(Emitido a las 7.35)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Hamas ha ganado en las elecciones legislativas palestinas al partido oficial, Al Fatah. Esto ya según datos de la propia Comisión Electoral.

ANDRÉS GIL:
Lo cierto es que las elecciones legislativas van a suponer un cambio parlamentario de una magnitud que ninguna encuesta había podido pronosticar. A falta de los resultados oficiales, que se van a conocer sobre la tardecita de hoy, comienza a quedar claro que el movimiento de resistencia islámica Hamas ganó las elecciones y va a ser el encargado de formar el gobierno. Así lo reconocieron ya miembros del partido oficial, incluidos los miembros del actual gobierno, con Ahmed Kurei a la cabeza, que ya presentó su dimisión, dijo a periodistas hace un rato: "Voy a presentar hoy mi dimisión al presidente Abu Mazen, Mahmud Abas, y Hamas debe formar el nuevo gobierno". A partir de ahora se abre un escenario realmente complejo porque la llegada de Hamas al gobierno no sólo las encuestas no habían podido pronosticar sino que mucha gente, sobre todo en el panorama internacional, no deseaba.

JI – Vamos a ver cuáles son las repercusiones inmediatas de todo esto, nos vamos a la zona.

Ayer conversábamos con nuestra corresponsal Ana Jerozolimsky sobre el desarrollo de la elección legislativa; más allá de que se esperaba una votación de Hamas importante, habíamos dicho que podía estar en el 35 por ciento aproximadamente, eso decían las encuestas previas, nadie tenía en cuenta esto, nadie manejaba este dato de que Hamas podía terminar ganando la elección.

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Ana, ¿cuáles han sido las repercusiones inmediatas?

ANA JEROZOLIMSKY:
Ante todo la dimisión del gabinete palestino en pleno, empezando por el primer ministro Ahmed Qurea, hay información también sobre la dimisión del propio presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Abu Mazen. No lo tengo confirmado totalmente pero la información preliminar la he recibido. Significa un terremoto político, creo que esta vez no voy a dudar en usar términos tan categóricos y absolutos: un terremoto político en la ANP.

Hamas, si bien no se han publicado los resultados finales, oficiales de la Comisión Central Electoral Palestina, aunque sí los resultados de la parte de votación de distritos –ayer hablábamos de que la mitad del Parlamento llega de los diputados de las listas regionales–, hay una mayoría de más de los dos tercios para Hamas, está clarísimo que Hamas puede formar gobierno sin necesitar siquiera un diputado de otro partido.

AG - ¿Qué significa esto en la práctica?

AJ – Depende de qué aspecto estemos hablando. Ante todo, desde el punto de vista interno palestino, Hamas deberá lidiar ahora con un desafío con el que no está claro si sabe cómo comportarse. Es un tema aparte a profundizar y analizar a fondo, este tema de si Hamas está pronto o no para esto. Para comprender la dimensión de todo esto, para pensar junto con los oyentes, puedo citar una entrevista que hice hace  poco con un experto israelí en temas palestinos de la Universidad de Barilan, del Departamento de Ciencias Políticas, el doctor Menahem Klein, que me dijo –en términos que me resultaron en ese momento muy sorprendentes pero que hoy no puedo menos que recordar–: "En mi opinión si Hamas gana mayoría absoluta, si se convierte en el triunfador y no sólo si consigue una cantidad de escaños y se hace inevitable que lo inviten a ser parte del gobierno, si Hamas es el triunfador de las elecciones eso es una catástrofe para Hamas –dijo así, yo pensaba que estaba oyendo mal, pero lo repitió–, porque Hamas por un lado es un grupo fundamentalista islámico que tiene una ideología muy determinada, pero sabe que el pueblo palestino, la sociedad palestina no está preparada para vivi, y no quiere vivir, en lo que podría ser eventualmente un estado integrista, un estado fundamentalista islámico. Tendría que lidiar con la ideología por un lado y con la práctica por otro,  y aparte responder a las necesidades de la vida diaria, ya no sólo limitarse a criticar a Al Fatah o a la ANP".

AG - Lo de "no quiere" se da de frente con los resultados electorales.

AJ – Sin duda. Pienso que los propios integristas, los propios miembros de Hamas deben estar sorprendidos. Querían victoria, querían un rol claro si no, no hubieran participado en las elecciones legislativas. Está claro que en eso comenzaron a acercarse a lo que fue luego una decisión terminante de participar en las elecciones a partir de la gran victoria que tuvieron en lo municipal. Pero ser los encargados de la nación palestina que vive en Cisjordania en la Franja de Gaza, no sólo criticar a Fatah y a la ANP por la política con Israel, por un tema en el que sin duda Hamas sí tenía razón, la corrupción en las instituciones de gobierno, sino tratar de traer las respuestas necesarias para la situación económica, la situación social, para las diferentes carencias que hay, eso ya es otra historia totalmente diferente.

JI – Hablábamos ayer de la previa, de cómo veían Israel y Estados Unidos la elección, manejando que no aceptarían un gobierno en el que participara Hamas. Ahora la cosa cambia totalmente; ¿cuál fue la primera reacción en Israel?

AJ – Ya ayer el primer ministro en funciones, Ehud Olmert, dijo que Israel no va a hablar con un gobierno formado por Hamas si Hamas no reconoce a Israel. Todos estos comentarios de ayer, de anteayer, los que nosotros mismos hicimos, todos tienen parte de la verdad, pero el tono se debe agudizar porque no es que Hamas forme parte del gobierno sino que va a ser el gobierno.

En Israel hay una sensación –que pienso que tienen muchos palestinos también hoy– en cierta medida de una gran sorpresa, porque una revolución tal no se esperaba. Hay una aclaración de que Hamas va a tener que cambiar de política. El tema no es si quiere llegar a tener relaciones con Israel, eso no le interesa, pero si quiere poder tratar de hacer una acción de gobierno que sirva al pueblo palestino, que empiece a tratar de resolver algunos problemas, tiene que tener clarísimo que sin la ayuda de los donantes de la comunidad internacional no va a poder hacerlo. Y puede ser casi inmediato que no sólo Estados Unidos sino también Europa, que ha calificado a Hamas como organización terrorista, detengan el flujo de fondos a la ANP si esta va a estar formada por Hamas, en tanto Hamas no proclame que reconoce a Israel, que está dispuesto a una fórmula de paz. No quiere decir que comiencen a abrazarse mañana de mañana y estén sentados para negociar ya una fórmula concreta. Pero Hamas -que escondió este tema central en su plataforma electoral, habló casi únicamente de la corrupción de la ANP pero no sacó de su carta constitutiva, de la carta que es base de su fundación el tema que llama a la destrucción de Israel- no va a poder hacer un gobierno efectivo que cuente con el apoyo de la comunidad internacional, como contaba el presidente saliente, Abu Mazen, si no adopta posiciones primero en la parte declarativa y luego en la práctica que muestren que está a favor de una solución de paz y no siga siendo una organización que justifique que se la llame terrorista.

AG – Israel había amenazado con impedir que Hamas alcanzara el poder. ¿Cómo juega la eventualidad de que Simon Peres, que pretende volver al gobierno después de las elecciones del 28 de marzo, se haya manifestado dispuesto a negociar con los radicales, siempre y cuando estos depongan las armas?

AJ – La disposición a hablar con Hamas no es exclusiva de Peres, que sería de todos modos el número dos en la lista del partido Kadima, encabezado por el premier en funciones actual, Ehud Olmert. Fueron muchos. También Olmert y otras figuras de destaque político que se manifestaron en esos términos diciendo que no descartan –porque no porque se llaman Hamas e hicieron lo que hicieron en el pasado no se va a hablar con ellos–, si se registra un cambio en la política oficial de Hamas, y también la parte declarativa es importante como primer paso.

Esa opción de negociar si Hamas cambia, existe. Pero tú mencionaste eso de que Israel había concebido la posibilidad de impedir la participación de Hamas. Ayer cuando me acerqué a los colegios electorales en Jerusalén Oriental y en Belén y en Ramala, confirmé que en las papeletas estaban los nombres de Hamas, también en Jerusalén Oriental, porque por momentos se había hablado de la posibilidad de que se permitiera la participación de Hamas, no los iban a ayudar en nada pero no se lo iba a impedir en forma activa, no permitiendo que estuvieran las papeletas con los nombres de los candidatos de Hamas en Jerusalén, lo que habría sido un chiste. Los nombres estaban, la participación de Hamas fue absoluta y hoy ya se oyen voces críticas de eso.

Por ejemplo habló uno de los miembros del Likud habló de que "Israel cometió un craso error al permitir las elecciones con la participación de Hamas sin que Hamas haya depuesto las armas". Hoy creo que también hay palestinos que piensan así y que ya le están echando la culpa a Israel, diciendo que por no haberle dado frutos políticos a Abu Mazen, por no haber negociado y haber imposibilitado que Abu Mazen fuera a las elecciones diciendo: "Miren, logré tal y tal cosa", eso ayudó a Hamas. Pero el tema central en la campaña interna fue la corrupción que Hamas destacó. Hamas no hablaba de que quiere destruir a Israel, hablaba sólo de los problemas internos palestinos y en ese sentido hubo –quiero ser cautelosa– un cierto aspecto de engaño, dejó de lado un tema que de hecho, cuando se habla ahora de formar gobierno y apoyo eventual de la comunidad internacional, sí va a ser central.

JI - ¿Qué pasos se vienen ahora? Porque más allá de que se pueda cortar la asistencia a la ANP, también está el elemento de que se convocó a una elección, se respaldó esa elección y la gente eligió a Hamas, no hubo ninguna imposición.

AJ – Fue una elección democrática, fue una jornada ejemplar desde el punto de vista electoral, exenta de incidentes de violencia; yo contaba ayer casi como anécdota algunos casos de propaganda indebida que hacían Hamas y Fatah cerca de los colegios electorales, eso es una risa –perdón, no es tomarlo a la ligera–, no eran incidentes violentos. Uno puede decir si acaso es realmente algo de atmósfera realmente democrática si los enmascarados a la puerta del colegio electoral depositan el arma con la que andan por la calle libremente, votan, salen y recuperan el arma. Esas armas no tendrían que estar en la calle. Apartando eso no hubo incidentes violentos durante la jornada electoral. Tú mencionás eso con razón, recordemos que es un terremoto político que despierta mucha preocupación, reitero que estoy segura de que en muchos palestinos también, pero es el resultado de una votación libre más allá de las disquisiciones de cada uno de si se tendría que haber permitido esa elección con la participación de Hamas siendo Hamas todavía lo que es. El hecho es que esto también repercute, precisamente por haber sido una elección libre, en el entorno árabe en general.

En los últimos años ha estado sobre la mesa el tema de la democratización del mundo árabe, muy exigida por Estados Unidos, más allá de las discusiones sobre si la democracia se puede imponer o no, tenemos el tenemos de Irak y otros sitios, y los regímenes árabes moderados, con tendencias prooccidentales –Egipto es un caso claro– van a preguntarse ahora: "Ven lo que pasa donde hay elecciones democráticas: suben los fundamentalistas al poder". En Egipto por las elecciones que hubo con ciertas limitaciones los hermanos musulmanes se convirtieron en la cuarta parte del Parlamento y si no hubiera habido esas limitaciones serían muchos más, eso es lo que están diciendo todos los expertos en Islam en la zona. O sea que esto puede repercutir también en la zona en general y signar los procesos de democratización, porque muchos países van a decir: "Democratización significa que el Islam fundamentalista sube al poder". Es un tema complejo para hablar varias transmisiones.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe