Serbia, abierta a mejorar relación con Kosovo, pero no a aceptar su soberanía
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, descartó la posibilidad de alcanzar pronto un acuerdo con Kosovo y se mostró dispuesto a mejorar las relaciones con su antigua provincia, pero no a reconocer su independencia, proclamada de forma unilateral en 2008.
En un discurso ante miles de serbios en la dividida ciudad de Mitrovica, en el norte kosovar, Vucic se declaró dispuesto a negociar y mejorar las relaciones, pero aseguró que su Gobierno no tiene previsto reconocer la soberanía de Kosovo, habitado mayoritariamente por albaneses étnicos.
Resaltó que no se está cerca de una solución, con lo que desmintió los rumores de las últimas semanas sobre la posibilidad de un acuerdo que implicara un intercambio territorial entre Serbia y Kosovo basado en criterios étnicos.
"Pero debemos negociar y ordenar nuestras relaciones" con los albanokosovares, dijo Vucic, aunque reconoció su pesimismo sobre la posibilidad de llegar a un pacto ni siquiera en los próximos años.
Afirmó que trabajará para que los 100.000 serbios que siguen viviendo en Kosovo (de una población total de 1,8 millones) tengan más derechos y mejores condiciones de vida y les pidió que no se marchen del territorio, como han hecho, recordó, "cientos de miles" en las últimas tres décadas.
"La idea es preservar nuestro pueblo. La idea es preservar la paz e intentar establecer puentes de confianza con los albaneses, avanzar hacia el acuerdo, incluso cuando sabes que es casi imposible, porque todo lo demás lleva al precipicio y a la catástrofe", agregó.
Vucic manifestó que Serbia ha pagado un "alto precio" por sus errores del pasado, como la agresiva política en la década de 1990 del entonces autoritario líder serbio Slobodan Milosevic.
Entre 1998 y 1999 se produjo un enfrentamiento entre las fuerzas serbias y la guerrilla separatista albanokosovar, que terminó cuando la OTAN atacó Serbia para acabar con lo que consideraba una política de represión de la población albanesa.
Miles de personas se congregaron en el sector serbio de Mitrovica para escuchar los mensajes de Vucic, entre banderas de Serbia y grandes fotografías del presidente.
Vucic inició ayer una visita al norte kosovar, en un momento de alta tensión en las relaciones entre Serbia y Kosovo.
Las autoridades kosovares habían amenazado con prohibir que Vucic fuera el sábado a la estratégica central hidroeléctrica de Gazivode, gestionada por los serbokosovares y reclamada también por Pristina, o incluso vetar su entrada al país.
Pristina impidió hoy la visita de Vucic a una pequeña aldea serbokosovar, debido a la protesta de cientos de albaneses étnicos.
La independencia de Kosovo ha sido reconocida por más de cien países, entre ellos EE.UU. y la mayoría de los socios de la Unión Europea (UE), pero no por Rusia, China o España, entre otros.
Serbia y Kosovo iniciaron en 2013 una negociación bajo la mediación de la UE, que exige que los dos países normalicen su relación como condición para una eventual entrada en el club europeo.
En medio de la tensión de los últimos días, Vucic canceló la reunión que tenía prevista el viernes en Bruselas con su homólogo kosovar, Hashim Thaci.
Aunque inicialmente anunció la suspensión del diálogo con Kosovo, en respuesta a las restricciones de Pristina a su visita al norte, finalmente rectificó y confirmó que continuará el contacto.
Kosovo, por su parte, indicó que había aceptado finalmente la visita de Vucic, debido a las presiones de la UE y de Estados Unidos