El ojo del huracán, que ya había ocasionado la muerte de 13 personas en Jamaica y Haití, pasó primero por la isla de Cozumel –que resultó ser la más afectada-, y luego se dirigió hacia Cancún y Playa del Carmen. Las tres localidades estaban ayer sin electricidad y con escasas comunicaciones telefónicas.

Después de azotar durante más de 36 horas la región, el Wilma se degradó a la categoría 2 en la escala Saffir-Simpson (de 5), con vientos de hasta 174 kilómetros por hora.

Según el Centro Nacional de Huracanes de Miami, el ciclón recobrará velocidad hoy y virará hacia el Noroeste, para golpear el oeste de Cuba y luego dirigirse a Florida, adonde llegaría entre hoy y mañana.

"Nunca en la historia habíamos tenido un fenómeno meteorológico como el de ahora, que equivale a cuatro o cinco huracanes de este tamaño que estuvieran pasando de manera subsecuente", resumió el gobernador del estado de Quintana Roo, donde se encuentra Cancún, Félix González.

El nivel de destrucción es impresionante, según dijo el gobernador. "Todas las infraestructuras se han visto afectadas".

Las autoridades, sin embargo, señalaron que aún no contaban con información completa sobre los daños dejados por el Wilma porque los fuertes vientos impedían el trabajo de los equipos de emergencia, que permanecían encerrados en refugios.

Más de 75.000 personas fueron obligadas a buscar refugio en toda la península. "Realmente no sabemos nada; no hay teléfonos ni celulares", dijo José Nemesio Medina, director de Protección Civil de Quintana Roo.

"No tenemos noticias de Cancún, Playa del Carmen ni Cozumel. Creo que ésta va a ser una situación catastrófica", agregó.