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Calles y estaciones vacías en toda Buenos Aires

Calles y estaciones vacías en toda Buenos Aires

 Las calles más transitadas de Buenos Aires y  las principales ciudades argentinas amanecieron hoy con una inusitada  tranquilidad durante el cuarto paro general que los sindicatos convocan  contra el Gobierno de Mauricio Macri, una medida que se refleja  especialmente en la ausencia de transporte público.

Las estaciones de autobús y tren de los  barrios de Constitución y Retiro de la capital se mantienen hoy  completamente paralizadas, así como todas las líneas de metro y el  metrobús, carril especial para los autocares en varias de las vías de la  ciudad.

También los taxis han reducido sensiblemente su presencia en las calles porteñas.

En los dos aeropuertos más importantes, el de la localidad bonaerense  de Ezeiza y el metropolitano Jorge Newbery, la mayoría de vuelos con  partida o destino en Argentina fueron cancelados.

Si bien el  paro convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) no incluye  movilización, organizaciones de izquierda llevan a cabo diversos cortes  y manifestaciones en lugares como el puente Pueyrredón, una de las  entrada a Buenos Aires, donde ya han aparecido las primeras tensiones  con las fuerzas de seguridad.

Esta huelga, que la principal  central sindical impulsa para manifestar la disconformidad con la  política económica del Ejecutivo, afecta también a los hospitales  públicos, que solo garantizan el servicio de urgencias; las escuelas  públicas y los bancos, que no atenderán en todo el día.

También se ven afectados los servicios de recogida de basuras y la estaciones de servicio.

Además, se adhiere el gremio de camioneros, encabezado por el influyente sindicalista Hugo Moyano.

 No obstante, esta organización fue una de las que este lunes se  sumaron a las movilizaciones impulsadas por la Central de Trabajadores  de la Argentina (CTA) y la CTA-Autónoma -organizaciones que integran  principalmente a empleados del sector público-, que ayer iniciaron un  paro de actividades de 36 horas.

Los gremios protestan contra  los ajustes planteados por el Ejecutivo, que ya negocia en el Congreso  la aprobación de un austero Presupuesto para 2019 en medio de la crisis  que afecta al país por la abrupta devaluación del peso, la alta  inflación, la bajada del poder adquisitivo y la caída de la actividad  económica.

La huelga se da con Macri ausente del país -se  encuentra en Nueva York para participar de la Asamblea General de las  Naciones Unidas- y mientras el Gobierno mantiene conversaciones con el  Fondo Monetario Internacional para renegociar el crédito de 50.000  millones de dólares concedido en junio, muy criticado por las  organizaciones sindicales.

Asimismo, mientras la CGT espera  que haya una adhesión masiva a su iniciativa, el Gobierno reitera que  este no es "un momento oportuno" para hacer un nuevo paro, que estima  tendrá un costo económico de unos 31.600 millones de pesos (847,16  millones de dólares), equivalente al 0,2 % del Producto Interior Bruto.  EFE