Sin embargo, el referéndum no alcanzó el listón mínimo de participación del 50 % mas uno porque solo el 36,87 % de los votantes censados acudieron a las urnas.

En total votaron 661.393 de las 1,8 millones de personas llamadas a las urnas, de las cuales 605.016 votaron a favor del acuerdo, mientras que 37.312, o un 5,64 %, lo hicieron en contra.

El primer ministro macedonio, Zoran Zaev, recalcó que tanto él como su homólogo griego, Alexis Tsipras, siguen comprometidos con la implementación del denominado Acuerdo de Prespa, que prevé que la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) pase a llamarse en un futuro República de Macedonia del Norte.

A pesar del éxito de la abstención, Zaev subrayó que la opinión que debe tenerse en cuenta es la de los que han votado y por ello emplazó a la oposición conservadora a respaldar esta línea cuando llegue el momento de votar la necesaria reforma constitucional en el Parlamento.

Zaev adelantó, sin embargo, que si no lograra reunir la mayoría de dos tercios de la cámara necesaria, convocaría elecciones.

El principal partido de la oposición, la alianza conservadora VMRO-DPMNE, contraria al acuerdo por considerar que viola los intereses nacionales, afirmó que la respuesta de los ciudadanos fue de claro rechazo al boicotear mayoritariamente la consulta y por ello pidió a los diputados tener en cuenta este mensaje.

El Parlamento deberá votar antes de fin de año una enmienda de la Constitución para modificar, entre otras cosas, el nombre del país que figura en la Carta Magna, República de Macedonia.

El término de ARYM ha sido en las últimas décadas una solución provisional hasta que la exrepública yugoslava y Grecia dirimiesen su conflicto.

Grecia se había negado a aceptar la inclusión del término Macedonia en el nombre definitivo por temor a que hubiera pretensiones territoriales sobre una región homónima en el norte de su territorio. EFE