(Emitido a las 8.23)

EMILIANO COTELO:
El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, presentó renuncia a su cargo acosado por las protestas populares y la crisis política en medio de esa definición incierta del tema de los hidrocarburos y también de las autonomías regionales. Mesa comunicó su renuncia anoche en un mensaje por televisión después de otra jornada de intensas movilizaciones callejeras en La Paz y bloqueo de carreteras y caminos en varias provincias. "Hasta aquí puedo llegar", dijo el presidente en su mensaje, advirtiendo que Bolivia se acerca a un punto en el que nadie está dispuesto a escuchar al otro y unos pocos son los que imponen sus ideas a la mayoría.

El Congreso debe reunirse hoy para considerar la renuncia y designar eventualmente a quien habrá de reemplazarlo.

Ya estamos en comunicación con la ciudad de La Paz. Vamos a dialogar con el analista Roberto Laserna, con quien ya hemos conversado en otras oportunidades; hoy quizás en el día más crítico de esta serie de comunicaciones.

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Laserna, ¿cómo es la situación en este momento en Bolivia? ¿Cuál es la situación en las calles? Porque durante todos estos días hemos visto la serie de bloqueos, la información a propósito de desabastecimiento en algunos puntos del país. ¿La renuncia de Mesa permitió de alguna manera descomprimir en estas primeras horas ese panorama?

ROBERTO LASERNA:
Sí, ha aliviado un poco la tensión, las presiones. Sin embargo la primera respuesta de la mayor parte de los dirigentes sociales ha sido poca credulidad en lo que el presidente había manifestado. La mayor parte de ellos ha insistido en que continuará con las medidas, con bloqueos y con los paros y que no va a cambiar hasta no tener más claridad en la respuesta que vaya a dar el Congreso. No solamente porque le creen muy poco al presidente, sino también porque no tienen confianza en lo que puedan hacer el presidente del Senado o el presidente de la Cámara de Diputados.

En ese sentido se ha aliviado en parte la tensión, se ha dado viabilidad a una sucesión constitucional, pero la mayor parte de los sectores movilizados que están en distintas áreas del país pero sobre todo en los alrededores de La Paz y en el altiplano, va a insistir seguramente hoy día con sus medidas. Dependerá mucho de cómo procesen la información el resto de los sectores sociales, el resto de los partidos y la propia Iglesia de lo que hoy día suceda en el país.

EC - Mauricio Rabuffetti tiene una pregunta para usted.

MAURICIO RABUFFETTI:
Una pregunta que nos hacemos desde hace un buen rato aquí en Montevideo es qué camino va a adoptar el Congreso, si va a aceptar la renuncia de Mesa y va a asumir la Presidencia quien hoy es el titular de la Cámara de Senadores, Armando Vaca Diez, para terminar el mandato, o si por el contrario va a asumir el presidente de la Suprema Corte, Eduardo Rodríguez, y entonces podría haber elecciones adelantadas. ¿Cuál es la perspectiva en este momento?

RL - Hay problemas políticos, sociales y jurídicos para dar viabilidad a ese tipo de propuestas. Porque según la Constitución si asumiera el presidente de la Corte Suprema su convocatoria debería ser solamente por el tiempo que resta del mandato presidencial, es decir por dos años, si asume antes del 6 de agosto. De modo que lo que realmente importa ahora es un acuerdo político que permita dar viabilidad a la presidencia de Eduardo Rodríguez, que es el presidente de la Corte Suprema, que le permita convocar a elecciones por un período completo de cinco años. Eso es lo que el país necesita, porque realmente sería muy difícil poder resolver los problemas que están pendientes con una gestión transitoria de dos años solamente. Hay problemas con las organizaciones sociales, con los partidos políticos y problemas de tipo jurídico que todavía quedan pendientes de resolución, por eso es tan importante que la Iglesia Católica continúe haciendo las gestiones de concertación.

EC - ¿Cómo puede pesar Evo Morales, ese líder cocalero, en esta decisión del Congreso?

RL - Puede tener una influencia muy importante pero también muy relativa, porque Evo Morales ha perdido mucho la capacidad de liderazgo que tenía antes sobre sectores sociales, la mayor parte de ellos no obedece a su liderazgo, en realidad tienen un liderazgo muy fragmentado, muy disperso, y ése es uno de los mayores desafíos que enfrentan la Iglesia Católica, los otros partidos y el Congreso para poder dar paz otra vez a Bolivia. El problema es que Evo Morales sí tiene capacidad para sacar gente a las calles pero, como decía un analista anoche, tiene muy poca capacidad para sacarla de las calles.

EC - ¿Cuándo se producirían las elecciones, si es que efectivamente se adelantaran?

RL - Eso dependerá de la negociación política. Calculo que no va a ser antes de cuatro o cinco meses. Se necesita para eso devolver la credibilidad y la fe en el Estado, restablecer el orden y crear las condiciones necesarias para que la gente pueda emitir su voto en absoluta libertad. De otro modo no tendría sentido arrastrar hacia una salida electoral.

MR - La figura de Morales, por lo menos hacia afuera, aparece como un referente, él ha estado presente prácticamente en todos los medios internacionales de comunicación, y una de las preguntas que nos hacemos desde aquí es cuáles son las opciones de candidatos en un escenario de elecciones, además de Evo Morales.

RL - Según las encuestas el ex presidente Jorge Quiroga tiene un perfil bastante alto en la preferencia electoral. Hay un dirigente político emergente que era del MIR y que tiene su propio partido ahora, es un empresario con mucho dinero, Samuel Doria Medina, que también ha estado muy activo haciendo trabajos, haciendo obras, y en las últimas elecciones apareció con una puntuación muy alta. El propio presidente Mesa, si lograra la habilitación por parte del Congreso, podría ser un candidato importante. De modo que por lo menos entre los nuevos usted tiene a estos cuatro. Adicionalmente es muy probable que Manfred
Reyes Villa, el ex alcalde de Cochabamba, que sacó un porcentaje importante, quiera también participar.

El gran desafío que tienen los bolivianos es si van a repetir la dispersión y fragmentación del voto que ocurrió en 2002 o si en esta oportunidad van a optar por concentrarlo. Lo deseable para el país es concentrarlo porque ya hemos visto qué sucedió cuando se dispersa la votación, surge un gobierno exageradamente débil para poder gobernar.

EC - Los problemas de fondo que llevaron a esta crisis, me refiero a la nacionalización de los hidrocarburos y el pedido de autonomías regionales, están sin resolverse, están lejos de resolverse. Entonces, ¿qué escenario puede presentarse para Bolivia sobre estos dos temas específicamente en los próximos días? ¿Va a continuar la presión social con estas demandas o la atención se va desviar al futuro de la Presidencia? ¿Qué es lo que usted puede pronosticar?

RL - Los dos escenarios son posibles. Quiero creer que una posibilidad mayor de resolución de estos problemas sea tratar de fusionar en uno solo el conjunto de eventos, convocar a las elecciones generales al mismo tiempo que se convoca a la Asamblea Constituyente y que se realiza el referéndum autonómico y ofrecerle a la gente que la Constituyente sea el lugar adecuado para discutir el tema de los recursos naturales, incluyendo por supuesto el tema del gas. Quizás eso pueda ayudar a viabilizar una solución pacífica. De otro modo las presiones van a continuar y en ese caso ya los escenarios son de tipo caótico, de tipo violento porque realmente la única salida pacífica pasa por la democracia y por las urnas.

EC – Para terminar y volviendo a lo que hablábamos al comienzo, ¿cómo define usted el ambiente en Bolivia en este amanecer?

RL - El ambiente sigue siendo muy tenso, muy incierto, pero se puede al mismo tiempo sentir que se ha abierto una válvula de escape y hay una luz al final del túnel.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe