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Dificultades supremas para Bush

Tras la renuncia de la anterior candidata dado el escaso apoyo que recibía en el Congreso, George Bush necesita que se apruebe el nuevo postulante para el cargo vacante de la Suprema Corte: Samuel Alito. Un hombre que sustituirá a una mujer; un ultraconservador que reemplazará a una moderada, por citar algunas de las claves que podrían complicar su designación. Comentario de la periodista Elisa Lieber.

(Emitido a las 08.29)

EMILIANO COTELO:
El presidente George W. Bush nominó este lunes al juez Samuel Alito como su nuevo candidato a magistrado de la Corte Suprema de Estados Unidos. Esta designación tiene lugar sólo cuatro días después de la renuncia de su anterior candidata, Harriet Miers, que no contaba con el apoyo suficiente en el Parlamento.

Con la designación de este nuevo juez, Bush intenta poner fin a una seguidilla de reveses que pusieron en aprietos a su gobierno en la última semana. Precisamente, para entender cómo podría influir esta nominación en la política estadounidense y cómo afecta este nuevo contratiempo a Bush, es que estamos en contacto con Elisa Lieber.


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Elisa, el nuevo candidato de Bush a integrar la Corte Suprema es miembro del Tribunal Federal de Apelaciones de Pensilvania y Nueva Jersey desde hace 15 años. Samuel Alito tiene una larga trayectoria como juez, a diferencia de la abogada anteriormente postulada para ocupar este cargo, Harriet Miers. Si te parece, empecemos por ahí, por la renuncia de Miers a su candidatura, para así entendemos un poco más la relevancia de esta nueva designación.

ELISA LIEBER:
Miers presentó su renuncia el jueves pasado porque no contaba con el apoyo suficiente del Parlamento.

Hubo tres críticas principales contra Miers. La primera, que tú mencionabas recién, es que aunque tenía una larga trayectoria como abogada, nunca ejerció como jueza.
La segunda crítica venía del ala radical del Partido Republicano, que no confiaba en el compromiso de esta abogada en temas como el aborto o las relaciones homosexuales.

Y la tercera crítica y que ponía en aprietos al propio Bush, era que Miers era abogada personal del presidente.

EC - ¿Y qué respuesta dio Bush ante estas críticas?

EL – En realidad, Bush terminó por tirar la toalla. En condiciones normales y con la mayoría con la que cuenta el Partido Republicano en el Senado, la confirmación de Miers debía haber estado garantizada.
Pero ni el propio partido apoyó la designación. Todos dudaron de su independencia en casos que pudieran involucrar al propio presidente, algo que ya ocurrió en el pasado.

EC – Claro, recordemos que en el 2000, la Corte Suprema fue la responsable de definir las elecciones presidenciales.

EL – Cierto. La Corte decidió en aquel momento que no procedía un nuevo conteo de votos en Florida, con lo que le dio el triunfo a Bush ante el demócrata Al Gore. Entonces, lo que justamente le cuestionaban a Miers era su independencia si era llamada a intervenir en un caso que involucrara a su cliente personal, al propio presidente de Estados Unidos.

EC - Y ahí entra en juego un asunto crucial en toda esta discusión: el rol central, medular, que tiene la Corte Suprema en las decisiones que se toman en Estados Unidos.

EL – Sí, su poder es enorme. Son nueve magistrados que son nombrados de forma vitalicia a menos que renuncien voluntariamente. Es un órgano de importancia capital en el sistema de Gobierno de Estados Unidos. Y a través de sus decisiones determina asuntos que en otros sistemas legales caen bajo jurisdicción del Legislativo.

Con sus decisiones, la Corte puede influir sobre la sociedad estadounidense durante una generación o más. De hecho, tiene la última palabra en los grandes debates de la sociedad, desde el aborto, a la eutanasia, pasando por el derecho de las minorías o la pena de muerte.

Según los analistas, la candidatura de Alito pretende satisfacer a los movimientos ultraconservadores que se oponen –por ejemplo- al aborto y a las uniones homosexuales.

EC – Supongo que la nominación de Alito no es del agrado de los demócratas...

EL – Para nada porque Alito entraría a la Corte para suplantar a Sandra Day O’Connor, que se jubiló a sus 75 años. Los demócratas critican que O’Connor –una moderada- vaya a ser suplantada por un ultraconservador.

Los demócratas también critican que el remplazante sea hombre, o sea, dicen que en la Corte debería haber mayor representación femenina.
A partir de ahora, una sola mujer se sentará con ocho hombres. Sólo queda Ruth Ginzburg, una progresista moderada que había sido designada por Clinton.

Otra de las críticas es que no nombró a un hispano, lo que hubiese permitido que la corte sea más representativa de la sociedad estadounidense.

EC – ¿Y cuáles son las perspectivas? ¿Qué desenlace tiene esta discusión?

EL – Los demócratas ya amenazaron con trabar la designación de Alito en el Parlamento. Si no se logra un acuerdo político, los demócratas podrían paralizar la actividad parlamentaria hasta tanto no se tome una resolución sobre este tema.
Justamente, el presidente Bush urgió al Senado a votar la designación antes de fin de año porque su gobierno necesita recibir un espaldarazo de forma urgente.

EC – Todo esto ocurre en un momento delicado para Bush.

EL - Este nuevo intento para nominar a un segundo candidato a la Corte es una oportunidad única para Bush de revitalizar su base política y cimentar su liderazgo cuando el gobierno republicano está atravesando una de sus peores crisis.

La indignación provocada por la designación de Miers había dividido profundamente al Partido Republicano, en un momento de por sí delicado para el presidente.

Recordemos que Bush ya venía debilitado por su reacción tardía ante el huracán Katrina, en Nueva Orleáns, y por la renuncia de altos miembros de su partido por supuestas denuncias de corrupción.

Ahora, la semana pasada, las encuestas demostraron que la popularidad de Bush está en su nivel más bajo de todo su mandato, sólo cuenta con 40% de aceptación. Y, además, el número de muertes en Irak continúa aumentando y llegó a 2.000 estadounidenses caídos desde el comienzo de la guerra.

Y, por si esto fuera poco, la Casa Blanca cerró el viernes pasado con un golpe durísimo, con el procesamiento y la dimisión de uno de sus más altos asesores por filtrar información secreta.

EC – Sería interesante repasar brevemente el caso de las filtraciones porque es un revés más, un revés que se suma a la renuncia de la candidata de Bush a la Corte.

EL – El viernes, sólo un día después de la renuncia de Miers, el gobierno de Bush sufrió otro golpe con la inculpación de Lewis "Scooter" Libby, el jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney.
Libby fue procesado por obstruir las investigaciones en el affaire de Valerie Plame, una agente secreta de la CIA cuyo nombre fue filtrado a la prensa. Supuestamente esta filtración tenía por objetivo desacreditar a su esposo, el ex embajador Joseph Wilson, quien había cuestionado los argumentos que llevaron a la guerra de Irak.

La acusación contra Libby ocurre después de dos años de investigación, una investigación que podría involucrar incluso al propio Cheney. Según el diario The New York Times, fue el vicepresidente quien informó a Libby sobre la identidad de Plame. En Estados Unidos develar la identidad de un agente de inteligencia es un crimen federal. Con este procesamiento, la oposición denunció una orquestación de esfuerzos de parte del gobierno para calumniar y callar a los opositores a la guerra en Irak.

También hay otro alto funcionario involucrado en el caso de Plame, el principal estratega político de Bush, Kart Rove. Pero aún no se decidió si será inculpado.

EC – Entonces, en la última semana, el gobierno de Bush fue golpeado por dos grandes escándalos. El jueves por la renuncia de Miers como candidata a la Corte y un día después por la renuncia de Libby como jefe de gabinete de Cheney.

EL – Sí, y en este contexto, la aprobación de Alito como magistrado de la Corte sería vital para que Bush refuerce su poder. Un poder que –como decíamos- viene de sufrir numerosos golpes.

Este es el Bush que recibiremos en la Cumbre de las Américas en Mar del Plata, un Bush con muchos dolores de cabeza a la interna de su propio país. Vamos a ver si es que se preocupa por lo que pasa por estas latitudes.