América Latina bajo presión: el crujir de una grita
El investigador en Historia John Moor y el periodista Darío Klein hablaron sobre cómo queda el mapa político y el geopolítico de América Latina después de las elecciones de Brasil del pasado domingo.
Es natural que cada país de la región esté inmerso en enfrentar sus respectivas problemáticas internas, con sus situaciones extremas como las de Nicaragua y Venezuela y las más estables como Chile y Paraguay. Estos polos, entre los cuales habría matices, comparten agentes o factores como la situación económico financiera y geopolítica mundial que afecta al trabajo, a las monedas, los precios, el consumo y el flujo de comercio, la creciente incidencia del cambio tecnológico, los efectos de las polarizaciones en la política y la sociedad de los países, entre otros.
Con la elección de Brasil y el triunfo de Jair Bolsonaro es indudable que cambia el equilibrio de poder en materia de ejes ideológicos entre populismos progresistas y sus movimientos antagónicos.
Pareciera que la ola electoral en su volatilidad e incertidumbre se está moviendo ahora hacia otro extremo ideológico pero dentro de un populismo al extremo totalmente opuesto del progresista. Alli se ubica Jair Bolsonaro como "rara avis" en América Latina, porque su discurso se alinea más con el de Trump, el de Orban en Hungría, el italiano Salvini, Duterte en Filipinas y el propio Putin, entre otros que con los de Piñera, Macri, o Duque.
En el continente sus similares en lo agresivo y radical del discurso se encuentran en personajes como el extinto Chávez, su sucesor Maduro, Cristina Kirchner, el propio Lula. Esta ola se está moviendo ahora hacia otro extremo y en el medio se formaría una nueva clase de "centro", de derecha predominante sobre la izquierda. No sería el centro de partidos social-democráticos, conservadores o socialistas moderados como lo era hasta hace un tiempo.
Escuche la columna completa: