Mazzaro fue retenido a su llegada al aeropuerto de Barajas, y enviado de nuevo a Argentina en el marco de las medidas que las autoridades españolas están tomando para evitar altercados en el partido de la final de la Libertadores que disputarán River Plata y Boca Juniors el domingo 9 en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

La Policía Nacional española hará un "gran despliegue" de seguridad por el partido, con cerca de 2.000 agentes para el encuentro, que se espera que sea declarado de "alto riesgo".

La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, aprovechó la ocasión para dar la bienvenida este jueves a las aficiones del River Plate y de Boca Juniors e hizo un llamamiento para "erradicar la violencia en el deporte".

"Que gane el mejor, que disfruten con el deporte, y que no haya el más mínimo acto de violencia", aseguró la alcaldesa.

Boca y River jugaron el partido de ida de la final de la Copa Libertadores el pasado 11 de noviembre en la Bombonera, que concluyó con un empate a dos goles.

El sábado 24 de noviembre estaba previsto que se jugase la vuelta de la final, pero el partido fue suspendido después de que el autobús que transportaba a Boca Juniors fuese atacado por simpatizantes de River en las cercanías del estadio Monumental, causando heridas a varios jugadores.

Tras estos sucesos se decidió trasladar el encuentro al Santiago Bernabéu  (Sputnik)