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"Katrinagate", Bush bajo la lupa

El huracán Katrina ha significado para los medios de comunicación estadounidenses la recuperación de la dignidad que, para muchos, habían perdido con su trabajo en Irak. El desastre causado en Nueva Orleáns y la dura cobertura hecha por la prensa enfrenta a la administración de George Bush a una crisis que puede igualar a la de Watergate, que terminó con la presidencia de Richard Nixon. Comentario de la periodista Elisa Lieber.

(Emitido a las 08.24)

EMILIANO COTELO:
El presidente estadounidense, George W. Bush, pisó este lunes por primera vez el centro de Nueva Orleans, la zona más afectada por el paso del huracán "Katrina" hace dos semanas. Esta visita tiene lugar en momentos en que se reproducen las críticas contra el gobierno republicano porque tardó en reaccionar ante la crisis.
Y estas críticas no quedan sólo en palabras y se ven reflejadas en las encuestas. Un sondeo de la revista Newsweek indicó que sólo el 38 por ciento de los entrevistados aprueba el desempeño de Bush, el nivel más bajo de todo su mandato.

Para ahondar un poco más en esta crisis que tiene dimensiones políticas, económicas y sociales, estamos en diálogo con Elisa Lieber, con quien vamos a hablar específicamente de la cobertura mediática de esta tragedia.

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Elisa, tú has venido siguiendo este tema de cerca en las últimas semanas y nos comentabas antes de salir al aire que los medios han hecho una cobertura muy crítica de esta tragedia.

ELISA LIEBER:
Sí. Parece que los medios norteamericanos están más críticos que nunca con el gobierno republicano de Bush.

El ejemplo más claro para entender el rol que están jugando los medios es el término que se está utilizando para describir esta cobertura. Se está hablando del "Katrinagate". ¿Por qué? 
Los analistas dicen que este es el mayor desafío que enfrenta el establishment político desde el caso "Watergate", que en 1970 determinó la caída del presidente Nixon.

EC – ¿A ver cómo es esto del "Katrinagate"? Cuesta ver el nexo con "Watergate"...

EL – A diferencia de "Watergate", el llamado "Katringate" no está basado en una investigación periodística puntual que revela información secreta sobre Bush y sus colaboradores. En este caso no hay reuniones secretas, ni un informante como "Garganta Profunda".

En este caso, el periodismo estaría brindando un servicio público que no permite ocultar mentiras o fiarse solamente de las versiones oficiales. Las cámaras están captando la realidad, lo que está pasando en Nueva Orleans, haciendo quedar mal las excusas presentadas por las autoridades y, especialmente, por Bush.

EC – Está bien, pero al principio de esta tragedia, a los medios también les costó darse cuenta de lo que estaba ocurriendo en Nueva Orleans...

EL – Es cierto, los medios pensaron que este era un huracán más de la temporada de huracanes. Si uno prendía la televisión al día siguiente del paso del huracán, la cobertura era mínima. Se hablaba de grandes daños, pero no acertaron con la escala del desastre. Pero –poco a poco- se fueron dando cuenta que esto no era lo mismo de siempre.
Y ahora, los medios están haciendo una cobertura impresionante. Están cuestionando las declaraciones de las autoridades permanentemente. De alguna forma, no las dejan mentir, y por eso se habla de "Katrinagate".

Es una cobertura de dimensiones similares a la de los atentados del 11 de setiembre...

EC – Sí, pero cuando fueron los atentados del 11 de setiembre, los editorialistas de los principales medios respaldaron el modo de actuar de las autoridades...

EL –  Es cierto. Pero en esta oportunidad, si uno lee las columnas de opinión de los principales diarios estadounidenses no entra ni un halago.

El editorialista David Brooks, del New York Times, inclusive catalogó este desastre como el "anti-11 de setiembre" por la negligencia de las autoridades.

EC – Está bien, pero la prensa, especialmente los editorialistas, suelen ser muy críticos, ese es su rol de alguna forma...

EL – Es verdad. Pero en este caso – y quizá es lo que más llama la atención-, los canales de televisión estadounidenses, que suelen ser bastante complacientes o, por lo menos, respetan mucho las voces oficiales, salieron a desafiar a los políticos y no se conformaron con sus explicaciones o con las ruedas de prensa de las autoridades. Y hay algunos ejemplos que pueden servir para entender un poco más el tema.
Durante una conferencia de prensa en la cual las autoridades se estaban felicitando mutuamente por los logros alcanzados, un periodista de la NBC interrumpió y gritó: "Esto no es Irak, no es Somalía, es nuestro hogar".

Otro ejemplo. Un periodista de la CNN se salió de sus casillas hace algunos días cuando entrevistaba al entonces director de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias, Michael Brown.

El periodista le increpó a Brown: "¿cómo puede ser que tengamos mejor información que usted? ¿Cómo puede ser que no se estén lanzando suministros desde aviones? En Banda Aceh, en Indonesia, lo hicieron dos días después del tsumani". Finalmente, Brown renunció ayer a su cargo.

Bush también recibió un sacudón cuando un reportero que cubría su viaje a Mississippi le sugirió que el hecho de tener un tercio de los soldados en Irak pudo haber mermado la respuesta gubernamental, un planteo que no le cayó nada bien a Bush.

La BBC inclusive se preguntó si "Katrina no salvó a los medios estadounidenses" al devolverle la dignidad en sus coberturas.

EC – Ahora los medios también se enfrentan a otro tipo de decisiones. Tienen que decidir si toman el consejo de las autoridades de no difundir imágenes de los cuerpos, la mayoría de los cuales están desfigurados porque están flotando en las aguas desde hace varios días.

EL – El jueves pasado, las autoridades de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias aconsejaron no mostrar los cuerpos de las víctimas por respeto a sus familiares. Por lo pronto, la mayoría de los diarios estadounidenses ya mostraron fotos de los cadáveres flotando y las cadenas de televisión también, aunque con más prudencia.

Los defensores de la libertad de expresión se quejaron abiertamente por este "consejo" y dicen que detrás de este pedido está la intención de minimizar el fracaso del gobierno en las operaciones de socorro, de no mostrar lo que está ocurriendo.
Larry Siems, responsable del PEN American Center para la libertad de expresión, recordó que "la FEMA forma parte de un gobierno que ya impuso, en el pasado, restricciones a las imágenes de ataúdes (de soldados estadounidenses) devueltos desde Irak".

EC – Una decisión similar también fue tomada por los medios después de los atentados del 11 de setiembre de 2001. En esa oportunidad decidieron no mostrar las imágenes de la gente cuando se tiraba por las ventanas de las Torres Gemelas.

EL – Sí, Mary McGinnis, vicepresidenta de la cadena CBS, recordó el caso de los ataúdes y dijo que la política general de su canal es no emitir imágenes que permitan reconocer una víctima, más allá del consejo de la FEMA.

Esto da para una larga discusión sobre el rol de la FEMA y las autoridades en general, si las autoridades pueden hacer este tipo de pedidos de no mostrar imágenes, si no limitan la libertad de expresión...

Pero más allá de este pedido y de si los medios lo acatan o no, como te decía anteriormente la prensa en general tiene a Bush bajo la lupa.
La semana pasada un diario publicó la historia de una anciana que llamó a su hijo después del temporal y le dijo lo que había pasado. El hijo le pidió a su madre que se quedara tranquila, que ya la iban a sacar. Eso fue un lunes. El viernes siguiente la mujer murió ahogada en un asilo de ancianos, ese asilo de ancianos en el que murieron 30 viejitos. Ese tipo de historias abundan en los medios estadounidenses.

EC – Y estos sin duda alguna pone a Bush en un aprieto...

EL – Claro, por eso los medios y los analistas hablan de "Katrinagate", el mayor reto político desde la época de Nixon. Y los medios no están revelando nada nuevo, nada secreto, pero están intentando no quedarse solamente con las voces oficiales.

El New Orleans Times-Picayune publicó una editorial que decía: "Estamos indignados señor presidente y lo estaremos por mucho tiempo incluso luego de que nuestra querida ciudad vuelva a estar seca. Nuestra gente merecía ser rescatada, muchos que pudieron ser evacuados, fueron abandonados. Eso es una vergüenza para este gobierno".

Todavía es muy pronto para determinar si esto se convertirá en un verdadero "Katrinagate", que determine la caída en picada del presidente. Veremos qué pasa cuando bajen las aguas...