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Bachelet, una mujer al frente de Chile

Ayer Chile eligió nuevo presidente. Y pese a que ganó el partido que gobierna desde hace 16 años, hay cambios. Se eligió a una mujer, Michelle Bachelet, separada y madre soltera, además de agnóstica, cuyo triunfo puede representar un cambio en una sociedad identificada como conservadora. Su agenda se volcará a lo social con un gran desafío internacional: el triunfo de Morales en Bolivia y la eventual victoria de Humalla en Perú. Dos líderes nacionalistas en países con los que Chile tiene relaciones complejas. Contacto con el analista Aldo Lema.

(Emitido a las 7.35)

(Audio)

MICHELLE BACHELET:
¿Quién lo hubiera pensado, amigas y amigos? ¿Quién lo hubiera pensado hace 20, 10 o cinco años atrás que Chile elegiría como presidente a una mujer? Parecía difícil pero fue posible. Es posible porque lo ciudadanos lo quisieron, porque la democracia lo permitió. Gracias amigas y amigos. Gracias Chile. Gracias por el voto de millones de ustedes. Gracias por la confianza que han depositado en mí. Gracias por invitarme a recorrer con ustedes el camino de la libertad, de la igualdad, de la prosperidad. Este no es el triunfo de una sola persona, ni de un solo partido, ni de una coalición. Es el triunfo de todos nosotros. Es el triunfo de Chile. Ganó Chile otra vez, como cada vez.

El mundo ha mirado esta elección con una dosis de asombro. Pero esta no es la primera vez ni será la última en que chilenos asombramos al mundo. Tras 17 años de dictadura transitamos ejemplarmente a la democracia..."

(Fin del audio)

JOSÉ IRAZÁBAL:
La candidata socialista Michelle Bachelet se convirtió ayer en la primera mujer en la historia de Chile en ser electa presidenta de la República.

ANDRÉS GIL:
Con el 53,5% de los votos a su favor triunfó sobre el candidato de la oposición, el multimillonario empresario Sebastián Piñera. Logró un resultado que había sido anticipado por todas las encuestas. Bachelet es médica pediatra, agnóstica, ex ministra de Defensa y de Salud, hija de un general asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet, incluso ella fue encarcelada y torturada por ese régimen y luego marchó al exilio junto a su madre. Fue madre soltera de tres hijos, de dos padres diferentes, de los que separó en un país en el que el divorcio fue aprobado recién en 2004.

Es continuismo pero al mismo tiempo rupturismo. Un contraste interesante.

JI – Vamos a ver qué nos dice uno de nuestros colaboradores en Chile, Aldo Lema.

***

Aldo, ¿cuáles son las primeras impresiones del triunfo de Bachelet?

ALDO LEMA:
Yo creo que la frase de Bachelet ayer en su discurso triunfal resume bastante bien  lo que se vive hoy en Chile y lo que se ha vivido en las últimas horas. Es decir, la pregunta de "quién lo habría pensado" perfectamente es un elemento que caracteriza esta situación. Bachelet era un nombre completamente desconocido para la gran mayoría de la población en marzo de 2000, cuando asumió como ministra de Salud. Yo me atrevería a aventurar que uno podría interpretarla como un "outsider". A pesar de que ha estado vinculada políticamente a la Concertación, es una "outsider" dentro de esa coalición gobernante en Chile y dentro del panorama político de este país en el sentido de que no había ocupado cargos previamente, no había tenido una carrera política desde el punto de vista de cargos electivos. Simplemente había sido candidata a edil por una comuna en el año 1992 y había estado asesorando en algunos ministerios, fundamentalmente en el de Salud. Sin embargo, no se le veía una carrera política como la que puede tener Hillary Clinton hoy en Estados Unidos.

Desde ese punto de vista, claramente, era impensable como ella misma lo mencionaba.

Además, debe considerarse las características que ustedes describieron. Claramente no calza con el perfil de lo que uno podría pensar de lo que habría sido un presidente en Chile. Es un país más acostumbrado a liderazgos masculinos y más fuertes. Una característica que viene desde el Siglo XIX, no sólo se ha dado en el Siglo XX.

AG – A propósito de eso, había declaraciones que publicó la agencia de noticias AFP. "Yo reunía todos los pecados juntos: socialista, hija de mi padre, separada, no religiosa", decía Bachelet. Creo que eso resume más o menos ese contraste que tu describías con respecto a lo que es la sociedad chilena hoy y la novedad que significa el hecho de que Bachelet haya llegado a la Presidencia.

AL – Además de lo de mujer y, como mencionabas, las características de lo que ha sido su vida. Una vida muy especial por cierto. Yo diría que el hecho de su agnosticismo, si bien era una característica que Lagos tenía, volvió al tapete en los últimos años desde el punto de vista de los candidatos tanto Lavín como Piñera que buscaron capitalizar ese voto humanista-cristiano que en Chile es tan importante y es representado por la Democracia Cristiana dentro de la Concertación. Creo que como característica, como clave en esta elección, la Democracia Cristiana finalmente no perdió los votos que se pensaba podía seguir perdiendo a manos de Piñera. Se retuvo ese voto. Además, Piñera no logró retener el 100% de los votos de Lavín. Retuvo aproximadamente el 90% de ese voto. Finalmente, desde la primera a la segunda vuelta, una parte del voto más popular y despolitizado fue desde Lavín, curiosamente, hacia Bachelet.

JI - ¿Por qué gana Bachelet? ¿Por su propio peso, por el apoyo del partido, por la gestión de Lagos...? ¿Cómo se está leyendo eso?

Al – Creo que vamos a necesitar un poco más de tiempo como para decantar lo que puede ser la explicación para la historia. Pero diría que evidentemente la Concertación como proyecto político ha sido extraordinariamente exitoso en estos últimos 16 años en los que ha gobernado Chile -por lo menos, serán 20 años ininterrumpidos de gobierno de la Concertación- en el sentido de darle gobernabilidad al país y asegurar una combinación de alto crecimiento económico con una red de protección social mayor.

Desde ese punto de vista, Bachelet primero hereda el éxito de la Concertación y hereda también el éxito del propio Lagos que tiene hoy un respaldo popular del orden del 70 al 75%. Lagos fue de menos a más. Comenzó con una situación económica muy complicada, la misma que tuvo el resto de América Latina aunque en Chile se reflejó en forma menos pronunciada. De todas maneras, hubo años de desempleo alto y poco crecimiento, lo cual se tradujo en algunas desconfianza respecto a la capacidad de Lagos de gobernar. Pero una vez que el escenario externo mejoró, la economía se consolidó, el desempleo fue reduciéndose y además el propio Lagos logró algunas reformas muy importantes que lo presentaron en un status claramente significativo y que puedo transmitir o trasladar parte de su votación.

Por lo demás, yo diría que también uno percibe un cambio en la sociedad desde el punto de vista de las libertades en temas de valores, en la igualdad de género, en la igualdad de oportunidades. Muchas de esas ideas o de esas peticiones  de la sociedad en general son muy bien canalizadas por Bachelet. Desde ese punto de vista creo que es una mezcla entre el éxito de una coalición y también de una sociedad que eventualmente está cambiando.

AG – Bachelet fue electa por la Concertación, que es una coalición de partidos de centroizquierda que está gobernando Chile desde 1990, se sucedieron en la Presidencia Patricio Alywin, Eduardo Frei (h) y Ricardo Lagos. Interesa saber entonces cuál es la impronta que Bachelet le va a imprimir a su propia gestión. ¿Se puede hablar, se puede situar a Bachelet en una matriz de izquierda – derecha, más a la derecha o a la izquierda que Lagos¿ ¿Qué tipo de izquierda va a estar gobernando Chile durante el próximo período?

AL – Ese es un punto muy importante. Creo que en esta última elección hubo algunos elementos o algunas posiciones o formas de encarar las elecciones que cambiaron respecto al pasado. Claramente esta no fue una elección donde Pinochet estuviera presente y por lo tanto el "Si" y el "No" ocuparon un segundo plano, mientras de alguna manera habían marcado las elecciones anteriores.

En términos generales no hubo aquí una asimilación por lo menos desde el punto de vista mediático, de la ciudadanía, de Bachelet con la izquierda o de Piñera con la derecha. El debate estuvo más bien entre la Concertación y la Alianza que han sido estas dos coaliciones que han estado desde el 90 guiando la política en Chile y eventualmente también desde el punto de vista de las capacidades, las características, los atributos de los candidatos.

Desde ese punto de vista, si uno tuviera que hacerlo mecánicamente, Bachelet está un poquito más a la izquierda que Lagos. El presidente debemos recordar que era un candidato transversal a los dos partidos más a la izquierda de la Concertación que son el Partido por la Democracia y el Partido Socialista. Proviene desde ese espectro y corriendo en paralelo está la Democracia Cristiana. En el caso de Bachelet, ella viene del Partido Socialista y en ese sentido uno podría caracterizarla y ubicarla un poco más a la izquierda que Lagos.

Yo creo que la impronta de su gobierno va a estar caracterizada fundamentalmente por tomar medidas o impulsar reformas ni bien llegue al gobierno el 11 de marzo, entre otras cosas porque, a diferencia de Lagos, su gobierno dura cuatro años y no hay reelección, por lo tanto los cuatro años deberían estar dedicados a y concentrados en tomar aquellas medidas que ha estado proponiendo en la campaña electoral.

Evidentemente va a haber mucho de continuidad en el proyecto de la Concertación, hay quienes sostienen que parte de la mala votación de Bachelet en la primera vuelta, en circunstancias en las que en la elección parlamentaria la Concertación obtuvo más del 52 por ciento y ella sólo capitalizó 46 por ciento, o sea que hubo entre 6 y 7 puntos que no la respaldaron, fue porque no destacó lo suficiente el éxito de la Concertación durante los últimos años. Creo que se aprendió esa lección y va a haber continuidad en el proyecto, también con énfasis nuevos.

¿En qué puede haber algo de ruptura? Probablemente va a haber una promoción fuerte de temas relacionados con la protección social. Dos temas que dominaron la campaña preelectoral fueron la distribución del ingreso y la igualdad de oportunidades. Si uno tuviera que "rankear" los temas, claramente estos ocuparon lejos el primer lugar. Desde ese punto de vista esta elección y lo que viene por delante marcan un salto cualitativo en los temas en debate. En lo político, ha quedado atrás el Sí-No. En parte ha quedado atrás también lo de izquierda-derecha y también han quedado atrás otros temas como el rol del mercado en la economía, la importancia de la estabilidad económica, que en alguna medida se han consensuado, no hay debate, puede haber algún matiz pero no hay una discrepancia significativa, y por lo tanto vienen temas relacionados con la distribución del ingreso, la igualdad de oportunidades, la protección social, como por ejemplo el acceso a la salud, etcétera. Por ahí deberíamos ir viendo el manejo político de los próximos dos o tres años.

JI – Me gustaría que profundizaras un poquito en el tema Pinochet, que decías que prácticamente no ha estado instalado en la agenda de los chilenos. ¿Cómo se ha canalizado el tema Derechos Humanos en Chile con la figura de Pinochet allí presente? ¿Cómo pensás que lo va a manejar Bachelet, hija de un militar asesinado por el gobierno de Pinochet?

AL – Bachelet no se ha pronunciado sobre ese tema, no ha habido planteos más allá de señalar que lo que corresponde es que la Justicia continúe con los procesos de todos estos temas de Derechos Humanos. En esta primera etapa probablemente vamos a ver mucho de eso, como le sucedió al presidente Lagos le va a suceder a la presidenta Bachelet, una continuidad de esos temas manejados fundamentalmente en el ámbito de la Justicia. No es posible descartar alguna sorpresa desde el punto de vista de planteos por parte de Bachelet respecto de ir cerrando o provocando la culminación de esta transición de un gobierno militar, de una dictadura militar a la democracia por parte de alguien que a todas luces aparece con una gran legitimidad y en alguna medida reconciliada.

Ese el otro punto que yo destacaría como clave de la elección, la situación de Bachelet desde el punto de vista de la violación a los Derechos Humanos en su familia, tan patentemente como en el caso de su padre, de ella y de su madre que estuvieron algunos años presas y después fueron exiliadas, le da una legitimidad, la misma que tuvo para ser ministra de Defensa e interlocutora con el comandante en jefe del Ejército, uno podría pensar que está preparada para que este tema vaya cerrándose en Chile.

En la primera etapa no creo que la agenda esté dominada por este tema, más bien va a ir por los temas en los que ha puesto más énfasis Bachelet, fundamentalmente la reforma previsional para reducir las vulnerabilidades en materia de pensiones que enfrenta parte de la ciudadanía, hay una tarea bastante encaminada en el tema de reformas constitucionales que profundizan la democracia, junto con este cambio político también hay una eliminación de senadores designados y vitalicios a partir del 11 de marzo, por lo tanto esos temas van a ser más relevantes que los que puedan venir en Derechos Humanos. Eventualmente con el tiempo quizás Bachelet pueda dar un giro distinto de lo que ha estado ocurriendo hasta ahora, pero no creo que ello vaya a ocurrir en este primer año de gobierno.

AG – Bachelet va a asumir el próximo 11 de marzo con un escenario interno que es de relativa armonía. La herencia que recibe del gobierno de Lagos es realmente positiva, pero quizás la situación sea un poco diferente en el contexto internacional o más bien en el escenario regional porque Bachelet va a tomar el gobierno en momentos complicados para Chile en cuanto a su relación con algunos países del entorno. En particular es muy probable que ya desde el comienzo de su gobierno tenga que manejar un escenario complicado con la Bolivia de Evo Morales y eventualmente con Perú, con un panorama que se puede complicar un poco más si el próximo presidente es Ollanta Humalla. ¿Cómo se ha manejado esto en la discusión en la campaña y cómo prevés que se maneje en los primeros meses de gestión?

AL – Ha sido un tema en la campaña, probablemente porque la oposición entendió que podía ser un punto débil desde el punto de vista de la capacidad de Bachelet para relacionarse con Evo Morales y con quien sea el próximo presidente de Perú. Me da la impresión de que estos nacionalismos un poco más fuertes tanto en Perú como en Bolivia van a representar una situación compleja para Chile. Lagos acaba de anunciar que podrían ir ambos, él y Bachelet, a la asunción de Evo Morales el 22 de enero. Ese primer paso eventualmente podría ayudar a mejorar las relaciones con Bolivia. Va a ser un tema importante, no cabe duda, vamos a ver quién ocupa el Ministerio de Relaciones Exteriores, porque claramente tanto con Perú como con Bolivia las relaciones no han mejorado todo lo suficiente en los últimos años y además ha habido algunas fricciones con Argentina fundamentalmente relacionadas con los problemas de abastecimiento de gas. Chile probablemente ha cumplido hasta ahora con insertarse muy bien en el mundo en el sentido de su integración comercial, política, con nuevos tratados de libre comercio y en los próximos cuatro años la agenda de América Latina debería ser prioritaria dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pautas ha habido muy pocas, los mensajes que entregó Bachelet durante la campaña electoral iban en el sentido de que como ministra de Defensa tuvo una relación muy fluida con los ministerios de Defensa de la región, no ha habido otros elementos concretos. Esto parte el 22 de enero, ahí vamos a ir teniendo novedades, si es que finalmente se concreta lo que sería una visita histórica, tanto la del presidente Lagos como eventualmente la de la propia Bachelet.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe