Internacionales

Chile: a un paso del balotaje, machismo y religión se mezclan en el debate

Opositores de Michelle Bachelete han intentado mostrarla como contraria a los valores religiosos y la han identificado hasta con el demonio. Desde las filas de la candidata chilena, hablan de las coincidencias de Sebastián Piñera con la derecha más conservadora. ¿Cómo vive Chile el último tramo antes del balotaje de este 15 de enero? Contacto con Horacio Brum, desde Santiago de Chile.

(Emitido a las 8.21)

JOSÉ IRAZÁBAL: Ayer, oficialmente, se bajó la bandera para los cien metros finales de la carrera electoral en Chile. El próximo 15 de enero se va a definir quién va a gobernar el país, en un balotaje que va a tener a Michelle Bachelet de un lado y a Sebastián Piñera del otro. Y los simpatizantes de uno y otro lado salieron a las calles, a los medios de comunicación, a los medios de propaganda en este tramo final.

Le vamos a preguntar a Horacio Brum, nuestro corresponsal en Santiago, cómo se están viviendo estas horas después del levantamiento de la veda publicitaria.

***

JI - ¿Cómo fue el romper el silencio que venía hasta ahora, hasta el mes de enero, para cerrar los últimos cien metros de la carrera rumbo a la presidencia?

HORACIO BRUM: Bien. Podríamos decir que desde el punto de vista de anécdota, la nueva carrera presidencial para esta segunda vuelta comenzó el sábado a la medianoche, cuando los candidatos compartieron una fiesta en Valparaíso con unos fuegos artificiales que se hacen tradicionalmente y son de los más grandes de América. Estuvieron invitados por el alcalde.
Allí, sobre todo a Piñera, se le notó la posibilidad de comenzar a hacer algún tipo de campaña porque le deseó a Bachelet lo mejor para este año, "excepto una sola cosa", evidentemente indicando el tema de la Presidencia. Hubo besos, abrazos, algún esfuerzo del comando de Bachelet para evitar que se vieran demasiado estrechos esos besos y abrazos...Pero podemos decir que fue la largada, la bajada de bandera de la campaña. Y ayer de mañana, cuando todo el mundo salía del trabajo, ya se veía en todas las calles de Santiago a miembros de los respectivos equipos electorales fijando en todos lados, en todos los espacios disponibles, sobre todo en cruces de mucho tráfico, la propaganda y distribuyendo esto que se ha hecho un símbolo de la propaganda política, que son estas llamadas "palomas", una especie de caballetes con lienzos de los dos lados con las imágenes y los lemas respectivos de los candidatos. De esa manera puede decirse que comenzó, ahora sí, oficialmente y bajo los términos de la ley, algo que se había venido haciendo una semana antes de manera informal: la propaganda electoral.

JI – Mañana va a haber un debate entre ambos candidatos.

HB – En efecto, mañana se va a realizar el debate televisivo. Según algunas fuentes del equipo de Piñera, que no quieren dar sus nombres ni comentar mucho el asunto, Piñera "se la tiene que jugar con todo", utilizando una expresión folclórica aquí en Chile, algunos dicen que "tiene que echar toda la carne a la parrilla" para lograr imponerse sobre Bachelet.
Indudablemente, como vimos en el resultado, esto va a ser un "cabeza a cabeza", y Bachelet ha hecho varios cambios con los que probablemente espera conducir el voto indeciso y el voto de aquellas mujeres que en la primera vuelta votaron por Piñera hacia su lado.
Piñera va a tratar de dirigirse a esos electores, va a tratar también de recurrir al factor religioso, a la gente que todavía tiene dudas sobre la fuerza que tiene Bachelet para mantener los supuestos valores morales y demás, e indudablemente el debate va a definir de alguna manera la elección, por lo menos para los comandos.

Para la gente no se sabe, porque las encuestas de los debates anteriores dieron que no había cambios tan drásticos después de cada debate.

JI - ¿Cómo llegan a esta recta final?, ¿qué dicen las encuestas? ¿Qué pasa, por ejemplo, con el apoyo que ha recibido Bachelet del Partido Comunista, con el que, si se suma linealmente, los porcentajes le estarían dando más de la mitad de los votos de la elección nacional?

HB – Exactamente. En teoría, el Partido Comunista oficialmente ha dicho que comprometería su voto con Bachelet. Pero se supone que ahí puede haber un voto díscolo, porque no hay que olvidar que el candidato que encabezaba el pacto "Juntos podemos", que integran el Partido Comunista y los humanistas, cuando terminó la primera vuelta dijo que él personalmente iba a llamar a votar nulo.

En estos días se ha reducido al silencio, y no se sabe qué puede pasar con el sector humanista que integraba este pacto, que podría poner un componente de diferencia respecto de los votos de Bachelet.

De todos modos, en teoría Bachelet todavía tiene un margen para ganarle a Piñera, pero va a haber una lucha muy reñida, por ejemplo, por recuperar el voto de la Democracia Cristiana, que se supone que fue a Piñera, el voto más católico, más orientado hacia la derecha. Y del lado de Piñera va a haber una lucha por sacar más voto femenino y también más voto masculino. A pesar de que el factor machismo todavía no se ha presentado directamente en estos primeros días de la campaña, indudablemente va a pesar también; en una sociedad que todavía, pese al discurso oficial de que está preparada para tener una presidenta, no se le tiene mucha confianza a las mujeres.

Y un detalle que hay que comentar de la campaña electoral: anteriormente los avisos hablaban de "Bachelet presidenta", y ahora están hablando de "Bachelet presidente"; evidentemente con un cambio de lenguaje.

JI - ¿Eso se incluye en la cartelería nueva?

HB – En los nuevos carteles, exactamente. Es muy interesante notar ese detalle. Ahora se habla de "Bachelet presidente". En el lenguaje diario la gente todavía no utiliza el femenino de los oficios. Todavía se habla de la juez y no de la jueza y demás. Es interesante ver cómo la cartelería está tratando de adaptarse a la realidad de la sociedad.

JI – Contame un poco cómo son los avisos, qué te sorprendió, a qué apuntan en el cierre, en estos poquitos días que quedan para la votación.

HB – Hay que tener en cuenta, por ejemplo, aparte de ese detalle que es muy significativo de Bachelet, que han cambiado también los lemas. En el caso de Piñera ahora es "Chile quiere más", cuando antes era "Chile puede más". Este "Chile quiere más" también nos invitaría a suponer que Chile quiere algo más que Bachelet, algo más que esta mujer que la derecha ha presentado como indecisa, vacilante e incluso se ha tratado de insinuar que estaría controlada por su equipo y que las ideas no son directamente las de ella.

Bachelet también cambió el lema, decía "Estoy contigo", y ahora dice "Bachelet presidente, por Chile y por la gente". Estamos hablando de una figura más de líder, un poco más sólida que aquella anterior, ya que el "Estoy contigo" era algo más de confianza, un poquito más íntimo, mientras que ahora lo que se quiere presentar es un líder.

No hay que olvidar que aquí la figura presidencial en sí tiene mucha fuerza. Es una sociedad en la que existe un paternalismo bastante considerable. La figura de una persona fuerte, que puede golpear la mesa, que puede imponer su voluntad sobre los demás es bastante importante en este país, donde la democracia sigue teniendo sus debilidades en ese sentido, en la percepción de la gente.

JI - ¿Cómo percibís el estado de ánimo de la gente? ¿Realmente hay una euforia de campaña? ¿Cómo lo definirías?

HB – Hay un sector que está decidido a irse de vacaciones. Este es el mes de las vacaciones de los chilenos. De hecho, después del 1º de año muchos empezaron a irse hacia las playas. Hay sectores más comprometidos, por supuesto, con todo esto. Hay sectores interesantes de mujeres de un nivel intelectual medio y hacia arriba que están bastante comprometidas con la causa de Bachelet. Algunas incluso han llegado desde el extranjero para votar y hacer su aporte a la eventual victoria de la candidata. El resto de la gente por ahora no parece demasiado entusiasmada. Se supone que esto va a cobrar ritmo, pero no se ve todavía a la gente movilizada en masa a favor de uno y otro candidato.

JI – Uno de los temas de atención de la campaña fue qué hacía el presidente, incluso desde la oposición se lo criticó por la participación. ¿Cómo está parado Lagos en este último tramo de la campaña?

HB – Ayer realizó un llamado a los dos candidatos a conducir la campaña con dignidad, sin ningún tipo de violencia verbal y demás. Por supuesto, no ha hecho ningún secreto de su apoyo a Bachelet. En cada oportunidad que ha tenido ha dicho que ella representa no la continuidad de su poder, pero sí la continuidad de la obra que ha hecho este gobierno. Lo deja muy en claro.

Evidentemente, Lagos no puede comprometerse en público demasiado con la figura de Bachelet, porque por otro lado se han hecho algunos análisis que no se dicen en voz demasiado alta, como que Bachelet le va a cuidar el asiento a Lagos durante estos cuatro años para preparar luego su regreso. Ese dato se tiene que manejar. Otra gente dice que Bachelet viene a caballo de la popularidad de Lagos, que es la más alta que ha tenido un presidente chileno en los últimos tiempos.

JI – Dejabas picando la frase de que Lagos llamaba a los candidatos a una campaña limpia. ¿Ha sido sucia esta campaña presidencial de Chile?

HB – La etapa anterior se puede decir que fue relativamente limpia. Fue sucia en el sentido de que hubo mucha pelea entre la gente que estaba a cargo de la propaganda electoral, por ejemplo. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de la propaganda electoral es realizada por "mercenarios", no por gente comprometida con los partidos, sino gente a la que los candidatos le pagan para que ponga carteles, para que haga propaganda. Y eso da lugar a cualquier tipo de incidente.

En esta etapa comenzaron algunas cosas, como la salida del factor religioso. Se le ha empezado a echar en cara a Bachelet que por ser agnóstica –algunos dicen directamente atea– no representa valores cristianos. Se dice que va a hacer esfuerzos por introducir el aborto más libre y demás. Hay sectores que han empezado a estimular a los sectores religiosos más conservadores para que hablen a favor de Piñera o en contra de Bachelet.

En lo anecdótico, se puede decir que la semana pasada hubo un acto de Piñera en el cual un alcalde de Independencia, que es una de las comunas más populares de Santiago, dijo que Bachelet era el demonio, que estaba relacionada con el demonio y por lo tanto quien votara a favor de ella iba a estar condenado.

Del otro lado, aparentemente con mayor sofisticación intelectual, un canal de televisión que pertenece a un empresario muy católico conservador ha comenzado a darle cada vez más pantalla al cardenal Medina, que es un representante de la Iglesia más reaccionaria de Chile, alineado con la derecha pinochetista, que ahora tiene un alto cargo en el Vaticano y que comenzó a decir que hay que votar según el Evangelio y que no se puede votar a favor de gente que ha promovido el divorcio y el uso del condón, por ejemplo, como es el caso de Bachelet.

JI - ¿Pinochet aparece mencionado en algún momento en la campaña, o es una figura que ya no está en la cabeza de los chilenos?

HB – El tema Pinochet en sí, como tal, no está presente. De hecho en estos días hubo nuevos desafueros, nuevos decretos de libertad condicional de Pinochet y demás y no fueron una noticia de gran repercusión. Pero más o menos discretamente, desde el bando de Bachelet, se ha tratado de hacer asociaciones entre la derecha y Piñera y el pasado militar.
Piñera ha salido a contraatacar recalcando que él fue uno de los que votaron a favor del "No" cuando Pinochet hizo aquel plebiscito en el año 88, con el cual quería perpetuarse en el poder.

Y es cierto, para la derecha más reaccionaria Piñera sigue siendo un hombre que siembra dudas porque votó en contra en ese plebiscito y trata de dar una apariencia de derecha más liberal. Esa es la manera bastante tangencial como ha salido el tema dictadura y Pinochet en esta campaña, pero no es un tema decisivo de ninguna manera.

-------------------------

Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: María Eugenia Martínez