Jair Kritschke, la tragedia de Brasil y el mensaje de su pueblo ante la corrupción
Entrevistado en Rompkbzas, el fundador del Movimiento Justicia y Derechos Humanos analizó las recientes elecciones y un nuevo momento político preocupante para su país.
Este domingo se cumplió lo que todas las encuestas indicaban: Jair Bolsonaro es el nuevo presidente de Brasil. Fascista, populista, racista, misógino. Esos y otros muchos calificativos le llegaron al nuevo mandatario, lo que hace temer un futuro muy oscuro para ese país y para toda la región.
De todas formas, el análisis no es sencillo. El proceso que llevó a este resultado es largo y demasiado complejo.
"Lamentablemente, los brasileños somos un pueblo muy poco politizado", dijo en Rompkbzas el activista Jair Krischke, a propósito de los resultados de las elecciones en su país. "Entonces, enojados con el PT con los demás partidos, la gente votó así. Es es la tragedia".
El fundador del Movimiento Justicia y Derechos Humanos de Brasil fundamentó que el esquema de corrupción comandado por el PT fue la base de la razón por la que pueblo decidió echarlo de poder. "Ahora empieza un nuevo momento político. No sé qué pasará", admitió.
Krischke se refirió a Bolsonaro como un ex capitán que sólo estuvo en las Fuerzas Armadas por ocho años, con bajísima formación y que, como político, en 28 años como diputados solo promovió dos proyectos de ley.
"El escenario político es preocupante, con un Congreso distribuido en 30 partidos. Eso es inimaginable en cualquier parte del mundo", afirmó.
Todo eso agravado por el hecho de que Bolsonaro no tiene absolutamente ninguna habilidad para poder negociar.
Krischke dijo esperar que la sociedad brasileña empiece a reflexionar sobre lo que sucedió. Sobre todo luego de escuchar las primeras medidas y anuncios de Bolsonaro que, simplemente, alarman.
"Será necesario garantizar un mínimo espacio democrático para discutir las diferencias", afirmó.
El activista reparó en el mensaje que trataron de enviar los brasileños que se abstuvieron o anularon su voto. Eso produjo que Bolsonaro, en realidad, haya sido electo presidente solo con el 39% del apoyo de los ciudadanos aptos para votar.
Krischke concluyó que el Partido de los Trabajadores deberá procesar una necesaria autocrítica y renovación, dejando atrás su clásica postura de soberbia y proceder a una renovación, tomando en cuenta que su campaña estuvo centrada, en realidad, en lograr la libertad de Lula Da Silva.