Progresistas piden libertad de Lula y claman por unidad ante el "neofascismo"
Representantes de diferentes partidos progresistas de Europa y Latinoamérica coincidieron hoy en que el encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva es un "símbolo" de la democracia y de la "lucha contra el neoliberalismo", en una conferencia organizada por el Partido de los Trabajadores en Brasil.
Los progresistas alertaron en la conferencia internacional en Sao Paulo que Lula, que purga una condena por corrupción, fue víctima de una persecución política destinada a apartar a la izquierda del poder en Brasil y facilitar la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro en las elecciones presidenciales de octubre.
El eurodiputado por el Partido Comunista de Portugal Joao Pimenta calificó a Lula, encarcelado hace ocho meses por corrupción pasiva y lavado de dinero, como un "preso político", ya que "todo indica que las motivaciones de su prisión fueron políticas".
"Los comunistas portugueses no faltarán a la solidaridad en esa lucha", subrayó.
En la misma línea, el representante del partido izquierdista griego Syriza, Nektarios Bougdanis, expresó a Efe que "Lula es un símbolo de la resistencia al neoliberalismo" y que su encarcelamiento es producto de "un golpe judicial y parlamentario", ya que sus oponentes políticos "no pudieron llevar a cabo un golpe militar".
"Lula y (su sucesora y ahijada política) Dilma (Rousseff) decidieron luchar con todas sus fuerzas contra el neoliberalismo y ese es el precio que tienen que pagar, pero estamos a su lado", declaró Bougdanis.
Los participantes también alertaron sobre "el avance de la extrema derecha" y de una "ola neofascista" en todo el mundo.
Según Pimenta, en el "contexto de la crisis estructural del capitalismo, el mundo cambia muy rápido y en condiciones muy complejas", por lo que el avance de la extrema derecha y del fascismo ya no es "una cuestión local, sino internacional".
El diputado portugués dijo a Efe que la extrema derecha "se viene alimentando y ganando espacio" gracias a un "descontento" social "generalizado" por las medidas adoptadas por Gobiernos "de derechas" que resultaron en la pérdida de derechos y precarización de las condiciones laborales.
En su opinión, a ese "conjunto de situaciones" que "llevan al descontento" dentro de las fronteras nacionales hay que sumar las intensas migraciones a países europeos de refugiados oriundos de África y Asia, que han tenido un "gran impacto" en el Viejo Continente.
"Los flujos migratorios son vistos casi como una amenaza, que es alimentada de forma xenófoba y racista por estas fuerzas de la ultraderecha", expresó.
El eurodiputado aseguró que la ascensión de la extrema derecha es "evidente" en Estados Unidos, "notable" en Europa y "muy visible" en América Latina, como es el caso, a su juicio, de Bolsonaro.
Los ponentes coincidieron en que "la incertidumbre" y "el miedo" de la población son dos factores claves para la ascensión de ideales ultraderechistas, de modo que el "papel de la izquierda" en el futuro será el de "no abandonar la defensa de la democracia en todas sus dimensiones", ya sea en la política, social, económica o civil.
"La izquierda necesita autocrítica, solidaridad y, en el terreno estratégico, unidad", sostuvo el presidente del Frente Amplio de Uruguay, Javier Miranda.
Para plantar cara a los movimientos extremistas, el excanciller brasileño Celso Amorim defendió la creación de una "amplia" coalición democrática que se "mueva un poco" hacia la derecha.
"En este momento, el país exige un frente amplio democrático en la que la línea divisoria tendrá que moverse un poco hacia la derecha, porque, si no, nosotros no vamos a sobrevivir", expresó Amorim.
"Con la elección de fascistas, nosotros, demócratas, tenemos que poner las diferencias de lado", completó la diputada por el Partido Socialista de Portugal Isabel Moreira.
Moreira, para quien "está clarísimo que Lula es un preso político", hizo hincapié en que es necesario "aceptar que los movimientos reaccionarios" tendrán "cada vez más fuerza" y, por eso, la izquierda tiene "que estar lista para ellos".
"El odio se aprende. Aprender a 'desodiar' también es difícil, pero posible", aseguró. EFE