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Retirada de Gaza ingresó en un fase más difícil

Sin pausa avanza el proceso de retirada israelí de la Franja de Gaza que ahora puede incluir la fuerza para hacer cumplir la orden del gobierno de Ariel Sharon, resistida por muchos. La corresponsal Ana Jerozolimski dialogó con varios de los hacbitantes de los asentamientos que se oponen a la medida y describió las escenas que se viven entre militares y colonos.

(Emitido a las 7.53)

EMILIANO COTELO:
Nos interesa seguir de cerca cómo están transcurriendo las cosas en la franja de Gaza, donde viene teniendo lugar la operación de evacuación de los asentamientos dispuesta por el gobierno de Ariel Sharon.

A la hora 0 de hoy vencía el plazo para que los colonos se retiraran de manera voluntaria y teóricamente se iniciaba el retiro forzado por el Ejército israelí. Las crónicas que llegan desde el lugar dicen que los soldados israelíes comenzaron esta mañana a desalojar por la fuerza las residencias de los asentamientos en Gaza, entre ellos los de la que se considera capital, Neve Dekalim, sin encontrar gran resistencia por parte de los habitantes.

Algunos informes dicen que según las autoridades israelíes el grueso de la retirada finalizará en tan sólo 48 horas, pero otros pronósticos son un poco más pesimistas.

Estamos en contacto con nuestra corresponsal, Ana Jerozolimsky, que ha pasado unas cuantas horas allí.

***

Ana, ¿dónde te encuentras?

ANA JEROZOLIMSKI:
En estos momentos en Jerusalén, no en la franja de Gaza. Volví tarde anoche, sigo desde aquí los acontecimientos. Un día difícil, importante en términos históricos pero muy difícil.

EC - Sí, muy difícil. ¿Cómo se hace la evacuación por la fuerza? Los soldados, ¿están armados o están desarmados?

AJ - Los soldados están desarmados, todos, tanto soldados como policías, están desarmados. Yo hablo de lo difícil por las escenas que se están viendo en estos momentos en los cinco asentamientos a los cuales entraron las tropas del ejército y de la policía. Es un poco problemática esa expresión que yo tanto usé refiriéndome a la etapa que comenzó esta mañana "en la que se puede recurrir a la fuerza si la gente rehusa salir por su propia voluntad", porque cuando las tropas llegaron hoy y fueron a las casas de familia que no se retiraron en las 48 horas que terminaban en la medianoche, no empezaron a pegarle a la gente para que saliera. Tocan a la puerta, los soldados le dicen a la gente, a las familias que atienden, el padre, la madre con los hijos en brazos -por eso hablo de lo difícil de esta situación con la que tienen que lidiar los soldados y los policías- que tienen que cumplir la orden, que tienen que salir, que ya les dieron el tiempo.

Muchas familias dicen -ya lo había comentado en contactos anteriores- "no podíamos irnos antes solos, queríamos esperar a último momento" y simplemente salen, algunos piden hablar con los soldados. Y en los casos -creo que a eso se refiere el término de sacarlos por la fuerza- de gente a la que hay que sacar, entre cuatro o cinco soldados los levantan y los llevan hasta el ómnibus que espera afuera. En no pocos sitios se veía a los soldados y los policías, que son jóvenes en su mayoría, de 18, 20 años, sacando a la gente y llorando.

EC - ¿Cuántos colonos quedan todavía, qué porcentaje de la población de estos asentamientos?

AJ - No hay un número exacto en este momento, pero hace poco una fuente militar decía que aproximadamente el 70 por ciento de la población de estos 21 asentamientos de la franja Gaza, de Gushkativ, todavía está en la zona. En las últimas horas salieron por lo menos diez ómnibus de Gushkativ llevando aproximadamente 30 personas que habían salido o habían sido sacadas, no necesariamente todas entre cuatro o cinco, algunas "acompañadas" por los soldados porque no querían salir solas. Y en estos momentos sigue el operativo.

EC - Tú señalabas que entre quienes se quedaron pasada la medianoche hay distintas situaciones, algunos que directamente piensan resistir, ¿y otros por qué no han salido todavía?

AJ - Otros dicen que "el alma no les da" para salir solos de sus casas. Demás está decir que todos, incluso los que se fueron enseguida, hace una semana, discrepaban con el plan. El modo de reaccionar va variando, hay muchos matices en el seno de la población.

Ayer estuve todo el día en Neve Dekalim, que es el principal asentamiento de la franja de Gaza, considerado la capital de los asentamientos israelíes en la zona, y entrevisté a mucha gente, algunos que me decían "a mí me van a sacar a rastras". Había un muchachito que no era de Neve Dekalim, que era de todos estos miles que se infiltraron ilegalmente o que entraron hace semanas o meses con permisos para supuestamente visitar a familiares y que luego, contrariamente a lo que indicó el Ejército, no se fueron. Este muchachito me decía "a mí me sacan de acá sólo en una tumba" -no decía "encerrado en un féretro" porque en el judaísmo, acá en Israel, no se sepulta en féretro-. Están todas esas voces radicales.

Pero están también aquellos que dicen "tratamos de luchar, fuimos a las manifestaciones, protestamos hasta el momento en que consideramos que, en que nos dimos cuenta de que esto es imparable y no tiene sentido". En general es una población religiosa, observante.

Había un hombre -me pareció un caso interesantísimo- que estaba con el hijito de 5 años a upa -el menor de tres hijos-, un judío de origen yemenita, lo cual se notaba claramente en sus rasgos, Shlomo Saarabi, que me decía -acá se dice siempre que la comunidad yemenita tiene un buen espíritu, que piensa positivo-: "Yo no sé, no importa si estuve en manifestaciones o no, no es lo principal. Yo creo en el todopoderoso –era un hombre joven de 35 años-, considero que él toma las decisiones correctas para nosotros. Si él considera que nos tenemos que ir, hay que pensar que todo va a ser para bien". Apareció el hermano mayor -ambos estaban llevando muebles y cajas con el hijo chiquito a un contenedor enorme que había sido dejado con una grúa unos momentos antes, estaban haciendo la mudanza-, Abia Saarabi, le pregunté si estaba de acuerdo con el hermano en que todo iba a ser para bien y me dijo: "A nosotros los teimalin -refiriéndose a los yemenitas- que nos vengan a discutir lo que piensan, que lo que dice él -señalando hacia el cielo- no es siempre para bien, que vengan a discutirme, a ver si no los convenzo, de que todo tiene que ser para bien". Y no es que quisieran irse. De todos modos ambos me decían: "Nuestros bienes salen hoy en estos contenedores grandes hacia afuera, los distribuimos en las casas de la familia, de muchos hermanos, en el centro de Israel. Nosotros nos quedamos hasta mañana".

EC - ¿Qué plazos se manejan? Yo mencionaba recién algunas versiones que hablan de dos días. ¿Cuánto piensas tú que va a llevar completar la evacuación?

AJ - Oficialmente la fecha era -la confirmó hace unos días el ministro de Defensa, Shaul Mofad- el 4 de setiembre. Sharon dijo ayer que el grueso de la operación se va a completar en 48 horas, se está manejando eso. Seguramente no va a terminar en 48 horas todo porque ya se pactó con asentamientos que son de los enclaves más duros, donde va a haber mucha resistencia, Guardaron y Nezarin, que se va a postergar para la semana que viene. Hoy entraron a cinco asentamientos y hay 21 en total, aunque tres de la parte norte ya están prácticamente vacíos.

Anoche a las 2 de la mañana entrevisté al portavoz de la policía israelí cuando llegó al centro de prensa, cuando volvimos de Neve Dekalim, y me dijo algo que en el momento me pidió que no grabara -ahora está claro por qué-: "Ana, apaga el grabador un momento"; "¿Por qué?"; "Yo te digo que va a haber sorpresa"; "¿A qué te refieres?"; "Ah, va a haber sorpresa. Esto va a terminar mucho antes de lo pensado". Del 4 de setiembre ahora nadie habla.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe