"Estamos tratando con mucho cuidado esa interpretación de que su elección (de Bolsonaro) representa una vuelta de los militares al poder. Absolutamente no lo es", declaró Villas Boas en una entrevista publicada este domingo por el diario "Folha de S. Paulo".

Villas Boas, quien se reunió con Bolsonaro el pasado martes, aseguró que el Ejército no desea que la "política vuelva a entrar en los cuarteles" y que, "institucionalmente", hay una separación entre Fuerzas Armadas y Gobierno.

"Algunos militares fueron elegidos, otros hacen parte de su equipo, pero institucionalmente hay una separación. Y nosotros estamos trabajando con mucha énfasis para caracterizarla, porque queremos evitar que la política vuelva a entrar en los cuarteles", subrayó Villas Boas.

Sin embargo, el comandante consideró que la indicación de militares para ocupar cargos en "otras áreas" del Gobierno es "positiva" y representa la "vuelta a la normalidad".

Respecto a Bolsonaro, el primer presidente militar electo desde el fin de la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985, Villas Boas opinó que es "mucho más político" que militar.

"La imagen de Bolsonaro como militar es una imagen que viene de fuera. Él salió del Ejército en 1988. Es mucho más un político", expresó el comandante, al referirse al año en el que el presidente electo pasó a la Reserva y dio inicio a su vida política.

Agregó que, a su juicio, las polémicas declaraciones de Bolsonaro contra medios de comunicación e instituciones brasileñas se tratan de una estrategia de "marketing" y que no serán concretadas en su administración, que empezará el 1 de enero.

"No creo que él vaya a materializar eso a punto de amenazar el funcionamiento de las instituciones. El país ha madurado, tiene un sistema de frenos y contrapesos que no permite que esas cosas prosperen al punto de amenazar la eficiencia del proceso democrático", opinó el general.

Villas Boas, quien asumió el comando de las Fuerzas Armadas en febrero de 2015, afirmó además que ha elaborado directrices para basar la conducta de la corporación en medio a la "inestabilidad" que se instauró a partir del juicio político de la expresidenta Dilma Rousseff, destituida en 2016.

"Empezó una inestabilidad y, al mismo tiempo, surgió la demanda creciente por una intervención militar. Intervención militar constitucional, hasta hoy no descubrí como se hace eso", dijo Villas Boas, quien agregó que, debido a la presión, determinó que la actuación de sus comandados sería basada en la "estabilidad", "legalidad" y "legitimidad".

No obstante, el general reconoció que hubo un "episodio" en el que el Ejército estuvo al borde "del límite", en referencia a la declaración que dio hace unos meses respecto al expresidente encarcelado Luiz Inácio Lula da Silva, quien lideraba todas las encuestas de intención de voto y cuya candidatura fue inhabilitada.

En la ocasión, Villas Boas afirmó que el "peor escenario" para Brasil sería la victoria en las elecciones de alguien que estaba cuestionado en la Justicia, lo que generó críticas de algunos sectores de la sociedad y del Partido de los Trabajadores (PT).

"Allí, nosotros conscientemente trabajamos sabiendo que estábamos en el límite. Pero sentimos que la cosa podría escapar a nuestro control si yo no me expresase", recalcó.

Finalmente, Villas Boas consideró que la victoria de Bolsonaro fue "positiva" en el sentido de que liberó cierto "nacionalismo latente" en la población brasileña.

"Quedé con la sensación de que la elección de Bolsonaro liberó una energía, algo de nacionalismo que estaba latente y que no podía ser expresado. Solo podía haber nacionalismo en el Mundial (de fútbol)", remarcó. EFE