En la base de Guantánamo, ubicada en Cuba y controlada por el gobierno estadounidense desde 1903, hay actualmente unos 500 presos calificados por Estados Unidos como "combatientes enemigos" y contra los que no hay cargos ni se encuentran en proceso judicial.

Desde el pasado mes de agosto, al menos 84 reclusos se han declarado en huelga de hambre en la base naval para protestar por las condiciones en las que se les mantiene. Ya en noviembre del 2005, Naciones Unidas no había obtenido la autorización de Washington para hablar libremente con los prisioneros e inspeccionar la base estadounidense.

El interés de Merkel en este tema surgió debido al testimonio de un ciudadano alemán de origen libanés, que asegura haber sido secuestrado, torturado y detenido durante cinco meses por la CIA, que luego lo puso en libertad tras comprobar que se trataba de un error.

Además, la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos presentó ante un tribunal de Virginia una demanda en nombre de este ciudadano alemán llamado Khaled al Masri. El gobierno alemán ya pidió explicaciones a Washington por el secuestro de uno de sus ciudadanos. Pero el abogado de Masri, considera que las explicaciones dadas por la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, a la nueva canciller alemana, Angela Merkel, son "notoriamente insuficientes".

El abogado también dijo que "Estados Unidos debe reconocer el error que se ha cometido, dar explicaciones y presentar una disculpa". Además aseguró que su cliente sufrió "secuestro, malos tratos y un estado de zozobra durante varios meses que ha tenido consecuencias psicológicas sobre su persona".