará? No sé. Lo que sí sé es que cuando una persona está ahora hablo como cristiano, como dije al comienzo abierta al espíritu realmente, cambia, quiera o no. Por otra parte hay otro factor, nuestro actual papa no es un ignorante, ha sido un profesor, un hombre inteligente, ha escrito; si juntamos capacidad de discernir, esa fuerza del espíritu y algo muy importante, es muy distinto ser prefecto de una congregación que está ahí a ser pastor de grandes multitudes...
EC - ¿Cómo marca la diferencia?
LCB - Yo espero que viendo las grandes multitudes, las nuestras por ejemplo, uno cambia, uno piensa otras cosas, uno se abre a otros horizontes. Estoy seguro.
EC - Usted acaba de decir "yo espero que viendo las grandes multitudes Ratzinger cambie". ¿Usted ve con cierta aprehensión, con cierta preocupación, esta designación del nuevo papa?
LCB - ¿Te acuerdas de aquella frase que tantas veces nos repitieron y hemos repetido, de Ortega: "Soy yo y mis circunstancias". Yo he estado pensando desde ayer a hoy en el Papa nuevo que tenemos y en la circunstancia en la que estamos. Yo creo a un Papa no se nombra sólo para que sea papa, sino para que sirva en una circunstancia, y la circunstancia en la que estamos en mi parecer y mis alumnos algunos lo comparten es que estamos viviendo realmente una situación de naufragio. Te digo en qué sentido, si recurro a esta metáfora es por lo siguiente: porque en el naufragio hay dos experiencias fundamentales que son, una de hundimiento, se hunde la cultura, se hunde la sociedad, se hunden las Torres Gemelas, y otra, que es la importante, una búsqueda de equilibrio. Yo lo que quiero hoy es alguien que sea capaz de buscar equilibrios. ¿Equilibrios entre qué? Entre pobreza y riqueza, equilibrio entre justicia y paz, equilibrio entre verdad y mentira, cultura de la verdad y cultura de la mentira.
¿Quién puede pilotear esta situación que es la que vivimos todos, en la que estamos inmersos? Si tú me dices: "¿esto lo podrá hacer nuestro actual pontífice, el Papa Benedicto XVI?". Yo te diría que es mi carta a los Reyes Magos, yo deseo que sea así. Y algunos temen que se olvide de nuestra América Latina.
EC - Era una de las preguntas que me interesaba plantearle un poco más tarde. ¿Qué dice sobre esa inquietud?
LCB - Yo creo que ningún pastor, si es pastor, puede olvidarse de América Latina. Y no puede olvidarse porque en nuestra América Latina hay mucho sufrimiento, pero también mucha esperanza. Yo he pasado en Europa dos meses seguidos ahora y son dos mundos radicalmente distintos, esa historia de que vivimos todos en una aldea global no la creo. Si quieren, una aldea global con muchos barrios, algunos muy desparejos. Entonces creo que sí va a ser sensible a esta realidad nuestra, que va a tener que salir de su pequeño apartamento de la Congregación y va a tener que viajar y escuchar a los obispos que van y vienen. Evidentemente cualquier persona que tiene adentro un poquito de compasión se siente movida a trabajar por eso. Si tú me dices: "¿lo hará?" No sé, pero personalmente, por lo que te dije antes, por ser pastor, porque el espíritu actúa, porque va a ver otros mundos distintos, quizás vea menos libros y tenga que analizar menos libros, pero va a ver rostros y eso es lo que me hace pensar que sí se va a abrir a esta realidad nuestra. Algunos han dicho que era anti Teología de la Liberación...
EC - Ése es todo un tema.
***
EC - Me gustaría seguir profundizando en el perfil de Joseph Ratzinger, el nuevo Papa Benedicto XVI. Hubo una autodefinición muy fuerte y nítida que el propio Ratzinger hizo muy pocas horas antes de ser nombrado Papa, el lunes de mañana en la misa previa al cónclave de los cardenales. Allí hubo definiciones muy tajantes que para muchos confirmaron ese perfil de conservador y hasta fundamentalista. Fíjese lo que dijo en un momento en esa homilía: "Cuántos vientos de doctrina hemos conocido en las últimas décadas, cuántas corrientes ideológicas, cuántas modas de pensamiento". Una misa que por otra parte realizó según los ritos antiguos y oficiada en latín.
Me gustaría que usted desarrollara un poco más este análisis para entrar después al aspecto de la Teología de la Liberación y cómo se planteó Ratzinger frente a ese movimiento.
LCB - Yo creo que lo del latín no tiene mucha importancia, es la lengua en la cual podían entenderse todos ellos, los cardenales. Si me dijera que cada día, el domingo que viene la celebrará en latín, es otra cuestión. Pero que en ese momento fuera así no creo que tenga ninguna relevancia especial con respecto a lo que piensa y como es.
Con respecto a los vientos, a las ambigüedades y todas estas historias que me leías, creo que es verdad, yo al menos estaba hablando hace un instante de que vivimos una situación de naufragio. Si lees ese librito "La era del vacío", uno encuentra que hay muchas ambigüedades de expresión, no todas las palabras significan lo mismo y no todos pensamos lo mismo, lo cual me parece muy bien, pero lo que sí creo es que quizás ese lenguaje, no en mi lenguaje, pero podría decir que en este mundo en el que vivimos estamos cada uno peleando para ubicarnos, cada uno de nosotros es como el pensador de Rodin, estamos así a ver quién soy.
EC - Dijo en esa ocasión: "La pequeña barca del pensamiento de muchos cristianos ha sido agitado con frecuencia por esas ondas, llevada de un extremo al otro, del marxismo al liberalismo, hasta el libertinaje, del colectivismo al individualismo radical, del ateísmo a un vago misticismo religioso, del agnosticismo al sincretismo, etcétera. Cada día nacen nuevas sectas y se cumple lo que dice San Pablo sobre el engaño de los seres humanos, sobre la astucia que tiende a llevar al error". Y fue entonces cuando defendió sus propias posiciones, dijo: "Tener una fe clara, según el credo de la Iglesia, se etiqueta a menudo como fundamentalismo". Estaba como defendiéndose de antemano.
LCB - Yo no creo que él defienda el fundamentalismo, creo lo siguiente a ver si me explico bien y digo lo que pienso: estamos viviendo en un mundo, algunos dicen como has oído mil veces ya, un cambio de época, una época de cambio. Lo cierto y verdadero es que estamos yendo a otra cosa. Lo cierto y verdadero es que estamos pasando de una modernidad, con todo lo bueno que tuvo, que tuvo muchísimo, y con algunas carencias, a una posmodernidad que está por definirse todavía, en su pequeño fragmento. Es una verdad que el mundo está en cambio, es real. Mi abuelo y mi madre eran casi parecidos, casi iguales. Mis sobrinos y yo somos muy distintos, incluso entre ellos lo son. Quiero decir que es verdad que nuestro mundo corre mucho y en algunos lugares ha pasado que la Iglesia no corría a la par de y se quedaba atrás, para mí, creo. En algunos países europeos la Iglesia está atrás. Entonces que es un mundo dinámico, un mundo de cambio de valores, un mundo de cambio de paradigma, un mundo de muchos cambios, viento, que decía él, eso es verdad y lo tenemos que asumir. ¿Quién importa que esté en un mundo así? Alguien que tenga ideas claras, sentimientos de compasión, alguien que sepa pilotear la nave.
EC - ¿Cómo se entiende, en ese contexto, con ese enfoque que usted estaba planteando, la actitud férrea, drástica, que Ratzinger tuvo desde la Congregación para la Doctrina de la Fe hacia los sacerdotes de la Teología de la Liberación?
LCB - Que yo sepa ha habido XXXXX Leonardo Boff, a quien conocí sólo de paso. Yo no creo. Leí un documento que salió de la Congregación sobre la Teología de la Liberación. Evidentemente la Congregación no suprime la Teología de la Liberación. Hoy leía en un diario español que lo primero que se hizo con la Teología de la Liberación fue domesticarla y luego decapitarla.
EC - Otros analistas dicen tengo aquí a José Manuel Vidal, del diario El Mundo: "Ratzinger impuso una rigidez doctrinal total a la vida intelectual de la Iglesia y una dinámica de control a ultranza de los teólogos". Usted es teólogo; ¿sintió esa rigidez? ¿Sintió ese control a ultranza?
LCB - Yo tengo un hermano no de sangre que es fundador de la Teología de la Liberación, que es Gustavo Gutiérrez que desde hace unos meses ya es dominico. Él fundó la Teología de la Liberación y hace muy poquito hizo su profesión en la orden. Y Roma lo sabía. Si realmente se fuera en contra de, yo creo que a Gustavo Gutiérrez le hubieran dicho "no, usted no puede hace una profesión". Gustavo Gutiérrez es una persona de mucha talla y sé que no fue fácil que pudiera encaminarse oficialmente en la orden de predicadores, como dominico. Pero ocurrió.
EC - Y para usted ésa es una señal, ¿de qué?
LCB - Yo estuve en Puebla, en la Conferencia de Puebla, donde quizás más se habló de la Teología de la Liberación. Acerca de la Teología de la Liberación cada cual piensa en ella según su modo de ver las cosas, hay mucha gente que teme que se inmiscuya, que se coloree de marxismo. Yo estoy viviendo en un barrio muy pobrecito, allá lejos, en Camino Maldonado, y uno ve a esta gente así, que apenas puede comer y ¿de dónde voy a hacer yo la teología? ¿Los voy a marginar? No, no puedo hacer eso. Entonces, concluyendo: ni Juan Pablo II fue en contra de, ni que yo sepa el cardenal Ratzinger fue en contra de; sí manifestaron temores, los famosos temores.
EC - Pero hubo sanciones y amonestaciones.
LCB - Por la Teología de la Liberación hubo sanciones a Leonardo Boff, que acabó por salir. Hubo otros...
EC - ...Hans Küng.
LCB - Pero Hans Küng no fue tanto por la Teología de la Liberación, fue por su concepción teológica. Yo espero es otro párrafo más de la carta a los Reyes Magos que cuando nos visite y vea nuestra gente, cómo viven y cómo son, y cómo sufren, entonces espero, deseo, y creo que ocurrirá, que en él se dará lo que se daba en Jesús: él vio la multitud, sintió compasión y tuvo un gesto solidario. Para mí no es un problema; si tú me dijeras que el Papa actual está en contra de la Teología de la Liberación, no, para mí no. ¿Qué pasó entonces en estos casos? No lo sé, no sé qué fue lo que estuvo en lid, en lucha, qué afirmaciones... No lo sé. En otros tiempos hubo otros dominicos a los que también les prohibieron dar clases, Congard por ejemplo, y luego fue uno de los grandes personajes del Vaticano II. Unos cuantos dijeron: "bien, no damos clase, esperemos". No sé si contesté la pregunta. Si no, pregúntame otra vez.
EC - Se nota que en este tipo de cuestiones usted tiene dudas, tiene inquietudes a propósito de lo que implica Ratzinger como Papa, pero prefiere poner el acento por el lado de la esperanza de que esos ribetes más duros, más cortantes, más fundamentalistas como algunos los han tildado, no terminen primando o terminen limándose en él a partir de su propia gestión como Papa, a partir de su propio contacto con la realidad. ¿Lo interpreto bien?
LCB - Me interpretas muy bien. Lo que tengo primero es desconocimiento de su persona, no sé quién es, no estuve con él. Tengo muchas oídas de él, pero todos tratamos de discernir, ¿lo que oímos será verdad? ¿O qué? Estoy en duda. Pero sin embargo como cristiano, no como iluso, creo que desde la situación en que hoy está, que no es de prefecto de la Congregación sino de pastor, creo en su sensibilidad sacerdotal, creo en su inteligencia y creo en su capacidad de sintonizar con las gentes, con los problemas, sobre todo con esta situación difícil que estamos atravesando todos, absolutamente todos.
Ahí hace falta gente lúcida, gente que nos enseñe a caminar. Y termino: el domingo los sacerdotes predicamos el buen pastor y del buen pastor se dice una cosa: "es el que va adelante". Lo que yo quiero es que éste nuestro pastor actual vaya delante de, no atrás. Delante de las situaciones, los conflictos, los problemas, los sufrimientos.
EC - Además hay algunos desafíos internos de la propia Iglesia, muy delicados, que el nuevo Papa tiene por delante. Por mencionar algunos: el sacerdocio femenino, la posición de la Iglesia frente a la homosexualidad, el uso del preservativo en las relaciones sexuales, la fecundación in vitro, los abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes. ¿Cómo imagina usted a Benedicto XVI en estas materias?
***
EC - Se incorporan a esta charla Juan Miguel Petit, Juan Carlos Doyenart y Luciano Álvarez.
Una pregunta para el doctor Bernal que viene desde la audiencia: "Quizás hace ya más de cinco años los libros del sacerdote jesuita nacido en Italia Antoni de Melo aparecieron en las librerías aquí en Uruguay con una carta; era una carta de advertencia del peligro contra la fe que contenían. Para muchos, entre los que me incluyo, el padre De Melo fue nuestro acercamiento a la espiritualidad y particularmente a la Iglesia. Allí encontramos una puerta a la vivencia de la fe en un contenido total de la palabra, una religión para vivirla desde nuestra interioridad más profunda. Esa carta estaba firmada justamente por el entonces cardenal Ratzinger. Entonces, ¿ésa será la actitud que lleve a la unión a través de la fe, ésa será la actitud que lleve a la paz?", pregunta Ruben, del Parque de los Aliados.
LCB - Yo conozco muchas personas que están leyendo los libros de Antoni de Melo y que realmente les están haciendo mucho bien. La advertencia que mencionaban ahí no es tanto en cuanto a la doctrina que él expone, doctrina espiritual, acompañamiento espiritual, si no si no me equivoco, porque puedo equivocarme por la cercanía que hay entre lo que podríamos llamar el mensaje cristiano y la sensibilidad de religiones orientales. Hoy día es un hecho que muchas personas, por ejemplo para orar practican posturas de yoga, etcétera, que no están mal, ¿por qué? Jesús era un oriental, desde luego. Por eso no es una prohibición, es una advertencia para deslindar lo que es una cosa y lo que es otra.
EC - Preguntas de los integrantes de la mesa.
JUAN MIGUEL PETIT:
Preguntas hay una cantidad.
EC - Tú preguntas desde una posición cristiana, católica.
JMP - Sí, yo soy un cristiano, católico; en realidad yo obedezco más al Papa negro de los jesuitas que al del Vaticano. Fue una broma...
LUCIANO ÁLVAREZ:
¡No me pongas en mala situación que yo trabajo con ellos! (risas)
LCB - Y yo también trabajo con ellos.
LA - Nos están colocando en mala situación.
(risas)
EC - Recordemos que el padre Bernal es sacerdote dominico, no jesuita.
(N. de R.: Los participantes de la mesa aluden a la Universidad Católica que es manejada por la Congregación Jesuítica del Uruguay, en la que trabajan Álvarez y Bernal).
LCB - Pero a pesar de ser dominico nos llevamos muy bien.
(risas)
JMP - Yo leí unas cuantas cosas en estos días, además justo estuve de viaje, con lo cual accedía a prensa y debates europeos sobre estas cosas, algo que usted refería recién. Todas unas corrientes nuevas que hay sobre intercambio entre distintas religiones y apertura al mundo que vienen de la mano de la globalización. Una cosa que me surge mitad pregunta y mitad algo que me parece constatar, es el peso que va teniendo la curia romana en el manejo de las cosas de la Iglesia, en eso parece que Ratzinger ha tenido un papel muy importante. La curia romana es una especie de ADEOM del Vaticano, en definitiva una corporación de funcionarios, alejada muchas veces de las iglesias locales. Yo tengo un artículo de la revista Veja, de Jean Carlos Isola, un teólogo experto en temas vaticanos, que plantea: la Iglesia después de 26 años de pontificado necesita una revisión, una reforma. ¿A usted no le parece que da la impresión de que viniendo este Papa actual de este esquema de poca colegialización, de poca apertura hacia los sínodos de los obispos locales, etcétera, esa reforma se va a quedar o anquilosar y en un mundo de cambio que puede ser dramático para la Iglesia?
LCB - Me has hecho dos preguntas, pero te contesto la segunda si quieres. La primera era que en este mundo difícil... sí, creo que estamos en un mundo de fronteras, de frontera entre el bien y el mal, frontera entre la religión y las religiones, fronteras... Caminar por las fronteras es dificilísimo, porque o te caes para allá o te caes para acá, tienes que estar muy firme. La segunda pregunta, creo firmemente que de acuerdo al Vaticano II hay que dar las conferencias episcopales la autonomía que tienen de acuerdo al Vaticano II. Creo que es muy importante, muy necesario descentralizar dentro de lo que la misma Iglesia es, que es cuerpo, con miembros distintos, es muy importante que cada uno, que cada miembro, cada cuerpo, cada grupo, tenga su responsabilidad. Creo que la centralización asfixia, hace mal.
Tu pregunta no era ésta, es, ¿y el papa actual, hará esto, favorecerá esa descentralización, dará a las conferencias episcopales su autonomía, la que ya tienen de acuerdo al Vaticano II, los obispos en sus diócesis, que son sus auténticos pastores, podrán por su cuenta y riesgo conducir su rebaño como ellos piensan? La respuesta no la sé, pero la puedo imaginar. Mi deseo es que realmente descentralice. Cuando quienes se quejan de que se centralizó, yo creo que de hecho sí hubo una cierta centralización, creo que la curia romana a veces ha pesado más que lo que los pastores de una Iglesia sienten, viven, tocan, que es lo más cercano. De eso estoy seguro. Desearía por las razones que antes le di a Emiliano que porque va a ver más mundo, porque va a salir de su pequeño o grande apartamento de la Congregación de la Fe, porque va a tener encuentro con otros obispos, porque va a hablar y porque la gente es sensible y porque capta los problemas, espero y deseo que sí se dé esa descentralización.
LA - Yo quisiera seguir sobre esto. Creo que hay un problema que si bien está muy interconectado es doble, son dos problemas diferentes. Creo que un problema es la Iglesia hacia dentro, mucha gente mira los problemas de la Iglesia hacia dentro cuando no le conciernen, no le va la vida en ellos porque no forma parte de la colectividad. Para los que estamos del lado de adentro la estructura interna de la Iglesia nos preocupa, creo que muchas de las posiciones de Ratzinger son clericalistas, hay una Iglesia clericalista, la fundamentación por la cual se discrimina a la mujer me parece bastante discutible, en fin, todas esas cosas. Pero es un problema que quizás no sea el más importante, no sé. Está el otro problema, que es cómo se relaciona la Iglesia en su conjunto con el mundo, cómo influye sobre el mundo de los no católicos, es decir cómo los católicos influyen en el mundo, y cómo se relacionan las religiones entre sí, las religiones del libro y las no del libro. Me parece que allí hay un desafío que sería interesante ver cómo puede ser percibido por este nuevo papa.
LCB - Sí. ¿Me preguntas?
LA - Es un comentario para pedirte...
LCB - Tú has hablado de dos ámbitos, que son dos ámbitos muy unidos, inseparables, creo que era Aristóteles que decía que el obrar seguía al ser. Si uno era gato obra gatunamente evidentemente. Y si la Iglesia es así obrará de acuerdo a lo que es. Importa mucho lo que el Papa éste o quien sea haga dentro de la comunidad, importa muchísimo, porque luego es la comunidad la que sale a enviar afuera. Entonces sí creo que hay toda una serie de interrogantes que tú has enumerado y que están ahí planteados. ¿Cuándo se abordarán? No sé, pero posiblemente, ojalá, se aborden de una vez, se reflexione en profundidad, se vea todo aquello que diciendo esta palabra que suena tan mal a tanta gente, el dogma, pero hay toda una serie de cuestiones de formas de hacer, de reglamentos, que se pueden revisar.
EC - ¿Y Ratzinger es el hombre para revisarlas?
LA - Yo creo que el carisma de este Papa no está por ese lado. Creo que este Papa va a seguir una línea clericalista, por decirlo de alguna manera.
EC - Algunos de los cambios que te preocupan o que te interesan especialmente.
LA - Me parece que bajar el nivel de clericalismo de la Iglesia es un aporte...
EC - Decodificado, ¿qué significa eso?
LA - Lo voy a decir sencillo: que el poder de las estructuras, desde el cura de parroquia hacia arriba, es muy fuerte, la zanja de poder y toma de decisión que existe entre los clérigos y los laicos es todavía muy grande y no creo que en este período eso se transite. Eso ha desgastado en parte a la Iglesia.
EC - Eso es un punto. ¿Qué otro?
LA - Para mí ése es el asunto, ahí adentro está todo, el celibato sacerdotal, la mujer, etcétera, dentro de ese paquete está todo. ¿Qué es la Iglesia? La Iglesia es ADEOM y nosotros... o es un cuerpo místico, una unidad más allá del discurso aceptado.
JMP - Creo que en esa encrucijada se desprende cómo se resuelve una cantidad de temas que se han ido acumulando y que yo tengo la sensación de que han apartado a la Iglesia de la modernidad y de respuestas modernas para un mundo complejo que es cierto que a veces se desbarranca tecnológicamente, en pérdida de valores, pero que a su vez también la respuesta de no a todo y no existís frente a esos cambios lleva a la desaparición y a la ruptura, las cosas que son muy rígidas se quiebran, las cosas que se mantienen son las flexibles.
LA - Pero yo no me refiero a eso, me refiero esencialmente a que tú estás en una reunión eclesiástica, en una parroquia, en un grupo de reflexión o cualquiera de las modalidades que adoptan los laicos en la Iglesia y la experiencia te indica, en algunas congregaciones más que en otras, que en última instancia quien corta el bacalao es el cura.
JUAN CARLOS DOYENART:
Como fue siempre.
LCB - Voy a defender a los curas, si me permites.
EC - Acá tenemos un cura, a ver qué dice.
LCB - Tú sabes que estamos celebrando ahora en Montevideo el sínodo arquidiocesano. Yo estoy en el círculo sinodal que es de los laicos, donde están Mario Cayota, Patricio Roder, unas cuantas señoras, dos o tres curas y alguna hermana. Y estamos hablando de los laicos, y créeme, hablando desde Uruguay, los laicos acá históricamente han tenido una voz. El resumen que hizo Mario Cayota de la historia del laicado en Uruguay es excelente. Creo que hoy día quizás la tentación de ciertos clérigos, no de todos, es tener al laico ahí, en casa; y lamentablemente a ese solemos decir que es el laico comprometido. Para mí el laico comprometido es el señor empresario de ACDE o de donde sea que en su fábrica, ahí, es cristiano, ahí vive el Evangelio, ahí vive la opción social de la Iglesia. Quiero decir que a Dios gracias y gracias al laicado uruguayo, el laicado uruguayo es distinto.
LA En un país laicista...
LCB - Además. ¿Y cómo es el laicado en España? Pues casi no es, casi todavía está ahí. Si un día habláramos de la historia del laicado, por ejemplo en el ámbito de la liturgia, ha estado siempre fuera de, marginado de, hasta las iglesias reflejan que estaban fuera de, más allá de la reja. Hoy tenemos, a Dios gracias, una visión distinta y que realmente la dio el Concilio y aquí en nuestra pequeña, pobre y chiquita Iglesia la vamos viviendo.
EC - Juan Carlos, tu pregunta viene desde afuera de la Iglesia.
JCD - Me sonreía un poco porque esta discusión que estaba presenciando de gente de Iglesia, es una viejísima discusión, yo estaba fuera de la Iglesia, no soy católico ni creyente, pero no he estado lejos, o sea que esta discusión entre el laicado y la curia es larguísima. Yo pienso lo mismo que el padre Bernal, que ha habido avances, yo diría en los últimos años, de los que yo tengo memoria. Ha habido avances en cuanto al poder del laicado que para Luciano reconozco que como laico de Iglesia falta muchísimo. Pero mi preocupación viene por otro lado. Centrándonos en el nuevo Papa y en las características conocidas, éstos son de los típicos temas que cuanto uno más se informa menos entiende, es clarísimo. Cuanto más me he ido informando de esto más me entro a complicar porque en un principio la tenía muy clara con este señor que ha sido nombrado Papa: esto es la ultraderecha de la Iglesia Católica, e incluso muchos decían "de ninguna manera va a ser nombrado Papa, porque es un fundamentalista extremo y por lo tanto la Iglesia no va a ir a un extremo ni hacia otro".
Son las trampas de las palabras lo de progresista, conservador, ultrarreaccionario, uno empieza a ver que esta personalidad compleja no es tan de derecha como se la pintaba ni tan fundamentalista, que sí tiene algunos antecedentes, algunos hitos por el propio rol que fue puesto por Juan Pablo II a jugar dentro de la Iglesia Católica, que es una especie de comisario político que vigila el apartamiento o no de la doctrina oficial de la Iglesia, es el Santo Oficio, era el director del Santo Oficio...
LCB - De aquello a lo que se le llamaba Santo Oficio.
JCD - Sí, se le cambió el nombre, pero es el Santo Oficio, el viejo Santo Oficio de la Inquisición, era el director de esto. Roles que jugó, algunos libros que escribió, y sobre todo un papel bastante importante que tuvo en contra de algunas teorías que estuvieron alrededor de la Teología de la Liberación, sobre todo las más marxistas. La Teología de la Liberación tuvo un fuerte componente basado en el marxismo y de una fuerte politización. Para ser breve, Juan Pablo II tuvo una política de apertura muy grande y muy importante hacia América Latina y esto vino también a partir de lo que fue una lucha interna que él dio en la Iglesia con respecto al apartamiento que consideraba que se venía generando con la Teología de la Liberación, y a reconocer que la base de la Teología de la Liberación era la pobreza extrema de América Latina, las tremendas desigualdades, que él reconoce, evidencia y se preocupa por ella. Dice "la Iglesia no es más una Iglesia europea", tiene que empezar a darse cuenta de que tiene más creyentes fuera del continente europeo, especialmente en América Latina.
Mi pregunta es: ¿este hombre hoy por hoy no puede significar un papado que vuelva a ubicar a la Iglesia Católica con Europa como centro?
EC Algo de eso ya hablamos con el doctor Bernal.
JCD - Lo digo porque el problema europeo hoy es un problema para la Iglesia Católica, como quizás lo era en la década del 70 América Latina y por eso Juan Pablo II se vuelca hacia ahí. Hoy es Europa y el apartamiento de la Iglesia, de los europeos, de las iglesias cristianas además, porque esto es muy interesante, les está pasando a los protestantes también, a la Iglesia ortodoxa; no puede ser que tengamos un papado corto, pero en seis, ocho, nueve años se pueden generar muchas cosas, pero muy centrado en Europa?
EC - ¿Algo que convenga añadir a lo que ya charlamos sobre ese punto?
LCB - Que realmente Europa está viviendo una situación muy difícil, es muy cierto, y que por la experiencia que yo he vivido por estos meses pasados no se parece casi en nada a lo nuestro, a pesar de la famosa aldea global, que es verdad. Segundo, no tengo motivos para pensar que el papa actual dé la espalda al continente latinoamericano y a otro mucho más preocupante tal vez, África. No creo en absoluto que les dé la espalda y el primer viaje que haga y las primeras visitas que tengamos los obispos de acá, todo eso, y su sensibilidad sacerdotal, porque no tengo por qué dudar de ella, en absoluto...
LA - Yo creo que no solamente el problema de la descristianización de Europa es el eje del problema, creo que como los antiguos romanistas decían, "de Bizancio viene la herejía", creo que la preocupación de la Iglesia es que las ideas que van en contra de principios muy fuertes están surgiendo y están siendo lideradas por los intelectuales europeos.
La otra es por una alusión; cuando yo hacía una descripción del problema del laicado no me ubicaba en una posición, muy por el contrario, más bien soy de los laicos que creen que su función está dentro de la sociedad y no soy un laico comprometido, para nada, estoy en contra personalmente, como opción personal, prefiero ser un testimonio donde estoy y no allí. De modo que no es ésa la posición, sino que traté de describirlo estrictamente como un problema diciendo es un problema, dejémoslo ahí. Me importa más ese otro planteo, hacia dónde va el trabajo de la Iglesia. Es muy interesante observar la elección del nombre, de Benedicto XVI como Benedicto XV.
(En este punto terminó la participación del sacerdote Bernal en La Tertulia, que continuó. Los audios están publicados en la sección respectiva).
------------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn