"De un argentino-uruguayo"
(Mensaje enviado el lunes 16 de ednerop de 2006)
Quizás esta sea una carta un tanto atípica en el caso de las papeleras, o por lo menos la siento así.
Tengo el orgullo de haber nacido y vivir en Gualeguaychú y también de mi herencia, y con eso les cuento que mis bisabuelos y uno de mis abuelos son nacidos en la República Oriental del Uruguay. De chico siempre bromeaban algunos amigos con esto, ¿de dónde son tus parientes, tus abuelos? ¿de qué parte de Europa vinieron? No, de aquí al ladito les decía, del Uruguay. Si se habrán reidom y eso formaba parte de mis enojos de niño.
También agradezco que desde los 14 años (gracias a un permiso en el juzgado) alternábamos nuestros veraneos adolescentes entre Ñandubaysal (Gualeguaychú) y Las Cañas (Fray Bentos) donde nos sentíamos como en nuestra casa. Mis amigos, viejos amigos pueden dar fe. También levanto en alto la amistad que hicimos en esa época con un par de jóvenes de Florida que veraneaban de mediados de diciembre a marzo con su familia, más aún con gente de Fray Bentos y en especial con una familia muy amiga de la ciudad de Mercedes, que hasta hoy, pasados veinte años, los siento como hermanos (si esto se publica ellos sabrán de quien hablo).
Desde chicos mamamos las palabras championes, la risa cuando pedíamos en la vecina orilla un chopp (nunca faltaba el falto de experiencia que decía "¿un chopp para tres?"; claro: aquí es un vaso, allá un litro), o una pizza común, ¡y venía sin queso! Así nos convertimos especialistas en los chivitos y en las pamplonas, y a veces nos sentimos más cerca de la idiosincrasia de la vecina orilla que de zonas de nuestro país. Ya en familia, las vacaciones fueron un poco más lejos. Conocimos el ansiado mar, la inigualable Punta del Este y la inolvidable gallega de Maldonado que nos trataba como hijos en su casa alquilada y nos convidaba el vino casero de su marido.
¿Por qué este sentimentalismo? Es un poco para explicar el dolor que uno siente en ese rinconcito del corazón cuando participa totalmente convencido, sin palos y máscaras (y no mandado por Busti como dice una periodista fraybentina) del corte de ruta en el puente Gral. San Martín. Tampoco por una cuestión de "nacionalismo fascista" como ha sido tildado por algún periodista uruguayo. Uruguay es un país y soberano, lo sé, pero también se que el río Uruguay es nuestro, y con este nuestro digo argentino y uruguayo. Soy docente en el área de la Física y Química, con cursos en química ambiental. He sentido, trabajando en los laboratorios escolares los olores del azufre (sino prueben quemar un trocito nada más, ojo que es ultra tóxico), y se de los peligros del cloro y sus derivados contaminantes. Siento mucha pena por este enfrentamiento entre la gente de una y otra orilla que malintencionadamente, promueven aquellos que están sirviendo a los capitales foráneos que huyen o son expulsados de los países desarrollados, aunque veo que cada vez somos más de los dos lados del Uruguay que pensamos y obramos igual.
Un párrafo aparte para vuestro presidente. No sabe cómo me alegró cuando ganó el Frente Amplio. Tabaré, hoy me decepcionaste, si ya se, el cuento de la "herencia", si lo viviremos los argentinos. ¿Pero qué importa para un presidente la opinión de un "extranjero" del montón? Por favor, tomemos conciencia. No solamente por nuestra generación cuarentona, sino por nuestros padres, abuelos y por las futuras generaciones, paremos esta locura. Y ahora la 3º planta. Si ya sé dentro del Uruguay, pero desemboca en el río Negro y de ahí ¿dónde terminan los desechos? Pontevedra, Valdivia, Fray Bentos, ¿cuál es la diferencia?
Prof. Eugenio A. Jacquemain