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Empoderar mujer de raza negra es todavía un reto en centenario voto femenino

El empoderamiento del colectivo femenino de raza negra, doblemente discriminado, se reivindicó esta semana en Londres, con motivo del centenario de la aprobación de la ley que permitió a las mujeres votar y ser candidatas al Parlamento británico.

Desde Constance Markievicz, la primera mujer que ganó un escaño en la Cámara de los Comunes en 1918, ha habido 369 parlamentarias en Westminster, de las que el 35 % han sido elegidas por primera vez en los últimos veinte años.

A pesar de que esta tendencia demuestra que se ha avanzado en la sociedad en cuanto a igualdad, las ponentes de un encuentro celebrado en el Braithwaite Halls criticaron que la lucha de las mujeres de raza negra sigue estando obstaculizada por unas expectativas, tanto en el trabajo como en la sociedad, que no se corresponden con la realidad.

"Las mujeres negras siguen enfrentándose a una doble discriminación: una por ser mujer y otra por ser negra, una marginación que es alimentada por los estereotipos", lamentó la escritora y poetisa Careen Latoya en su intervención, en el evento conmemorativo organizado por la asociación Croydon Theatre Cycle.

Según contó a Efe, en algunos sitios, "la gente todavía piensa que tener ese color de piel implica ser "exuberante" o "problemática", porque dan por hecho que no hemos recibido ninguna educación".

Otra de las ponentes, la especialista en Salud Sexual del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), Lucy Zion, apuntó que en algunos trabajos sus compañeros "tenían una idea preconcebida de cómo iba a ser por el simple hecho de ser negra" y, entre otros, le hacían a menudo un gesto castañeando los dedos y poniendo "morritos" como si fuera algo que la definiera.

A lo largo del encuentro, que sirvió de homenaje a las aportaciones de las mujeres de color a lo largo de la historia y a la democracia, se dedicó una mención especial a Diana Abbott, la que se convertiría en la primera representante negra en el Parlamento británico en 1987.

En este sentido, la académica Michelle Asantewa destacó los esfuerzos de algunas iniciativas londinenses como los "Paseos por la historia negra" ("Black History Walks"), que buscan reivindicar el papel del colectivo africano y caribeño en el Reino Unido.

Sin embargo, treinta años después de la elección de Abbot, Latoya ve que los clichés "siguen ahogando los esfuerzos del colectivo femenino por escalar en la jerarquía de poder, y no solo en el ámbito político".

La cuestión aquí, según la poetisa, es: "¿Cuánto tiempo va a llevarnos conseguir completamente la igualdad real? Es cierto que cada vez hay más mujeres ocupando cargos con mayor responsabilidad, pero ¿cuántas negras?".

Esta situación, para Latoya, "es consecuencia de la ignorancia y, en el ámbito laboral, está muy relacionada con quién está al mando de la empresa, pues si esta persona es racista, sexista o ignorante, cualquier mujer que trabaje a su cargo va a estar estereotipada".

No obstante, desde este colectivo femenino, se defendió que la lucha de sus antepasadas no ha sido en vano y creen que las perspectivas de futuro son esperanzadoras.

Entre otras cosas, Latoya señaló "la fortaleza y el coraje de las nuevas generaciones, tanto de hombres como de mujeres, que son capaces de alzar la voz juntos contra las injusticias para defender aquello en lo que creen".

Por su parte, Zion calificó de "muy poderosos" los movimientos feministas como el "Me Too" (Yo también) porque "dan voz a las víctimas que, a pesar de ser eso, además se sienten culpables de haber sufrido asaltos o violaciones y demuestran que las personas están dispuestas a creerlas y apoyarlas".

A la pregunta de qué significa ser feminista hoy en día, Zion reivindicó que es "ser alguien que cree en la igualdad, sin importar si eres hombre o mujer, y en el derecho a ser tratado de la misma manera".

"Es una cuestión de equilibrio", recalcó Latoya. "La lucha feminista no es una lucha contra los hombres, y los movimientos que están culpándoles de forma general, lo que están haciendo es situarles en una situación vulnerable. El verdadero feminismo es aquel que defiende la igualdad de oportunidades", concluyó.