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La Constitución y los presupuestos empantanan a la Unión Europea

Los líderes europeos están reunidos en Bruselas ocupados por dos grandes temas. Los rechazos que tuvo la Constitución en Francia y Holanda y la reestructuración de los presupuestos que enfrenta a Gran Bretaña con el eje franco-alemán. En cuanto a la tratado constitucional, se acordó postergar la discusión. En los presupuestos, la cosa se complica. Mientras Francia y Alemania no ceden en los subsidios agrícolas, los británicos intentan imponer un perfil más liberal. Contacto con Mariano Andrade, corresponsal de AFP en Bruselas.

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
Nos vamos a Bruselas, donde el primer turno de la negociación entre los líderes europeos sobre el futuro marco presupuestario de la Unión Europea ha concluido sin avances.

Es una cumbre relevante esta que está teniendo lugar desde el día de ayer, en la que había sobre la mesa dos asuntos críticos, el de los presupuestos y el qué hacer con los procesos de ratificación del texto de la futura Constitución europea, sobre todo después de los dos rechazos que se dieran casi simultáneamente en referéndum: el primero en Francia y el segundo en Holanda.

Estamos en contacto con Mariano Andrade, corresponsal de la Agencia France Press en Bruselas.

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Mariano, comencemos con lo de ayer, con la discusión a propósito de qué hacer con el proceso de ratificación de la Constitución que se redactó para Europa. ¿Qué decisiones se tomaron?

MARIANO ANDRADE:
La decisión que se tomó en principio es la de congelar el proyecto. Había múltiples opiniones sobre qué camino seguir, como sabés después del No de Francia y Holanda, el Reino Unido había decidido suspender, dejar sin fecha su referéndum, varios países querían seguir el mismo camino, pero también había una fuerte disposición de la presidencia luxemburguesa y de otros Estados miembro, como España, para que el proceso de ratificación continuase. Se llegó entonces a una suerte de consenso entre esas dos propuestas: ningún país está obligado a mantener las fechas de referéndum que había previsto en un principio, y al mismo tiempo se prolongó el proceso de ratificaciones más allá de noviembre de 2006, que era la fecha que se había establecido inicialmente cuando se firmó la Constitución en Roma en 2004. De inmediato varios países que estaban esperando esa decisión, como Dinamarca, Portugal, República Checa, aplazaron sus referéndum.  Luxemburgo tomará una decisión probablemente hoy o mañana, y el resto de los países van a ir moviéndose de acuerdo a las necesidades internas de cada uno.

EC - Como quien dice, se ha corrido el problema para adelante, porque no hay una definición sobre cuál será el desenlace, qué ocurrirá con el texto.

MA - Exactamente. La discusión quedó bien reflejada en la opinión de dos líderes como el sueco Doran Bergson, que dijo que había que salvar sí o sí el tratado constitucional y la respuesta del primer ministro holandés, para quien este tratado, tal como está ahora, nunca se va a aprobar en su país. Entonces la decisión es postergar hasta junio de 2006 la próxima evaluación sobre cómo se encuentra la Constitución, y mientras tanto lanzar una campaña feroz para tratar de convencer a la gente de que este tratado es el mejor que puede tener.

EC - ¿Qué ocurre mientras tanto con el otro tema central de esta cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea? ¿Qué pasa con los presupuestos, que es lo que se estaba discutiendo esta mañana? ¿Tienes novedades de último momento?

MA - Las novedades no son buenas, si en lo de la Constitución no hubo grandes avances pero se llegó a una suerte de consenso, el único consenso que habría para el presupuesto sería el de postergar una decisión. Ni Francia ni Gran Bretaña se han movido esta mañana de sus respectivas posiciones, Francia exige que Gran Bretaña ceda el reembolso de 4.600 millones de euros que viene recibiendo desde 1984 como una suerte de excepción, y Gran Bretaña dice que solamente va a aceptar una negociación sobre este punto si se rediscuten los gastos agrícolas, de los cuales Francia es el principal beneficiario.

EC - Recordemos cuál es el telón de fondo, ¿qué es ese reembolso que recibe el Reino Unido?

MA - La historia del reembolso nace con Margareth Thatcher. En la década de los ochenta Thatcher logró quebrarles el brazo a franceses y alemanes, y como Inglaterra no recibía tantos subsidios agrícolas como Francia o Alemania, se le otorgó esta suerte de reembolso en los aportes que hace al presupuesto comunitario. Obviamente desde 1980 a acá la situación cambió bastante –dicen franceses y alemanes–, Gran Bretaña se convirtió en un país de presupuesto, y la repuesta británica es que los franceses también tienen que ceder, si quieren que esto avance.

EC - ¿Cómo es esto?

MA - Gran Bretaña dice: somos uno de los países más ricos de Europa nuevamente, pero la única manera de modernizar al resto de Europa es cambiar la estructura del presupuesto. Hoy por hoy los subsidios agrícolas representan el 40 por ciento del presupuesto europeo, una cifra monumental, y Gran Bretaña quiere que se disponga más dinero para la investigación, para las pequeñas y medianas empresas porque dice que ese es el único modo de crear realmente fuentes de empleo en la nueva Europa de 25.

EC - O sea que su insistencia en que se mantenga el reembolso que recibe Londres se debe a que entiende que se está gastando demasiado en los subsidios agrícolas y por lo tanto el propio gobierno británico está teniendo que asumir una parte de ese costo, cuando en realidad habría que invertir en otro tipo de desarrollos.

MA - Exactamente, ése es el punto: mientras el resto no dé un paso adelante, Gran Bretaña no va a dar ese paso en cuanto a una cifra que considera importante y justa. Ellos dicen que Francia y Alemania siguen viviendo en la Europa de los años sesenta y setenta, que no se quieren adaptar a las nuevas realidades, como la globalización, y que el único modo de hacerlo es modificando la estructura del presupuesto.

EC - Entonces a propósito de esta discusión no se logra un entendimiento.

MA - El gran problema es que el presupuesto debería empezar a aplicarse a partir de 2007, y ya estamos en junio de 2005. Teniendo en cuenta que la próxima presidencia es la británica, que obviamente bloquearía el tema durante los próximos seis meses, todo pasaría a 2006. Y para muchos países, especialmente para los recientemente ingresados a la Unión Europea, la necesidad de fondos es urgente.

EC - En definitiva, teniendo en cuenta estos dos asuntos tan calientes que han estado y todavía están en la agenda de los jefes de Estado europeos en Bruselas, ¿cuál es el saldo, cómo termina esta reunión, qué consecuencias deja?

MA - Creo que la consecuencia que deja es sobre todo la discusión sobre una nueva Europa. Por un lado está la vieja maquinaria franco-alemana que ha venido empujando a este bloque durante casi cinco décadas, y este momento, esta coyuntura después de los No en Francia y Holanda, después de la exigencia de que Gran Bretaña ceda su reembolso, es aprovechada por ese país para tratar de imponer un modelo más liberal, si se quiere, para la Unión Europea. Que esto triunfe o no ya es otra cuestión, pero por lo pronto el primer ministro británico Tony Blair está tratando de aprovechar esta coyuntura para forzar lo más que pueda la situación.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe