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El mundo tras la cumbre del G8

A pesar de ser fuertemente afectada por los ataques terroristas en Londres, la cumbre del Gurpo de los ocho países más industrializados avanzó en la agenda que habían pactado los principales líderes del planeta: lucha contra la pobreza y pacto para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero. Comentario del periodista Mauricio Rabuffetti.

(Emitido a las 09.09)

EMILIANO COTELO:
El viernes terminó en Gleneagles, Escocia, la reunión cumbre del Grupo de los ocho países más industrializados del planeta. Una reunión que estuvo marcada por los atentados terroristas que como ustedes saben, dejaron 50 personas muertas y más de 700 heridos en Londres. Este hecho será sin duda el más recordado de esta cita que reunió a dirigentes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Italia, Japón, Rusia, Canadá  e Inglaterra, y en la que participaron también como invitados cinco países emergentes: China, Brasil, México, India y Sudáfrica. A diferencia de reuniones anteriores, esta cumbre del G8 o este G8 ampliado dio la impresión de dejar algunas medidas concretas o por lo menos algunos anuncios concretos.

Y en en estas medidas, en estos anuncios que quedaron quizá algo ensombrecidos lógicamente por lo que ocurrió en Londres, queremos concentrarnos esta mañana.

Para eso el diálogo es con Mauricio Rabuffetti, esta vez desde Barcelona, España.

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EC - Mauricio, obviamente antes de entrar en el tema central de esta mañana quiero preguntarte cuál fue tu impresión desde allí donde tú estás, cómo se vivió desde allí lo acontecido en Gran Bretaña la semana pasada, se nota alguna modificación de medidas de seguridad, qué puedes aportarnos tú en cuanto a esto desde, obviamente, otra zona de Europa.

MAURICIO RABUFFETTI:
Bueno, la verdad es que la repercusión que pude ver fue a nivel del comentario de la gente en los restaurantes, en la calle, en los trenes. Justamente el día después de los atentados me tocó viajar en  trene desde Francia donde me encontraba, de regreso hacia España. Y a juzgar por la información que tenía antes de viajar, esperaba encontrarme con un despliegue de seguridad más o menos notorio, sobre todo en algunas estaciones de mediano tamaño por las que pasé. Sin embargo no fue así. La verdad es que no noté nada especial en las estaciones que toqué, incluso aquí en Barcelona que tiene varias estaciones importantes tampoco se notó un movimiento de seguridad más importante de lo normal. Los trenes iban realmente llenos como suele ocurrir en algunas líneas en esta época del año. Sí se muestran imágenes en los medios españoles de soldados patrullando algunas terminales de transporte, lo cuál es lógico si se considera que España fue golpeada por atentados el año pasado y ese recuerdo y la sensación de inseguridad están absolutamente presentes.

De todos modos, la verdad es que más allá de medidas de seguridad adicionales, circunstancialmente adicionales como las que se adoptaron en los últimos días en toda Europa, la impresión que a uno le queda es que las redes de transporte son altamente vulnerables y que las afirmaciones de las autoridades británicas de que era imposible prevenir un ataque como este en una ciudad como Londres terminan siendo ciertas.

EC - Algo que destacan muchos medios de comunicación europeos es el temor de que se produzcan nuevos atentados en Inglaterra.

MR - Bueno sí, eso si se quiere ha sido muy reiterado en los medios europeos, sobre todo después de que unas 20.000 personas fueran evacuadas el sábado por la noche de la zona central de Birmingham, aunque se dijo que esta medida no guarda relación con los atentados de la semana pasada.

EC - Birmingham es la segunda ciudad británica en número de habitantes y fue evacuada en gran parte, debido a amenazas calificadas como serias o creíbles por las autoridades.

MR - La cuestión es que el temor a nuevos atentados existe por lógica y se abre un interrogante muy trascendente por estas horas aquí en Europa y es si, como se dijo desde esferas oficiales, de verdad estos atentados iban dirigidos al G8, a la apertura de la cumbre de los ocho países más industrializados y nada más, o si los terroristas simplemente aprovecharon esta oportunidad para comenzar a atacar a Inglaterra. Esta pregunta en particular surge porque hasta el momento prima la hipótesis de que no hubo hombres bomba o suicidas involucrados en las explosiones de Londres. Eso, como señalaba ayer un artículo del diario El País de Madrid, querría decir que quienes cometieron estos atentados siguen vivos. Y quién puede afirmar que no estén dispuestos a atacar nuevamente.
La misma nota recordaba que quienes cometieron los atentados el 11 de marzo en Madrid planeaban atacar también el tren AVE que une la capital española con Sevilla. Entonces digamos que pasadas las primeras horas tras el horror que generaron estos atentados, comienzan a multiplicarse preguntas que nadie puede contestar, y que sobre todo denotan incertidumbre. Incertidumbre primero porque no está claro todavía el móvil de estos ataques. Incertidumbre también porque es perfectamente entendible que la gente se pregunte y "ahora quién sigue".

En definitiva, mucha incertidumbre ante algo que es una absoluta certeza para todos: hay terroristas viviendo en Europa, hay organizaciones terroristas que tienen capacidad demostrada de actuar en Europa y que aprovechan la libertad que existe aquí –libertad de tránsito, de movimiento, de
expresión, libertad en general- para infiltrarse, camuflarse y esperar para cometer estas atrocidades.

EC - Es casi obvio pero con toda seguridad de ahora en adelante las ciudades en las que se organice un G8 van a recordar seguramente lo que aconteció en Londres y tomarán recaudos aún mayores que hasta ahora.

MR - La cuestión es que todavía no está claro el por qué de estos atentados. Pero sí, seguramente cualquier ciudad y país que reciba un G8 de ahora en adelante, va a recibirlo de una manera distinta. Previendo este tipo de pensamientos, los líderes del grupo de los ocho y sus invitados continuaron la reunión, continuaron trabajando. Fue una forma de dar un mensaje más que explícito a quienes cometieron estos ataques de que no iban a frenar su voluntad de reunirse. Creo que eso todo el mundo lo entendió. Si no fuera porque hubo algunas decisiones importantes esta vez en este G8, casi me vería tentado a decir que fue una reunión marcada por actos simbólicos –que, repito, no lo fue-.
Si pensamos unos segundos, quienes hayan visto el informativo el día de los atentados, o leído los diarios al otro día, seguramente lo que recuerdan de esta cumbre es al primer ministro británico Tony Blair en una foto en la que todos los participantes de la reunión se paran a su lado y ligeramente hacia atrás, como si fueran un bloque amalgamado absolutamente detrás de un líder golpeado por el terrorismo. Creo que, ya entrando en el análisis de lo que fue esta cumbre, ese hecho es lo primero a destacar.

EC - A veces una imagen dice más que las palabras, está claro

MR - Y en este caso con el aditivo de que, entre las autoridades presentes, había mandatarios de países ricos y países pobres también. Aunque ahora se le dicen países emergentes. En fin. Le dio bastante fuerza a ese mensaje, a esa imagen, ver a Lula o al presidente mexicano Vicente Fox detrás de Blair, al lado del primer ministro japonés o el presidente ruso.

EC - Ese sería entonces, según tu lectura el primer punto a destacar de esta particular reunión del grupo de los ocho. Pero hubo varias resoluciones y compromisos en esta reunión. Varios además del que tú mencionabas recién y que tiene que ver con la lucha contra el terrorismo.

MR - Sí, digamos que era una cumbre de la que se esperaba mucho –siempre se espera mucho de estas reuniones-, y dio algunos resultados interesantes, en particular en el plano económico vinculado al desarrollo.

EC - Específicamente el compromiso del G8 es aumentar a 50.000 millones de dólares de aquí al año 2010 la ayuda para África, condonar deuda de 18 países pobres entre los que se cuentan Bolivia, Nicaragua, Honduras y Guyana en nuestra región, y también la promesa de terminar con los subsidios que reciben los productores agropecuarios de los países ricos.

MR - Apenas agrego el anuncio de 3.000 millones de dólares de ayuda para la Autoridad Palestina como forma de colaborar con la pacificación de Medio Oriente. Añado también algunos comentarios. El primero, sobre la ayuda a África, si bien es un avance este compromiso habrá que ver si luego se traduce en hechos reales. Recordemos, sólo por poner un ejemplo que me viene ahora a la cabeza, que las Naciones Unidas se trazaron los llamados objetivos del Milenio de reducción de la pobreza, el analfabetismo, la mortalidad infantil, y varios etcéteras, y estamos realmente muy lejos de alcanzar esos objetivos de desarrollo, en especial, porque los compromisos asumidos en materia de ayuda económica a las naciones pobres, nunca se llenaron como correspondía.

En cuanto a la condonación de deuda, es sin duda algo positivo ya que aliviana un poco una carga que tenían algunas de estas economías que son las más débiles del planeta. Como crítica se señala que no se incluyó a Haití en este paquete, pese a ser una de las economías más castigadas. De todos modos, sin quitarle importancia a esta decisión que era muy esperada por cierto, queda por ver en los próximos años si tiene algún efecto palpable en los niveles de desarrollo social de países como Honduras, Nicaragua o Bolivia, que son los más pobres de la región junto con Haití, y que tienen a la inmensa mayoría de su población sumida en la miseria. Y precisamente en este sentido, sería realmente muy bueno que se concrete esta perspectiva que surge de esta cumbre del G8 celebrada la semana pasada en Inglaterra en relación a la eliminación de los subsidios a los productores agropecuarios.

EC - Se habla como fecha posible del año 2010.

MR - Hasta donde sé, el comunicado del G8 no establece una fecha específica sino que habla de una fecha "creíble". Pero sí se mencionó en algunos medios que el primer ministro Tony Blair dijo que esa fecha aún por definir sería el año 2010. De todos modos, no altera el punto que quería tocar. Por supuesto que sería muy bueno que esa perspectiva de eliminación de subsidios y de mejora de acceso a mercados en cinco años se convirtiera en realidad para que de una vez por todas los países en desarrollo, que vienen peleando desde hace tiempo por eliminar estos obstáculos al comercio, puedan competir en condiciones más equitativas con los productores europeos y estadounidenses que reciben ayudas estatales millonarias. Es algo muy bueno, muy positivo que este tema se haya planteado de esta forma en una cumbre del G8 a la que además asistieron algunos de los principales países productores afectados por estas desigualdades comerciales como Brasil y México. Lo malo es que tanto en este tema, como en otro que vamos a tocar en instantes que es el cambio climático global, el G8 de alguna manera creó la sensación de que hay varias agendas paralelas.

EC - A ver si podés especificar un poco este punto

MR - Claro. Es muy loable establecer por escrito la intención de eliminar o por lo menos reducir los subsidios y mejorar las condiciones de acceso a mercados para las economías emergentes o subdesarrolladas. Y es muy importante que eso se haga en presencia de países líderes de este grupo. Pero señores, es una intención bastante vieja y trillada. Hace años que existe la Organización Mundial de Comercio en la que se negocia esto, bastante trabajosamente por cierto. A lo que voy no es a que sea un resultado negativo de la cumbre este compromiso. Lo que quiero decir es que la impresión que se crea es que por un lado en la OMC se habla del ciclo de Doha de liberalización comercial, de terminar de una vez con estas negociaciones el año que viene, y de eliminar los subsidios al agro, y por otro lado los presidentes del mundo industrializados hacen anuncios en el mismo sentido pero sin retomar las fechas manejadas en la OMC. Cualquier persona que lea la prensa y siga la información sobre este tema puede legítimamente preguntarse: "pero cómo, no se habían puesto de acuerdo ya en que era necesario eliminar estos subsidios? No tienen representantes negociando esto desde hace años?" Qué tenemos que pensar, que la OMC tiene su agenda y los presidentes tienen otra agenda?

EC - No podría interpretarse esto como un intento justamente de impulsar las negociaciones de liberalización comercial?

MR - Podría ser. O podría ser que sencillamente resolvieron extender un poco más las negociaciones. No me queda claro en este punto cuál es la intención.

EC - Tú mencionabas recién otro aspecto que también merece comentario y es el tema del cambio climático global, sobre el cual se expresaron los mandatarios del G8.

MR - Empecemos por decir que los países del G8 son esencialmente los más industrializados del mundo. Generalmente decimos los países más ricos, sería más preciso decir que son los más industrializados. Y en esta reunión en Gleneagles estaban presentes además otros países que completan la lista de los más industrializados como Brasil, México, China e India. En definitiva, estaban reunidos los mayores emisores del planeta de sustancias que contribuyen al efecto invernadero.

EC - "Actuaremos con determinación y urgencia ya para cumplir nuestros objetivos compartidos y múltiples de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorando el entorno medioambiental, reforzando las seguridad energética y reduciendo la contaminación del aire en conjunto con nuestros vigorosos esfuerzos para reducir la pobreza", señala el G8 en su declaración final, reproducida por la agencia France Presse. "Sabemos lo suficiente para actuar ahora y avanzar en el camino para frenar y, en tanto que la ciencia lo justifique, parar y revertir el crecimiento de los gases de efecto invernadero", añadieron los líderes de los principales países industrializados que además lanzan un Plan de Acción sobre el cambio climático que incluye reuniones entre los países emisores, los mayores emisores y los países pobres.

MR - Considerando que ese texto fue suscrito por el Estados Unidos gobernado por George W. Bush, férreo opositor al Protocolo de Kyoto de control de las emisiones de gases de efecto invernadero, podría decirse que es un avance sustancial porque encierra el reconocimiento del gobierno norteamericano de que efectivamente existe un problema de calentamiento global debido a las emisiones industriales.

EC - Recordemos que Estados Unidos no suscribió este protocolo, que entró en vigencia hace pocos meses y que apunta como tú bien señalabas, a reducir las emisiones de estos gases. Pero hace un rato tú decías que también en este punto surgen preguntas.
 
MR - Sí. Más que una pregunta en este caso es una especie de pequeña dosis de escepticismo porque se plantea este plan de acción que tú mencionabas, se habla de un diálogo entre los países más y los menos industrializados sobre la emisión de contaminantes... Y, simplemente desde la perspectiva de alguien que sigue el tema como un lector más, me pregunto hasta qué punto este plan que como dijimos Estados Unidos apoya, no entierra definitivamente la esperanza de que en un plazo razonable Washington ratifique el protocolo de Kyoto y se pliegue a esta iniciativa mundial que tiene una pata coja en esta ausencia del principal país emisor de gases a la atmósfera.

EC - La sensación que queda al final de esta reunión es de todos modos positiva.

MR - Podría decirse que sí. Creo que hubo decisiones, anuncios, algunos muy importantes para algunos países como la condonación de deudas. El balance aparece como positivo aunque no colma las expectativas de todos. Lamentablemente, cualquier balance que podamos hacer, por positivo que sea, queda en un plano absolutamente secundario ante la magnitud de la tragedia que sacudió Londres.