Bolivia busca una salida
Tras la designación de Eduardo Rodríguez como presidente de Bolivia, la población retoma la calma y los políticos buscan una salida institucional. El analista Roberto Laserna brindó un panorama de los dilemas que enfrentan los protagonistas de la crisis de ese conflictivo país.
(Emitido a las 8.52)
EMILIANO COTELO:
Dejando atrás varias semanas de protestas sociales, con la renuncia del presidente como culminación de esas movilizaciones y la consecuente incertidumbre sobre el futuro político de la nación, que amargó a tantos bolivianos y a la gente de toda esta zona del mundo, las cosas comenzaron a cambiar a comienzos de esta semana. Bolivia se ha empezado a normalizar y ha empezado a vivir nuevamente en un clima de tranquilidad.
Poco a poco la población está retomando sus actividades habituales después de que se definiera que el nuevo presidente de la República, Eduardo Rodríguez, convocará a elecciones generales en los próximos meses.
Para conocer las últimas novedades y analizar las posibilidades que se les presentan a los bolivianos, vamos a conversar con el analista Roberto Laserna.
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EC - Finalmente asumió como presidente el doctor Eduardo Rodríguez, presidente de la Corte Suprema de Justicia. Un hombre que ha dicho de todas las maneras posibles que no es político y que lo que quiere cumplir es simplemente esta función de transición.
ROBERTO LASERNA:
Es verdad. Es un presidente con todas las prerrogativas del cargo por sucesión constitucional. Así que es presidente constitucional y sus primeros mensajes han sido muy claros respecto de que él no está ahí para hacer demagogia, está con un objeto muy concreto que es la transición y que él es un hombre de leyes, no está para violentarlas ni modificarlas en tan corto plazo. Son mensajes importantes en momentos en que en el país una gran parte de la población ha estado tratando de forzar la aplicación de las leyes.
EC - ¿Cómo es su determinación en cuanto a la convocatoria de elección? ¿Qué se sabe en ese sentido?
RL - Todavía no hay un proyecto definido, creo que está en plena negociación con el Congreso, que es otra señal importante. Uno de los grandes problemas, uno de los grandes errores del presidente Mesa en su gestión fue tratar de sobrecargar al Congreso con su propia agenda y creó muchísimas tensiones. En este caso el presidente Rodríguez está buscando establecer una concertación muy clara con el Congreso para contar con su pleno respaldo, porque la convocatoria a elecciones generales, como es la intención de todo el país, requiere dar viabilidad a la elección del Congreso nacional, y no existe en la Constitución ninguna disposición que facilite ese proceso, no hay ninguna norma que contemple la autodisolución del Congreso o el acortamiento del mandato de los diputados y senadores, de modo que es un escollo de tipo constitucional que están analizando cómo superar.
EC - Usted decía que es presidente constitucional, es presidente con todas las prerrogativas de su cargo, pero de hecho es un presidente de transición. ¿Cómo está manejando ese presidente tan particular las demandas cruzadas, enfrentadas, que caracterizan hoy a la sociedad boliviana? Las demandas por un lado provenientes de la zona de El Alto, por otro las provenientes de Santa Cruz.
RL - A todos les ha dicho básicamente lo mismo: ustedes tienen una demanda, esa demanda es legítima, pero tienen que canalizarla a través del voto democrático. Si logran conquistar el apoyo de la mayoría de la población su demanda va a pasar sin ninguna necesidad de que la expongan en las calles. El mensaje es muy claro, lo que quiere es que ese conjunto de demandas se canalice en el próximo proceso electoral a través del voto.
EC - En El Alto, donde estuvo el presidente Rodríguez, que es el lugar donde se han producido las protestas sociales más importantes, acordó con Abel Mamani, que es un dirigente local muy poderoso, tratar las principales demandas de esa ciudad de ciudad de mayoría indígena por medio de la conformación de comisiones multisectoriales. ¿Qué es esto?
RL - La idea es establecer mecanismos de diálogo, de modo que incluso esas demandas, que en este momento son puras consignas, empiecen a ser formuladas de una manera un poco más realista. Creo que el presidente tiene la esperanza de que una vez sentados a una mesa y no en las calles enarbolando eslóganes, los dirigentes empiecen a adquirir un mayor realismo para poder comprender si sus demandas son o no viables. En ese sentido creo que ha asumido la idea de las comisiones multisectoriales como instrumentos pedagógicos para que el Estado por un lado, el gobierno, puedan captar mejor el sentido profundo de las demandas, y por otro lado para que los dirigentes puedan comprender mejor las limitaciones presupuestarias, políticas, jurídicas que existen para satisfacerlas tal como ellos quieren.
EC - Recordemos que las demandas principales de la zona de El Alto eran la nacionalización de hidrocarburos, asamblea constituyente, incluso juicio por crímenes de lesa humanidad al ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
RL - Así es. Pero son eslóganes más que demandas, eslóganes de movilización política que no han logrado ser formulados de una manera muy clara. El mismo presidente les ha dicho que es muy difícil nacionalizar lo que ya está nacionalizado, lo que es nuestro, porque la nacionalización se refiere sobre todo a los yacimientos de hidrocarburos que por derecho constitucional son de dominio originario del Estado. En realidad lo que les está diciendo es: sentémonos y veamos qué es exactamente lo que quieren y hasta dónde queremos llegar para ver si podemos tener un poco más de realismo y ser más prácticos en las demandas. Porque está muy claro también que Bolivia en estos días ha perdido muchísima credibilidad, sus industrias han perdido dinero, el país entero ha perdido competitividad y es necesario que los bolivianos tomemos plena conciencia del tremendo impacto que ha tenido sobre nuestra economía, sobre nuestra política y sobre nuestra sociedad el problema que hemos vivido en las últimas semanas.
EC - El otro polo de las demandas estaba y está en la provincia de Santa Cruz, donde por otra parte se encuentran radicadas las principales reservas de hidrocarburos, es la zona más rica donde la población de origen europeo ha estado rechazando los reclamos de, por ejemplo, los pobladores de El Alto, y como estrategia de respuesta ha intentado el camino del referéndum en pro de la autonomía, es más, ha convocado a un referéndum para el próximo 12 de agosto. ¿Qué pasa con esa fecha, qué pasa con ese referéndum?
RL - En este momento está también en suspenso. En realidad la autoconvocatoria al referéndum es un acto simbólico, todavía no tiene validez legal; creo que a Santa Cruz le importa mucho la autonomía y le importa que tenga una vigencia y una constituidad legal. En ese sentido creo que la apuesta final que se va a canalizar a través del Congreso va a ser fusionar el conjunto de actos electorales, de sufragios, etcétera, en un solo el día de la elección del presidente y el vicepresidente, de modo de, además de elegir senadores y diputados, se pueda realizar en esa oportunidad el referéndum autonómico e incluso posiblemente elegir por primera vez prefectos departamentales.
EC - ¿Cómo está jugando en este momento político la figura de Evo Morales, el líder del Movimiento al Socialismo, ese dirigente cocalero?
RL - Sigue insistiendo en que la capacidad de presión es lo único que permite avanzar a las fuerzas populares. Sin embargo su figura ha sido severamente afectada por su comportamiento conflictivo, las últimas encuestas le han dado un lugar muy por debajo del que jamás antes ha tenido, o sea que creo que eso tiene muy preocupados a los dirigentes de su partido. El problema con el MAS es que no logra definir si ha de decidir la pugna de las urnas, la democracia y el respeto a la ley o va a seguir insistiendo en tener un pie en el Congreso y el otro en las calles.
EC - ¿Qué es lo que cabe aguardar en estos días, en estas horas?
RL - Hay que prestar muchísima atención a la composición del gabinete del presidente Rodríguez para ver si ha de optar por un gabinete apolítico, como el que tuvo en cierto modo Carlos Mesa, o si ha de consolidar una alianza política con las principales fuerzas del Congreso. Es una señal muy importante.
La otra va a ser su respuesta a las próximas movilizaciones que sin duda van a surgir muy pronto; habrá que ver si en ese caso es capaz de canalizar la negociación y el diálogo dentro de los marcos legales o si va a empezar cediendo y concediendo, mostrándose entonces muy débil y por tanto vulnerable frente a las presiones.
Esos dos indicadores van a ser muy claros para decirnos hasta dónde puede llegar. El otro, obviamente, es la convocatoria a elecciones, cuanto más pronto ocurra eso más rápidamente el país podrá canalizar todas sus broncas, frustraciones, tensiones a través de la pugna electoral, que de todas formas es una pugna mucho más democrática y saludable para la nación que la que hemos tenido en las calles y en las carreteras.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe