El fallo adverso de La Haya hace que Bolivia vuelva su mirada al Atlántico
La posibilidad de que Bolivia cuente con un acceso soberano al océano Atlántico y de romper la dependencia de los puertos chilenos está en potenciar los enclaves bolivianos en la cuenca Paraguay-Paraná y transformarla en un corredor fluvial de integración, según el experto en comercio exterior Gary Rodríguez.
En una entrevista con el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), planteó hacer que la hidrovía "se convierta en el principal corredor fluvial" de integración del Cono Sur, con apoyo del Gobierno boliviano.
"Esto tendría una connotación geopolítica, geoestratégica y geoeconómica", consideró, puesto que esa hidrovía la comparten Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, además de Bolivia.
Rodríguez planteó ese horizonte ante el "escenario nuevo" que para muchos es de "derrota y frustración", tras conocerse la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
El tribunal de las Naciones Unidas desestimó el lunes pasado la demanda boliviana, al no hallar elementos suficientes para obligar a Chile a negociar un acceso al océano Pacífico a favor de Bolivia, en una sentencia inapelable.
En este contexto, Rodríguez aseguró que un acceso de Bolivia al Atlántico puede permitir el "disminuir la dependencia" boliviana respecto a los puertos chilenos, tener una salida "realmente soberana" al mar y contar con servicios portuarios en su propio territorio.
Bolivia dispone de una franja de 48 kilómetros, en el llamado triángulo Dionisio Foianini, sobre el río Paraguay en la frontera con Brasil, con cuatro enclaves, tres de ellos privados y Puerto Busch, administrado por la Armada de Bolivia.
El presidente del país, Evo Morales, planteó el martes pasado "acelerar" el desarrollo de Puerto Busch tras referirse al fallo del tribunal de La Haya.
El anuncio del jefe de Estado, pese al contexto de su explicación, causó "beneplácito", según Rodríguez.
Morales también se refirió a acelerar la construcción del Corredor Ferroviario Bioceánico, que busca unir el puerto brasileño de Santos con el peruano de Ilo a través de Bolivia, a lo largo de unos 3.755 kilómetros con una inversión cercana a los 14.000 millones de dólares.
A criterio del responsable del IBCE, la salida al Atlántico por Puerto Busch no es una solución ni de corto ni mediano plazo, ya que es todavía un "puerto incipiente" con un pequeño muelle útil para la exportación de hierro en bruto.
"Nuestra sugerencia es que en paralelo, al trabajar Ilo y construir Puerto Busch, potenciemos los tres puertos privados que tenemos", apuntó.
Según el gerente, los puertos Aguirre, Gravetal y Jennifer, este último recientemente certificado como internacional, transportaron el año pasado 1,6 toneladas, de las que 1,1 fueron productos de exportación, que son referente de su potencial.
Rodríguez señaló que la alternativa hacia el Atlántico requiere una inversión de unos 600 millones de dólares, a los que deben sumarse la construcción de una vías de comunicación, entre ellas una ferroviaria.
Al respecto, insistió en señalar que se trata de una respuesta a una "necesidad de romper" con la "grave dependencia y vulnerabilidad" boliviana de los puertos chilenos de Arica, Iquique y Antofagasta.
"Que 3,8 millones de toneladas de carga del comercio exterior boliviano se viabilicen por el Pacífico y a través de estos puertos, definitivamente es algo que hay que solucionar", advirtió.
El responsable empresarial añadió que entre 2013 y 2017 "hubo un total de 62 paros de los puertos chilenos", lo que causó al comercio exterior boliviano un daño económico de 300 millones de dólares.