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Británicos "comprenden" el error policial que terminó con la vida de un brasileño

La policía británica continúa con la orden de disparar a matar ante la sospecha de que una persona pudiera estar por cometer un atentado, pese al fatal error que cometió con un ciudadano brasileño. El politólogo uruguayo Francisco Paniza, profesor de la London School of Economics, afirmó que la población británica ha reaccionado "con comprensión". "Le da el beneficio de la duda a la Policía, la idea es que es un acontecimiento terrible pero más terrible hubiera sido que una persona se hubiera volado a sí misma en el subterráneo. Frente a esa alternativa, tal vez la Policía hizo lo que tenía que hacer".

(Emitido a las 7.51)

EMILIANO COTELO:
Nos ubicamos en el Reino Unido, desde donde en el fin de semana llegaron, más que noticias, declaraciones impactantes a propósito de un hecho que conocimos el viernes de mañana.

La Policía británica mantiene la consigna de disparar a matar contra los presuntos kamikazes, según anunció ayer el jefe de Scotland Yard, Ian Blair, pese a que esta política le costó la vida al brasileño Jean Charles de Menezes, al que las fuerzas del orden creyeron vinculado con los atentados que habían ocurrido pocas horas antes en la capital británica.

El jefe de la Policía explicó en una entrevista concedida a la televisión inglesa que no tiene intención de modificar las instrucciones dadas a las unidades armadas de Scotland Yard. "Otras personas podrían ser abatidas. Espero que esto no vuelva a ocurrir, nosotros hacemos todo lo que podemos para que las cosas sucedan correctamente, pero estas decisiones son tomadas en circunstancias aterradoras", dijo en declaraciones a la cadena Sky News.

"La Policía metropolitana acepta su plena responsabilidad en este caso. A la familia sólo puedo expresarle mis más sinceras disculpas, pero creo que es importante reconocer que las causas principales de estos hechos no son las acciones de la Policía o la política de la Policía ni sus procedimientos, sino el hecho de que tenemos a terroristas usando el suicidio como un arma en las calles de Londres y bajo las calles de Londres. Ése es el contexto en el que estamos operando", agregó Blair.

Estamos en contacto con el politólogo Francisco Paniza, analista, profesor en la London School of Economics.

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Francisco, ¿cómo está discutiéndose en la sociedad británica lo que ocurrió el viernes cuando Scotland Yard mató a este brasileño confundiéndolo con un presunto terrorista?

FRANCISCO PANIZA:
Lo que pasó el viernes, aparte de ser una tragedia, apunta al corazón de los problemas y los dilemas que se están viviendo actualmente en la sociedad británica. Por un lado cuál debe ser la reacción armada, policial frente a acontecimientos de este tipo; usted lo mostraba muy bien en la respuesta del comisario Blair, el director de Scotland Yard, que dice que en situaciones extraordinarias hay que usar tácticas extraordinarias, una táctica que él definió como tirar a matar para proteger.

Eso desde el punto de vista policial, pero la muerte de Menezes del viernes tiene una connotación en las relaciones sociales en este país. Lo que existe ahora es el temor por parte de grupos de inmigrantes, minorías étnicas, etcétera, de que por el solo hecho de vestirse diferente, de llevar un abrigo o lo que sea puedan ser víctimas de acontecimientos similares. En la medida que la resolución de estos asuntos depende de mantener la colaboración y las buenas relaciones sociales con grupos de inmigrantes, principalmente con la comunidad musulmana, el acontecimiento del viernes es de suma gravedad.

EC - Por eso la consulta es: ¿se toma con resignación una política como ésta, que algunos llegan a calificar de "gatillo fácil"?

FP - Si no con resignación, por lo menos con una cierta comprensión. La mayoría de la gente que ha sido entrevistada –tanto a nivel de las elites políticas como de la gente común– le da el beneficio de la duda a la Policía, la idea es que es un acontecimiento terrible pero más terrible hubiera sido que una persona se hubiera volado a sí misma en el subterráneo y frente a esa alternativa tal vez la Policía hizo lo que tenía que hacer. Ésa es la dimensión actual, que muestra lo que ha cambiado la situación en este país, un país donde la Policía no está armada, salvo en circunstancias excepcionales.

EC - ¿Hay repercusiones políticas de este suceso? Conocíamos la repercusión internacional, recién nuestro corresponsal en Río de Janeiro que el canciller Celso Amorim realizó una viaje relámpago a Londres. La reacción brasileña ha sido plantearle al gobierno británico que entendiendo que hay que combatir el terrorismo, el gobierno de Lula sostiene con firmeza que debe preservarse el respeto por los derechos humanos.

FP - Sobre esto primero una aclaración: la versión acá es que el viaje de Amorim estaba planeado de antemano y que aprovechó para plantear las cosas que hizo ayer públicas en la televisión.

En cuanto a repercusiones políticas, hasta ahora han sido muy limitadas, porque en general todos los partidos se han puesto muy firmemente detrás del gobierno en estas circunstancias y no tienen mucha voluntad política de cuestionar las acciones de la Policía en un momento en el que obviamente ésta está viviendo situaciones tremendamente dramáticas, tremendamente difíciles, es muy difícil tirarse contra ella en estos momentos.

EC - Por otro lado, esto que ocurrió el viernes fue consecuencia de lo que a su vez había pasado el jueves, me refiero al segundo intento de atentados, un intento que ocurría dos semanas después de los atentados sangrientos del 7 de julio pero que en esta oportunidad no tuvo consecuencias, los distintos explosivos fallaron, se activaron los detonadores pero no las bombas en sí. Entonces, ¿qué sensación dejó esto que ocurrió el jueves en la sociedad británica, sobre todo en los habitantes de Londres?

FP - Desde el punto de vista humano no hubo víctimas, ha sido menos importante, pero desde el punto de vista social y político ha sido más importante porque existía la esperanza después del 7 de julio de que ese fuera un suceso aislado, algo como lo que pasó en Madrid el 11 de marzo, que no se volvió a repetir y la gente dice "esto pasó, fue trágico, fue tremendo", pero es una cosa del pasado. Lo que pasó este jueves muestra que estamos muy lejos de eso y la sensación y la perspectiva actual ahora son de que esto no va a tener solución rápida, no va a tener solución fácil y puede repetirse en cualquier momento. Eso le da más dramatismo aun al hecho de que las cuatro que llevaban las bombas el jueves pasado estén todavía en libertad, la Policía no ha dado con ellas y eso crea un clima de enorme tensión.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe