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Mapuches: "No necesitamos militarizar un conflicto que requiere una solución política"

Mapuches: "No necesitamos militarizar un conflicto que requiere una solución política"

La muerte de un comunero mapuche a manos de Carabineros de Chile pone nuevamente en el centro del debate la respuesta que ofrece el Estado ante un problema que, dicen expertos, requiere diálogo.

Un video que no existe, un menor de edad torturado, unas versiones que se contradicen, una Policía en entredicho, un Gobierno sin respuestas y, lo peor, un joven llamado Camilo Catrillanca muerto. Lo ocurrido el miércoles 14 de noviembre de 2018 en Ercilla, Novena Región de la Araucanía, en Chile, desató una tormenta que está fuera de control. Durante un operativo por un presunto robo, un grupo de cuatro carabineros disparó al menos cinco veces contra el tractor que conducía Catrillanca, de 24 años. La bala que lo mató ingresó por la nuca, según el reporte del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).

Después todo es confusión. El intendente Luis Mayol aseguró que Catrillanca tenía antecedentes penales, lo que resultó falso. Se dijo que la operación fue realizada por el "Comando Jungla", un grupo entrenado en Colombia para enfrentar la inseguridad en la región donde los mapuches reivindican territorios. Luego, Carabineros dijo que los agentes que dispararon en realidad eran del Grupo de Operaciones Especiales (GOPE), y que no había cámaras que registraran los hechos. Más tarde se supo que sí había al menos una cámara, y que un carabinero destruyó la evidencia en presencia de un menor de 15 años, que acompañaba a Catrillanca y que fue detenido y golpeado por la Policía, según el INDH.

Todo este embrollo generó malestar en la ciudadanía, que exige respuestas. El Gobierno de Sebastián Piñera, en tanto, ha reaccionado de forma confusa. "Hubo una forma de encuadrar los hechos que se fue desmoronando muy rápido, en pocas horas ya se había caído la idea de que esto había sido un enfrentamiento con un peligroso violentista. Y la información que entregaban el Gobierno y la Policía hacía todo más confuso. De hecho aún no se aclara lo que pasó con este joven", explica a DW el doctor en Comunicación Política de la Universidad de Leeds (Reino Unido), Mario Álvarez, quien ha seguido atentamente los hechos.

Desconfianza generalizada

Para Álvarez, buena parte de la desprolijidad a la hora de abordar la muerte de Catrillanca se explica por los escándalos en que se ha visto envuelta la policía militarizada, Carabineros. "Todo esto se da en un contexto de desconfianza generalizada en la Policía, tanto porque su alto mando ha protagonizado casos de corrupción multimillonarios como porque, además, la Justicia ha demostrado cómo la institución mintió en casos anteriores de muertes de activistas mapuches".

De forma similar ve el problema la directora de la Fundación Heinrich Böll para el Cono Sur, Ingrid Wehr. La cientista política alemana dice a DW que es "poco entendible la reacción del Gobierno, porque estamos a pocos meses de uno de los escándalos más grandes de la historia reciente, la llamada 'Operación Huracán' –un montaje policial orquestado para inculpar de asociación ilícita terrorista a ocho comuneros mapuches–, y uno hubiera esperado un poco más de cuidado".

En esta lógica, Álvarez califica la reacción de La Moneda como "bastante incompetente, porque el Gobierno apoyó la versión policial sin cuestionar nada, pese a que el grado de descrédito de la Policía hacía prudente esperar más información. Pero esto es comprensible, puesto que este Gobierno había apostado fuerte a la herramienta represiva con la creación de un comando especial". Para Wehr, hubo "unas declaraciones lamentables de algunas autoridades, como el intendente de la Araucanía (Luis Mayol) diciendo que Catrillanca tenía antecedentes penales, lo que no era cierto. Hubo información falsa, hubo información tardía y hubo información equivocada. No sé si llamarlo mentira, pero de todos modos es una torpeza y una falta de sensibilidad frente a una ciudadanía cada vez más crítica".

El "Comando Jungla"

Sebastián Piñera intentó dar una señal al inicio de su mandato estableciendo el llamado "Comando Jungla". La misión de este grupo es enfrentar a los grupos violentistas presuntamente mapuches que operan en la Araucanía, a los que algunos sectores de la derecha califican de "terroristas". Un paso atrevido, piensa Álvarez. "En términos comunicacionales es complejo lidiar con el pueblo mapuche bajo un marco de referencia militar. La cultura popular chilena está plagada de historias, mitos y personajes que hablan de un pueblo mapuche que jamás fue derrotado ni por el imperio español ni por el Estado de Chile. Creo que cualquier activación de referencias de conflicto contra los mapuches está destinada al fracaso, porque en la cultura popular, el mapuche nunca ha sido derrotado", explica.

Y con respecto a la existencia de un presunto "terrorismo mapuche", el experto de la Universidad de Leeds explica que "las organizaciones terroristas suelen ser muy jerarquizadas y con una burocracia de comunicaciones reconocida. Era el caso de ETA, del FPMR en Chile o del Estado Islámico. Eso aquí no está presente". Para Wehr, en tanto, el terrorismo tiene una definición muy clara: "Necesita grupos armados organizados para aterrorizar a la sociedad. No tenemos nada parecido a eso en la Araucanía, si hasta la Corte Suprema dijo en su fallo del caso Luchsinger-Mackay (donde un matrimonio de ancianos murió calcinado al ser incendiada su casa) que eso no fue un acto terrorista. Hay grupos que usan diferentes métodos de lucha social, hay actos de sabotaje, pero eso no califica como terrorismo".

Por ello, "bajo ninguna circunstancia se justifica el 'Comando Jungla'. Precisamente lo que no necesitamos son tropas que militarizan un conflicto que requiere una solución política. Sería mucho más prudente empezar una discusión seria de autonomía o procesos de descentralización y no meter más dinero en tropas que han reprimido a gente que robó leña en un burro".DW