Internacionales

El nuevo Irak

Desde Occidente, Irán es visto como una usina de provocaciones. Y su insistencia en el enriquecimiento de uranio, como un peligro. Mientras insiste en que sólo persigue fines civiles, el gobierno iraní no parece dispuesto a ceder un centímetro en sus planes. El caso ya está en la ONU y cada movimiento de los países miembros del Consejo de Seguridad, como Argentina y Perú, es seguido con atención. En Occidente y en el Mundo Árabe. Comentario de la periodista Elisa Lieber.

(Emitido a las 8.25)

EMILIANO COTELO:
En los últimos días, las miradas estuvieron puestas en la furia desatada  por la publicación de caricaturas de Mahoma en diarios de Europa. Pero, mientras las reacciones violentas se repetían en diferentes países islámicos, Irán desafiaba a la comunidad internacional con un conflicto a largo plazo.

Un Irán que según Occidente es una usina de provocaciones. Un Irán que para la opinión pública estadounidense es el mayor riesgo para la estabilidad de su país. Un Irán que será centro de discusión en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas después de la reanudación de su programa nuclear esta semana.

¿Por qué tanta preocupación por el programa nuclear iraní? ¿Qué medidas podría tomar el Consejo de Seguridad? ¿Se maneja la posibilidad de hacer uso de la fuerza en Irán? Sobre todos estos asuntos, estaremos conversando en los próximos minutos con Elisa Lieber.

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Elisa, desde hace ya varios meses que venimos hablando en nuestros análisis internacionales sobre la amenaza nuclear iraní, especialmente sobre las conversaciones entre algunos países europeos y el gobierno de Irán para encontrar una salida diplomática a este conflicto. Entonces, ¿qué cambió ahora?

ELISA LIEBER:
Lo primero que cambió o, en realidad, que no cambió es que durante las negociaciones que se realizaron el año pasado no se llegó a ningún acuerdo entre Irán y los países europeos a los que hacías referencia: Gran Bretaña, Alemania y Francia.
El pedido de la comunidad internacional es que Irán no enriquezca uranio bajo ningún término porque esa misma tecnología puede permitir crear una bomba atómica. E Irán dice que tiene el derecho de desarrollar energía nuclear con fines civiles y que lo único que pretende es eso.

La cuestión es que no se llegó a ningún acuerdo y en enero de este año, Irán rompió los precintos que sellaban la instalación nuclear en Natanz y aseguró que pretende enriquecer uranio en esa planta.

Ahora bien, la Agencia Internacional de Energía Atómica, la AIEA, decidió llamar a una reunión de emergencia para principios de febrero y dijo que aún le quedan dudas sobre las intenciones de Irán en el desarrollo de su programa nuclear.

La última acusación de la AIEA contra Irán es que posee un documento que muestra cómo convertir uranio enriquecido en una bomba nuclear. Con todos estos elementos, el organismo decidió referir el asunto iraní al Consejo de Seguridad de la ONU.

EC – ¿Y ahora el tema pasa a la órbita del Consejo de Seguridad, que podría tomar sanciones?

EL – Sí, pero el jefe de la AIEA, Mohamed El Baradei, flamante premio Nóbel de la Paz, aclaró que el Consejo no va a tomar ninguna acción por lo menos hasta marzo, cuando la agencia de energía atómica presente un nuevo informe sobre Irán.

Pero las perspectivas de llegar a un acuerdo diplomático no parecen muy alentadoras.

EC - ¿Por qué?

EL – Porque en seguida después del anuncio de que el tema sería llevado ante el Consejo, Irán ordenó el fin de las inspecciones de la AIEA, o sea que el próximo informe al que se refería El Baradei difícilmente sea completo. Además, el presidente iraní ya dijo que se reiniciarán los procesos de enriquecimiento a escala industrial.

Mientras tanto, se siguen ensayando soluciones diplomáticas. Rusia, por ejemplo, le ofreció a Irán su territorio para instalar plantas nucleares bajo su supervisión. Y es que Rusia está en una encrucijada respecto a este tema, al igual que China.

EC - ¿A ver cómo es este rompecabezas internacional

EL – Lo primero que hay que aclarar es que Rusia y China son miembros permanentes del Consejo de Seguridad y, entonces, tienen derecho a veto en caso de que se decida imponer sanciones a Irán, algo a lo que ya dijeron que se opondrán.

¿Y por qué se opondrían? Porque Rusia y China tienen intereses comerciales con Irán. Rusia está terminando de construir un reactor nuclear de la época del Shah y China firmó un acuerdo a largo plazo para comprar gas y petróleo a Irán. 

De hecho, la única salida a la crisis posible sería que Irán acepte esa propuesta de Rusia de procesar uranio enriquecido en territorio ruso.

EC – Un escenario que podría calmar los ánimos en el Consejo de Seguridad.

EL – Sí, de todos modos la pregunta sigue siendo qué confianza tiene la comunidad internacional en los compromisos de Irán. Porque Irán ya ocultó durante 18 años un programa de enriquecimiento. La cuestión no es el desarrollo nuclear, sino en manos de quién está. Porque nadie está preocupado por la tecnología nuclear que desarrollan Alemania, Japón o, incluso, Brasil.

La trayectoria en el pasado de Irán; sumada –por ejemplo- a las declaraciones controvertidas del presidente iraní, que llamó a borrar a Israel del mapa y dijo que el Holocausto era un mito, y a la reacción del gobierno iraní ante las protestas violentas por la publicación de las caricaturas de Mahoma, no son buenos síntomas para el mundo occidental. Entonces, más allá de posibles acuerdos antes de la sesión del Consejo de Seguridad, la pregunta es qué confianza se tiene en Irán. Este país que fue calificado por Bush como parte del "eje del mal" junto a Corea del Norte y el Irak de Saddam Hussein.

EC – Y la pregunta que también surge es: ¿hasta cuándo se actuará por la vía diplomática? ¿Si se tomarán acciones militares?

 EL – Sí. El ministro de Defensa, Donald Rumsfeld, no descartó el uso de la fuerza frente a Teherán y el primer ministro británico, Tony Blair, dijo que el tema no está en su agenda pero que uno nunca puede decir nunca en estas situaciones...

Sin dudas, es un escenario que recuerda mucho a los preámbulos de la guerra en Irak. La pregunta acá es si Rusia y China se oponen a imponer sanciones, si Estados Unidos estaría dispuesto a tomar medidas unilaterales. Varios intereses estarán en juego en el Consejo en los próximos meses. De hecho, para ir más cerca, Argentina y Perú serán miembros del Consejo durante estas discusiones y su apoyo a un bando u a otro estará en disputa.

Estos movimientos son especialmente sensibles en estos momentos, en momentos en que algunos activistas islámicos están enardecidos y las acciones se ven sobre el terreno, ya no sólo con atentados terroristas sino con estos actos violentos en varias representaciones europeas de la región por la publicación de estas caricaturas.

Cada movimiento de cada uno de estos países seguramente será muy estudiado por temor a represalias. Hay que ver cómo se mueve Estados Unidos en todo esto.