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Finalmente, Irán desató una crisis diplomática

Los experimentos en Irán para el enriquecimiento de uranio desataron una crisis diplomática. El asunto llegará al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ya que las potencias de Occidente dudan que estos trabajos tengan un fin pacífico como sostiene Teherán. Con el antecedente iraquí e imposibilitado materialmente de invadir el país, Estados Unidos –junto a Francia, Alemania, el Reino Unido y Rusia- apela a la diplomacia. El principal obstáculo para aprobar sanciones es la posición china. Análisis del corresponsal en Boston, Roberto Porzecanski.

(Emitido a las 8.30)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Cuando hace exactamente una semana, el martes 10, Irán retomó sus experimentos para enriquecer uranio en una planta piloto, todos los pronósticos indicaban que el mundo se dirigiría hacia una crisis diplomática muy severa.

En la última semana, los hechos no hicieron más que confirmar estos pronósticos.

ANDRÉS GIL:
El presidente de Estados Unidos, George Bush, dijo ayer que "Irán en poder de armas nucleares constituye una grave amenaza  a la seguridad del mundo. Es lógico que un país  que ha rechazado las tratativas diplomáticas sea enviado al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".

Tal es la gravedad de la situación que ayer, en Londres, tuvo lugar una reunión bastante poco común. Allí, altos oficiales de Alemania y los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –China, Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia- se reunieron para intentar elaborar una estrategia común para lidiar con esta crisis. 

JI - ¿Qué balance dejó esta reunión? ¿Qué cabe esperar en los próximos meses? Para avanzar sobre estas preguntas, el contacto será con Roberto Porzecanski, corresponsal de En Perspectiva en Estados Unidos (Boston, Massachussets), quien además es licenciado, magíster y candidato a doctor en Relaciones Internacionales.

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AG - Roberto, si te parece, antes de analizar la reunión de ayer, repasemos qué fue lo que desató esta crisis...

ROBERTO PORZECANSKI:
La crisis fue desatada, como decían en la introducción, por la decisión de Irán de retomar experimentos para enriquecer uranio, dando así de hecho por terminadas las negociaciones que durante los últimos meses había llevado a cabo con tres países de la Unión Europea -Alemania, Francia y el Reino Unido- que precisamente trataban de evitar este desenlace.

JI - ¿Y por qué este hecho –retomar el enriquecimiento de uranio- es tan significativo y a generado todo esta reacción de preocupación?

RP - Para entender esto hay que poner la situación actual en contexto. Irán es signatario del Tratado de No-Proliferación Nuclear. Como tal, se ha comprometido a no desarrollar armas nucleares y, si bien mantiene el derecho de desarrollar tecnología nuclear con fines pacíficos, esto debe ser hecho con el conocimiento y bajo la supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica.

Independientemente de cuáles sean sus aspiraciones en esta crisis más reciente, es un hecho que Irán ya violó este tratado cuando compró –sin notificar a la Agencia Internacional de Energía Atómica- tecnología para enriquecer uranio a Pakistán.

Con este antecedente y sin que los inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica tuvieran evidencia suficiente que el programa de Irán está llevando adelante tiene fines pacíficos, retomar el enriquecimiento de uranio ha sido visto por casi todos –menos por Irán, claro- como una violación de sus obligaciones bajo el Tratado de No-Proliferación Nuclear. La credibilidad de Irán es además cuestionada porque justamente un país con las reservas petroleras de Irán no parece realmente necesitar de la tecnología nuclear con fines pacíficos.

AG - ¿Existe una preocupación adicional porque el país que ha seguido esta conducta es específicamente Irán?

RP - Bueno, el surgimiento de cualquier nueva potencia nuclear sería una fuente importante de preocupación en cualquier caso. Pero sin duda lo es más aún en el caso de Irán, con uno de los gobiernos más radicales de Medio Oriente, con una retórica muy agresiva, en particular hacia el Estado de Israel y con enormes reservas de petróleo. Más aún, Irán está ubicado entre Irak y Afganistán, dos países donde Estados Unidos y la OTAN están llevado a cabo operaciones militares. No es un caso cualquiera, está claro.

AG - Y frente a este panorama, ¿cuáles son las alternativas que se están manejando?

RP - Bueno, lo interesante de este caso, sobre todo a la luz de los que pasó tres años atrás con el caso Iraquí, son las alternativas que no se están manejando. A pesar de que públicamente nadie descarta recurrir a la fuerza, se sabe que en privado ninguno de los actores principales considera que esta sea una opción viable.

AG - ¿Por qué?

RP - Por dos motivos. En primer lugar, porque, ni Estados Unidos, ni los países de Europa Occidental ni Israel tienen la información de inteligencia necesaria para saber con precisión donde están ubicados los objetivos que habría que destruir para impactar significativamente el programa nuclear de Irán. Al igual que en el caso de Irak, la inteligencia se basa casi exclusivamente en disidentes, algo bastante peligroso.

Además, Irán aprendió del error cometido por Irak. Recordemos que en 1981 Israel destruyó en un único ataque un reactor nuclear Iraquí, retrasando muchos años su proyecto nuclear. Como consecuencia, las instalaciones en Irán están muy dispersas, mucha de ellas se sospecha que bajo tierra.

En segundo lugar, y como consecuencia con de los que decíamos recién, la alternativa militar que queda sería una invasión, con costos económicos y humanos que exceden lo que todos están dispuestos a considerar. Más aún, una operación militar de este tipo contra Irán necesariamente tiene que suceder bajo el liderazgo de Estados Unidos, que en este momento simplemente no tiene los recursos ni económicos ni humanos para enfrentarla.

En relaciones internacionales hay quienes dicen que la guerra es la continuación de la diplomacia por otros medios. Bueno, en este caso parece ser que la diplomacia es la continuación de la guerra por otros medios.

JI - Parece entonces que definitivamente estamos hablando de diplomacia. ¿Qué alternativas diplomáticas están siendo exploradas?

RP - Por el momento la alternativa que está siendo explorada es la de someter esta situación a consideración del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Está claro que tanto Estados Unidos como Francia y Gran Bretaña están a favor de esta opción. También está claro, sin embargo, que estos países no están dispuestos a hacerlo si en ese marco cualquier resolución se va a enfrentar a un veto de Rusia o China. De ese modo es que se explica la reunión de ayer en Londres, donde altos diplomáticos de estos países –más Alemania- estaban viendo si había suficiente consenso como para avanzar en este camino.

Es importante recordar que aquí lo más difícil va a ser obtener el apoyo de China, quien no solo compra mucho petróleo a Irán sino que tradicionalmente se ha opuesto a todo lo que sean sanciones internacionales en el marco de Naciones Unidas. Rusia, por su parte, tiene sus propios intereses en juego, ya que vende grandes cantidades de armamento convencional a Irán.

De todos modos, parece claro que el principal problema es China. Ayer, en ocasión de una visita de la canciller de Alemania, Angela Merkel a Moscú, Valdimir Putin dijo que "las posiciones de Rusia, Alemania, la Unión Europea y Estados Unidos son muy cercanas", dejando en claro que el principal escollo es China. 

JI - Y finalmente, ¿qué pasó ayer?

RP - Ayer, luego de cinco horas de reunión, los seis países participantes no lograron ponerse de acuerdo respecto si el momento de someter el asunto a consideración del Consejo de Seguridad había llegado. Sin embargo, hubo acuerdo suficiente para que China y Rusia aceptaran no bloquear convocar a una reunión especial del Directorio de la Agencia Internacional de Energía Atómica el mes que viene, donde formalmente se considerará la opción del Consejo de Seguridad.

JI - ¿Cómo es esto?

RP - Lo que sucede es que en este caso, como se trata de violaciones al Tratado de No Proliferación Nuclear, quien formalmente debe enviar el caso al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe ser el Directorio de la Agencia Internacional de Energía Atómica. Para eso, hay que convocar a una reunión extraordinaria.

Entonces, como decíamos antes, si bien quienes se reunieron en Londres no se han puesto de acuerdo en que va a pasar en esa reunión, sabemos que nadie va a bloquear la convocatoria a esa reunión, que será en febrero.

Y en cuanto a qué podrá pasar en esa reunión, se sabe que si bien alcanzaría con una mayoría simple –que no habría problema en conseguir- la idea de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Alemania es llegar tan cerca de la unanimidad como sea posible, para darle mayor peso a la decisión y aumentar la presión sobre Irán.

Argentina, Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador y Venezuela son los países latinoamericanos representados en el directorio rotativo de 35 miembros de la Agencia Internacional de Energía Atómica en este período.

AG - ¿Y si el tema se remite al Consejo de Seguridad, qué cabe esperar?

RP - Este es un punto importante. Que el tema se refiera al Consejo de Seguridad es un hecho político en si mismo. Que exista consenso para remitir el tema no significa que haya acuerdo respecto de que hacer una vez que el tema esté allí. Está claro que algunos países quieren implementar sanciones económicas pero eso todavía está lejos de ser seguro.

Otro factor importante a considerar es que instaurar sanciones en contra de Irán no sólo sería dañino para Irán, ya que con su gran capacidad de producción de petróleo, Irán tiene la capacidad de interferir negativamente en un mercado que está sobrecalentado hace meses.

En suma: no existen opciones militares, el consenso en la comunidad internacional es muy frágil e Irán no parece ceder en su posición. Este es, sin duda, uno de esos casos donde nadie parece saber qué nos espera en los próximos meses.

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Edición: Mauricio Erramuspe