Francia podría ser un escollo para la Constitución europea
De visita en Montevideo para dar clases en la Universidad de la República, la politóloga francesa Renée Fregosi habló del proceso de ratificación de la Constitución europea que, en su país, encuentra dificultades. La oposición de parte de la izquierda junto al apoyo de un debilitado Chirac hacen que no sea claro el resultado de la consulta. Para ella, decir "No" al texto constitucional dejaría "una Europa menos social".
(Emitido a las 9.09)
EMILIANO COTELO:
El domingo la Unión Europea celebró un año de su ampliación a 25 integrantes. En estos últimos meses el grueso de la discusión de los países de la Unión ha estado centrado en el contenido y los alcances de la primera Constitución que regirá al bloque, un tema que hemos abordado varias veces En Perspectiva.
Y precisamente en los próximos días tendrá lugar un hito clave en el camino de la hacia la adopción de esa Constitución. Me refiero al referéndum que se desarrollará en Francia el 29 de mayo, y que determinará si los franceses aprueban ese texto. Un referéndum que en principio viene mal, complicado, contrario a esa carta magna.
Para tratar de entender los alcances de este referéndum consultivo, y también para hacer un balance de los logros de la Unión Europea ahora de 25 miembros, nos acompaña esta mañana la politóloga francesa Renée Fregosi, quien actualmente se desempeña en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Sorbona, en París.
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Doctora Fregosi, usted está en Montevideo invitada a dictar una serie de clases en el Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República.
RENÉE FREGOSI:
Sí, tenemos un acuerdo de cooperación con la Universidad de la República, y estoy dando cursos ya terminé sobre el tema "Populismo y neopopulismo", que es un tema bastante actual.
EC - ¿También en Europa?
RF - Sí, claro. Me gusta mucho hacer estudios comparativos, entonces era un curso sobre Europa y América Latina en ese tema del populismo. En Francia misma tenemos una larga historia de populismo, nacionalismo.
EC - Ya vamos a hablar de eso a lo largo de esta charla que tiene como eje a la Unión Europea, porque estamos exactamente a un año de la incorporación de 10 nuevos miembros. En mayo de 2003 la Unión pasó de 15 a 25 miembros, se agregaron Polonia, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovenia, Eslovaquia, República Checa, Hungría, Chipre y Malta. Todo un shock en aquel momento, o mejor dicho cuando se resolvió que esos países se añadieran. ¿Qué destaca usted como avances alcanzados después de esta ampliación?
RF - A decir verdad, todavía no se siente mucho la ampliación. Era un tema antes la entrada de los nuevos miembros, pero después de un año todavía no se nota mucho, en la vida cotidiana de los antiguos europeos, de los miembros de la antigua Unión, no se nota mucho.
EC - Pero dice un informe de la Comisión Europea: "De hecho no se ha producido ninguno de los escenarios catastróficos que se predecían, como un flujo masivo de inmigrantes e importaciones baratas o alarmas sanitarias por alimentos de mala calidad que vinieran de esos nuevos socios".
RF - Es verdad, para nada, por eso el shock no se nota en la vida cotidiana. Así da la razón a los que estaban a favor de la ampliación. Hay que recordar que de todos modos esa ampliación era en el origen un asunto muy político y casi filosófico, porque era la continuación de la reunificación de la Unión después de la caída del Muro de Berlín, entonces era la idea de reunir, juntar Europa del Este y Europa del Oeste. Eso se hizo y al contrario de lo que decían los populistas, precisamente, sobre todo en Austria, porque tenían mucho miedo de los húngaros, no ocurrió nada brutal.
EC - Hablando en este primer aniversario el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, decía: "Esta ampliación ya contribuyó a consolidar la estabilidad política, económica, la democracia y el respeto de los Derechos Humanos en Europa".
RF - Sí, además en los países que ingresaron no había muchos problemas de Derechos Humanos, por supuesto, porque es un requisito muy importante para entrar, para ingresar a la Unión. Entonces, este problema se plantea mucho más al este, en las antiguas repúblicas soviéticas, por ejemplo, pero todavía no está en el orden del día el ingreso de esos países más lejanos. Entonces claro, podemos decir que está estabilizado, pero ya estaba y fue por eso que ingresaron, porque no había de hecho problemas de Derechos Humanos.
EC - Desde el punto de vista del peso geopolítico de la Unión Europea ahora, al ser más grande, ¿qué cambió?
RF - Ese es realmente el tema de la Unión Europea. Es verdad que en el origen la Unión Europea, como todos saben, era un tema más político, era la paz en Europa, pero los principios políticos siempre se concretizan no por hechos políticos, algo bastante raro, es una paradoja europea, pero creo que de todos los procesos de integración, el Mercosur fue igual. Al inicio hay un requisito político muy fuerte, en Europa era la paz, en América del Sur era la democracia, al inicio del Mercosur era el tema de la democracia entre (el ex presidente argentino, Raúl) Alfonsín y (el ex presidente brasileño, José) Sarney.
Eso fue el inicio, pero de repente, muy rápidamente, lo que se está implantando son acuerdos comerciales. En Europa también, era la paz pero eso se concretizó con la Comunidad del Carbón y el Acero, después el Mercado Común, después la Unión. Entonces reintegrar el tema político siempre es muy difícil, porque las ideas de Europa y de la integración, como acá en el Mercosur, son diversas, dependen de los ámbitos políticos y también en varios partidos hay varios puntos de vista al respecto. Entonces hay dos opciones mayores, pero una opción es la opción liberal, es decir que la reunificación se va a hacer únicamente gracias a los acuerdos económicos en general y comerciales, y otra opción, que sería más política, que piensa que estos acuerdos económicos, que son muy importantes, tienen que estar acompañados por una integración política porque únicamente esa integración política puede permitir avances sociales, una mejor justicia social, acuerdos respecto de la fiscalidad, de los derechos de los trabajadores, etcétera.
EC - ¿En qué punto se encuentra Europa?
RF - Había una suerte de acuerdo mayoritario entre los socialdemócratas y los democristianos para armar esa Europa a la vez económica y política. Hoy estamos en una encrucijada, hay una crisis respecto de la naturaleza de la Europa de hoy, entonces en cierta manera se rompió el acuerdo entre los democristianos y la socialdemocracia. Y por supuesto, en todos los períodos de crisis surge el populismo, es el mantillo del populismo, la crisis de transformación, como decía el viejo (politólogo Gino) Germani que en eso tenía razón. Ahora vuelve nuevamente la perspectiva revolucionaria.
EC - ¿Revolucionaria?
RF - Sí, de una cierta manera, porque la lógica de la acción, de las propuestas, es una lógica que va combatiendo a la socialdemocracia. La socialdemocracia es implementar instituciones para armar negociaciones para avances sociales, esa es la filosofía socialdemócrata, entonces vincular la economía, el mercado libre, por supuesto, pero regulado, gracias a instituciones que permiten las negociaciones entre los actores sociales. Pero hoy la socialdemocracia no se puede implementar más a nivel de los Estados naciones, porque precisamente, el capitalismo hoy es un capitalismo totalmente trasnacional y para agarrarlo y armar negociaciones con algo un poco abstracto, los mercados financieros que van a través del mundo, tenemos que armar instituciones nuevas supranacionales.
EC - De esto hablaba seguramente el canciller alemán, Gerhard Schröder, cuando dijo: "La ampliación beneficia a todos, mejora las posibilidades de defender el modelo social europeo en la era de la globalización".
RF - Sí, precisamente, este modelo social europeo es de hecho el modelo socialdemócrata pero elevado al nivel de Europa, al nivel superior de integración. Pero hay mucha gente en la izquierda, en la izquierda radical, que no acepta ese modelo socialdemócrata, entonces está planteando de una manera subterránea una nueva ideología revolucionaria a nivel mundial, entonces está metida en el altermundialismo, pero de hecho no tiene un verdadero proyecto revolucionario porque hoy precisamente, como los Estados Naciones no están en capacidad de dominar, de conducir el capitalismo, no hay más Palacio de Invierno, entonces ¿qué puede ser la revolución sin la conquista del Palacio de Invierno? Están desarmados, pero sin embargo molestan.
EC - ¿A quiénes alude usted concretamente?
RF - En Francia hay varios movimientos, por ejemplo trotskistas, que están en partidos bien identificados, pero también que están muy activos en el movimiento Attack, el altermundialismo. Lo más grave es que es una ideología difusa que en cierta manera está acá tenemos que hacer una suerte de psicoanálisis del mundo político; es mi juicio, mi análisis, aun en la izquierda socialista en Francia hay una suerte de nostalgia de ese pensamiento revolucionario, por eso creo que en el Partido Socialista hay una minoría pero una minoría importante y muy activa que está a favor del No al tratado constitucional. Todo se mezcla, es totalmente absurdo.
EC - Pero no son sólo esos sectores los que están impulsando el No. Hay una gran variedad de posiciones políticas impulsando el No, por lo menos dentro de Francia, desde la extrema izquierda hasta la ultraderecha, pasando por conservadores soberanistas y algunos integrantes del Partido Socialista incluso, que usted ha mencionado.
RF - Por supuesto, esa es la característica del populismo, juntar a izquierda y derecha, gente de izquierda y gente de derecha. Populismo precisamente porque estamos en un período de crisis, entonces la gente está despistada y algunos que vienen de la izquierda piensan que es una solución romper con el camino progresista, paso a paso, el camino de la socialdemocracia, que todo puede cambiar. Es otra vez esa nostalgia de la tabla rasa, pero es totalmente absurdo en este tema de la Constitución.
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[Novena de Beethoven]
EC Está sonando el himno de Europa, la Oda a la alegría, de la Novena Sinfonía de Beethoven, elegida como himno oficial de la Unión Europea en el año 1985.
¿Cómo le suena? ¿Qué connotaciones le trae?
RF - Para mí siempre es un gran placer escuchar y cantar este himno, porque para mí es realmente el humanismo europeo que está representado por este canto, esta música.
EC - Vayamos al asunto al que llegaba naturalmente usted en algunas de las respuestas anteriores, el segundo tema que queríamos abordar esta mañana, que es la Constitución. En los próximos días va a tener lugar un evento muy importante para el futuro de Europa, la celebración de un referéndum en Francia que le preguntará a los franceses si "aprueban el proyecto de ley que autoriza la ratificación del tratado que establece una Constitución para Europa". ¿Por qué es tan importante ese referéndum?
RF - Sin demasiado orgullo, pero en verdad Francia fue uno de los países fundadores de Europa, entonces todavía, pese a que ahora somos 25, la opinión de Francia en un tema tan importante como el tratado constitucional pesa. Por eso es verdad que la campaña por el No en Francia fue muy fuerte y los amigos europeos están un poco asustados.
EC - Porque las encuestas han venido marcando hasta ahora, hasta estos días, el predominio del No.
RF - Sí, hasta el último sondeo que yo vi hace dos días, que parecía siempre tenemos que ser prudentes con los sondeos se estaba ingresando en la ganancia. Pero los últimos datos son de sondeos que, con mucha incertidumbre, daban 52 a favor del Sí. Eso de todos modos está bien porque por fin se instala un debate alrededor del tema no únicamente de la Constitución, pero de la finalidad de la Unión Europea.
EC - Eso es lo que está en juego en definitiva, no es estrictamente el texto de la Constitución.
RF - Ambas cosas, pero como siempre, un referéndum plantea una pregunta pero de cierta manera hay varias respuestas.
EC - Recordemos que la Constitución sustituirá todos los tratados de la Unión Europea y se supone que va a hacer más fáciles las decisiones en esta Unión ampliada.
RF - Sí. Los tres puntos positivos de la Constitución, del tratado constitucional, no es una Constitución por supuesto. Mucha gente hace juegos de palabras alrededor de la palabra Constitución; claro que no es una Constitución porque no tenemos un Estado, Europa no es un Estado entonces no es una Constitución, pero es un tratado constitucional que plantea principios muy fuertes para el funcionamiento y los principios éticos de la Unión Europea.
En primer lugar los principios de los Derechos Humanos en particular están ahora metidos dentro del texto fundador de la institución europea, es un punto quizás simbólico pero importante.
El segundo punto es el término de economía social de mercado, es decir el principio de la Unión Europea no es estrictamente una economía liberal sino una economía liberal regulada y con una perspectiva de justicia social. Y tercer punto, hay mecanismos de funcionamiento que dan más poderes al Parlamento Europeo y que simplifican un poco pese a que todavía es bastante complicado las decisiones de la Unión.
EC - Usted avanzaba en algunos de los factores que sin duda estaban incidiendo en esa tendencia fuerte al No que se percibía en Francia. Pero no son los únicos, también están jugando cuestiones internas, de la política interna francesa, y en particular el hecho de que el presidente Jacques Chirac se haya comprometido tan fuertemente con el Sí parece que por lo menos hasta ahora ha propiciado votos en contra. Hay disconformidad con resultados del gobierno encabezado por Chirac, por ejemplo, por mencionar un caso en materia económica.
RF - Por supuesto, siempre, quizás sobre todo en Francia, los referéndum llevan consigo varias preguntas y contestaciones del poder que está planteando esta consulta.
EC - Veía un despacho que sintetiza la situación de esta manera: "El malestar, la rabia, la falta de trabajo para los jóvenes y la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores generaron un bloque de izquierda que dio alas a la protesta que encontró en el No un punto de fusión".
RF - Sí. Entonces respecto de este No que de hecho viene de la extrema izquierda como de una parte de la derecha y de la extrema derecha, del nacionalpopulismo, de Lepen, del Frente Nacional, pero de hecho el No, la postura de la izquierda diciendo No es totalmente absurda precisamente, para retomar el tema de la tabla rasa, porque si el No gana no va a ser la tabla rasa, vamos a quedar en el estado actual de la Unión, es decir el Tratado de Niza, que no era un buen tratado en la opinión general. Entonces decir No es negar un avance notable en el ámbito de los principios, del funcionamiento democrático, de la afirmación, de la necesidad de justicia social y todo eso, para quedarnos en la situación anterior. Por eso es totalmente absurdo decir No en nombre de una Europa más social, porque no vamos a tener una Europa más social sino menos social. Eso es un poco una locura de la parte de la izquierda que dice No.
EC - Esa es una parte del debate.
RF - Sí.
EC - Supongo que usted iba a ir a las otras, a los otros argumentos.
RF - Pero el problema es que de todos modos optar por un referéndum no es era obligatorio este referéndum en Francia es optar por una lógica populista, pues es una democracia referendaria que postula el populismo.
EC - ¿Usted dice que pudo haberse resuelto de otra manera esto?
RF - Claro, en la Constitución francesa es posible implementar un referéndum o un voto mayoritario del Congreso, es decir las dos asambleas.
EC - Y se optó por el referéndum.
RF - Sí, fue la opción del presidente Chirac. Infelizmente varias veces que ha optado por una elección fracasó; espero que esta vez no fracase, quizás precisamente porque esta vez una parte de la izquierda francesa va a votar a favor del Sí pese a que algunos van a votar por el No.
EC - ¿Qué pasa si el resultado es No? ¿Qué pasa con Francia en la Unión Europea? Porque puede llegar a ocurrir que los demás países sí continúen ratificando la nueva Constitución.
RF - De todos modos sería un debilitamiento de Francia sobre la escena europea, eso es seguro. Si hay un país que no vota la Constitución, sobre todo un país importante como Francia, claro que el tratado constitucional no se va a implementar, y eso es un retroceso hacia el tratado de Niza, es un retroceso respecto de la democracia y de la justicia social.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Alexandra Hahn