"El Ministerio de Defensa tiene más datos irrefutables sobre la tragedia del 17 de septiembre que corroboran la información presentada en la conferencia de prensa", dijo a la prensa local el portavoz de esa cartera, Ígor Konashenkov, quien subrayó que se dirige a los que intentan "malinterpretar o refutar" la versión rusa.

Aseguró que las conclusiones de los militares están basadas "en datos objetivos de control aéreo obtenidos de diversos equipos de radiolocalización en Siria" y también "tienen en cuenta los materiales sobre el incidente ofrecidos por Israel", que envió el jueves una delegación a Moscú para aclarar el caso.

Esta mañana Konashenkov calificó de "falta de profesionalismo" y "negligencia criminal" la actuación de los pilotos israelíes en la zona del siniestro del avión ruso y los volvió a acusar de utilizar el aparato como escudo frente a la defensa antiaérea siria.

Incidió en que Israel no informó del lugar donde iba a realizar sus bombardeos, lo que impidió "sacar el Il-20 a una zona segura" y negó que los aviones israelíes hubieran abandonado el espacio aéreo sirio cuando ocurrió el incidente.

Asimismo, reiteró que para Rusia la culpa en lo ocurrido recae únicamente en Israel, que incurrió en una "clara violación del acuerdo ruso-israelí de 2015 sobre la prevención de incidentes en Siria".

Por su parte, el Ejército israelí, que responsabiliza a Damasco del incidente con el avión ruso, volvió a rechazar hoy las acusaciones de Moscú y defendió la investigación sobre el incidente realizada por sus militares.

Insistió en que sus aviones no se escondieron detrás del aparato ruso y destacó, en un intento de bajar el grado de tensión, que "la seguridad y el bienestar de las tropas rusas que operan en Siria son un componente central en cada aprobación de una actividad militar israelí".EFE