Brasil y su papel en la reforma de la ONU
"La posición del gobierno brasileño es que Brasil tiene derecho por su tamaño, por su importancia económica y política a ser miembro permanente del Consejo de Seguridad", dijo el embajador norteño José Botafogo Gonçalves. En el marco de la reforma de la ONU que se discute dijo que es imposible que los tres grandes países latinoamericanos con aspiraciones Brasil, Argentina y México- estén representados. "Es necesario discutir cómo hacer para que el país que no esté presente se sienta representado por el otro en sus intereses fundamentales", afirmó.
(Emitido a las 8.20)
EMILIANO COTELO:
El debate sobre la reforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) está ingresando en la recta final. Ésta es una semana crucial de cara a la cumbre que tendrá lugar entre el 14 y el 16 de setiembre en la que se deberá resolver los cambios a aplicar para modernizar el organismo fundado en 1945.
La Asamblea General deberá decidir, entre otras cosas, si promoverá cambios en la conformación del polémico Consejo de Seguridad. Por ahora las negociaciones siguen su curso pero hay dudas respecto de si se lograrán avances en ese frente en particular. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, dejó abierta una puerta al decir en estos días que "no se puede concebir la reforma de la ONU sin la reforma del Consejo de Seguridad".
Para entender un poco mejor por dónde pasan las claves de esta discusión, estamos en diálogo con el embajador José Botafogo Gonçalves, presidente del Centro Brasileño de Relaciones Internacionales.
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Embajador Botafogo, hemos conversado con usted en otras oportunidades, porque usted ha sido, por ejemplo, ministro de Industria, Comercio y Turismo de Brasil, embajador extraordinario de Itamaraty para Asuntos del Mercosur, director de Asuntos Económicos de la Cancillería y embajador de Brasil en Buenos Aires.
JOSÉ BOTAFOGO GONÇALVES:
Exactamente; ahora estoy privatizado.
EC - ¿Cómo es eso de privatizado?
JBG - Porque ya me jubilé, estoy viviendo en Rio. Y el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales no es un órgano de gobierno, es un think tank de carácter privado, una ONG.
EC - Es una buena puntualización.
Usted participó ayer en una conferencia organizada por la Fundación Friedrich Ebert que tenía como uno de sus objetivos presentar los conceptos y los elementos centrales del debate que se está dando sobre la reforma de la ONU. Un debate que se acaba de retomar en Nueva York este mismo lunes, después del receso de verano. ¿Puede decirnos, en una breve síntesis, por dónde pasan hoy las claves de esa discusión?
JBG - Ayer mi intervención fue en especial en el sentido de llamar la atención sobre que los países del Cono Sur de América del Sur también, pero con más énfasis los cuatro países del Mercosur tenemos la posibilidad de hacer muchas cosas que reforzarán tanto nuestra capacidad de influir, no sólo en la reforma de la ONU, que va a demorar, no creo que salga muy pronto, como eventualmente nuestra capacidad de tener una representación más permanente en el Consejo de Seguridad porque vivimos en un continente y en una región que tienen muchas ventajas: estamos lejos de los dos conflictos de interés más graves, no tenemos problemas de conflictos raciales, de conflictos religiosos, estamos creciendo a un ritmo quizás más moderado de lo esperado, tenemos recursos naturales, tenemos proximidad cultural con los vecinos. Todo eso puede materializarse en esfuerzos internos de desarrollo económico-social para ahí sí hacer crecer la presencia de esta región en el mundo. Ése fue mi enfoque principal, todos estamos de acuerdo en que es necesario reformar la carta, en que es necesario dar mayor representatividad a América Latina o América del Sur en el Consejo de Seguridad, pero tenemos que estar preparados por si eventualmente esas cosas ocurren. Ése es mi punto principal: preparémonos antes que pelear por estar presentes y después no poder responder a la expectativa de nuestra presencia.
EC - Entiendo por dónde va su exhortación, pero veamos qué es lo que está en este momento en polémica a propósito de qué hacer con el Consejo de Seguridad. Ése es el punto crítico de la reforma, en el que Brasil ha venido jugando un papel importante desde el denominado G4, que integra junto con Alemania, India y Japón. Concretamente, ¿qué es lo que pretende Brasil, qué propone para el Consejo de Seguridad?
JBG - Hay un debate sobre si el tema del Consejo de Seguridad es tan crítico como muchas veces algunos intérpretes y analistas mencionan. Yo soy de los que no coinciden con esa importancia exagerada del Consejo de Seguridad. Es importante, pero hay otros elementos posibles de la reforma, hay otras recomendaciones con relación a medidas preventivas de la paz que son tan o más importantes que la reforma del Consejo de Seguridad.
La posición oficial del gobierno brasileño es que Brasil tiene derecho por su tamaño, por su importancia económica y política a ser miembro permanente del Consejo, cualquiera sea la reforma que incorpore nuevos miembros.
EC - Recordemos que el Consejo de Seguridad es el órgano encargado del mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo.
JBG - Exactamente.
EC - A grandes rasgos.
JBG - Es el órgano que puede autorizar intervenciones de carácter militar, armado. Esa es la parte más difícil del trabajo del Consejo, por su Carta el derecho de intervenir militarmente para preservar la paz.
EC - Recordemos que su integración se mantiene prácticamente incambiada desde 1945, cuando se fundó la ONU. El Consejo de Seguridad tiene 15 miembros y solamente se produjo una novedad en todos estos años, que fue el ingreso de cuatro miembros no permanentes en el año 1965. Tiene 15 miembros, cinco de ellos con derecho a veto: Estados Unidos, Gran Bretaña, Rusia, Francia y China.
JBG - Desde el principio. Por eso creo que no se puede establecer como vértice, como cumbre, la reforma del Consejo de Seguridad. La ONU tiene una multiplicidad de acciones, muchas de las cuales no pasan directamente por el Consejo de Seguridad y muchas propuestas indican que hay capacidad de crear un consejo de derechos humanos y otras cosas que no tendrían la necesidad de pasar por la operación militar. La posición de Brasil es válida en la medida que efectivamente reconoce que el país tiene una importancia creciente en el mundo, pero hay divergencias en América Latina sobre la naturaleza de esa representatividad. Argentina claramente se opone y México también.
EC - Lo que está proponiendo este G4, Japón, Alemania, Brasil e India, es que el Consejo de Seguridad, para contemplar el crecimiento de la ONU, que pasó de tener 50 miembros al comienzo a más de 190 hoy, sea a su vez ampliado, pase de 15 a 25 miembros, sumando seis permanentes en una primera instancia y después cuatro miembros no permanentes. Ésa es la fórmula.
JBG - Exactamente, y eventualmente buscando la mayor representatividad de los diversos continentes, más presencia de Asia, África y América Latina.
EC - Usted dice que allí empiezan los problemas, cómo elegir a quienes ingresarían al Consejo de Seguridad para ejercer esas representaciones que hoy están mal dadas, poco atendidas. Mencionaba el problema con la candidatura del propio Brasil, que tiene adversarios, enemigos.
JBG - No sé si enemigos, pero países que piensan de manera distinta. Entre Argentina y Brasil no hay hoy, gracias a Dios, ningún problema de enemistad.
EC - Sí, se sabe, la palabra no era "enemigos".
JBG - No importa. Hay dos problemas. En primer lugar, como decía antes, es necesario que cualquier país que tenga esta aspiración esté preparado. Eso significa aspectos financieros, porque no es gratis, cuesta plata; hay que organizar la presencia, especialmente en las intervenciones de carácter militar se movilizan volúmenes muy grandes de recursos financieros; hay que preparar su personal, tanto diplomático como militar; hay que establecer fórmulas internas que permitan la movilización de recursos muy prontamente. Porque una delegación militar no puede esperar que el Congreso apruebe en años un cambio en el presupuesto para permitir una partida nueva de tantos millones de dólares para esa acción, tiene que ser un sistema muy ágil, muy moderno. Nuestros países no sólo Brasil, también Argentina y México no están preparados para tener un esquema interno muy rápido de movilización de recursos económicos ni financieros, debemos prepararnos para eso.
Segundo, creo que América del Sur, América Latina debe estar representada fuertemente en cualquier Consejo de Seguridad que se modifique, pero es evidente que los gobiernos de esos países todavía no desarrollaron una fórmula interna que permita tranquilizar al otro que no estará presente. Pensar en por lo menos tres representantes, uno para Argentina, otro para Brasil y otro para México es un poco utópico.
EC - Tres cargos no va a haber.
JBG - Ni siquiera uno, aún no se llegó a un acuerdo. Entonces es necesario que los líderes y las sociedades es un tema general, no sólo de los gobiernos de turno discutan cómo hacer para que el país que no esté presente se sienta representado por el otro en sus intereses fundamentales. No ha habido esa discusión y tiene que ocurrir dentro de los sistemas de contacto en América del Sur y en América Latina, todavía no ocurrió.
EC - ¿Qué otros desafíos tienen por delante los países de la región?
JBG - El principal desafío es organizarnos internamente, volver a crecer rápidamente. Mientras las cosas ocurren en el mundo tenemos posibilidades de mejorar nuestras condiciones sociales a través de un desarrollo más rápido ya tenemos fuerzas internas que permiten disminuir la pobreza, de prestar más atención a los Derechos Humanos, que son los principales temas de esta reforma: derechos humanos, reducción de la pobreza y garantías para la paz. Son tres elementos que los países latinoamericanos tienen condiciones de desarrollar aun sin participar en el Consejo de Seguridad. Entonces, mientras ocurre esa discusión, trabajemos interiormente con nuestras organizaciones.
La otra cosa que mencioné es la necesidad de mirar lo que ya existe, tenemos la Organización de los Estados Americanos, la Organización Panamericana de la Salud, tenemos una serie de organizaciones intralatinoamericanas que pueden hacer su contribución a nuestro desarrollo para rápidamente mejorar las condiciones sociales. Entonces el tema de estar presentes en el mundo no será un pedido de América Latina para que el mundo reconozca nuestra importancia, sino al revés, el mundo va a pedir que América Latina esté presente, dando su contribución a la paz, más que hoy.
EC - Sobre el proceso mismo de reforma de la ONU, ¿cuál es su pronóstico? ¿Cuánto puede llegar a demorar la posibilidad de que se consiga un acuerdo? Esto viene muy complicado.
JBG - Sí, no tengo la bola de cristal, pero suponemos que las próximas reuniones no van a fracasar pero tampoco van a tener progresos muy considerables. Entonces ese proceso debe continuarse por algunos años más.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe