El cigarrillo entra a la cancha en Alemania 2006
Pese a lo que podría imaginarse, fumar en Alemania es mucho más fácil que en Uruguay. Mientras acá nos acostumbramos a la nueva y severa normativa, allá ni siquiera se contempla un área para no fumadores en la mayoría de los restoranes. Mientras tanto, los futboleros nerviosos podrán fumar mientras asisten en vivo a las distintas alternativas de su selección en el Mundial. Contacto con Andrés Gil, desde Berlín.
(Emitido a las 8.45)
EMILIANO COTELO:
Vamos a averiguar qué hay detrás de este título: "El cigarrillo entra a la cancha en Alemania 2006".
Ayer empezó una nueva era en nuestro país, con la entrada en vigor de más prohibiciones al consumo de tabaco, Uruguay ingresó a un selecto grupo de países, el de aquellos que tienen mayores restricciones en este terreno.
De todos modos, generalmente uno tiende a pensar que en estos temas en los que están de por medio la convivencia y el respeto de los derechos individuales Uruguaya siempre viene corriendo de atrás. La pregunta es: ¿esta percepción es correcta? ¿Qué pasa con países como Alemania, con una larga trayectoria de conciencia ecológica, donde el Partido Ecológico ha ocupado espacios importantes en el gobierno? ¿Cómo manejan los alemanes este tema? Y, más importante, si se quiere, ¿qué va a pasar durante el Mundial de Fútbol? ¿Se podrá fumar en los estadios?
Para responder esas y otras preguntas, nos vamos a Berlín en contacto con Andrés Gil.
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Andrés, antes que nada una pregunta bien sencilla: ¿se va a poder fumar en los estadios durante el Mundial?
ANDRÉS GIL:
Contra lo que uno quizás podría pensar, la regla es que en los estadios de Alemania siempre se puede fumar, sean abiertos o cerrados, y esto lo pude constatar personalmente en más de una oportunidad. Sin embargo el Mundial es el Mundial y el tema generó su polémica en esta previa porque por tratarse de un espectáculo deportivo la FIFA pretendía que se declarase los estadios espacios libres de humo de cigarrillo. Pero en esta batalla contra el gobierno alemán y el comité organizador contó con el apoyo de alguna ONG alemana e incluso de algunos políticos, por ejemplo el presidente de la Comisión de Salud de la Cámara Alemana de Diputados que en su momento pidió que se prohibiera fumar y tomar alcohol en los estadios.
EC - Pero al final parece que no tuvieron éxito.
AG - No lo tuvieron, es cierto, por lo menos no en cuanto a la prohibición. Digamos que se llegó a una solución transaccional, si bien finalmente los estadios del Mundial no se declararon zonas de no fumadores o espacios libres de humo, finalmente el gobierno alemán y la FIFA anunciaron hace pocos días que llegaron a un acuerdo para llevar adelante una campaña contra el consumo de tabaco durante esta edición de la copa del mundo.
EC - ¿En qué va a consistir esa campaña?
AG - Va estar basada en la difusión de cortometrajes en las pantallas gigantes que tienen todos los estadios, en las que se presenta la integración de los equipos, las jugadas dudosas, el replay de los goles y, por supuesto, publicidad; allí se van a pasar esos cortometrajes. Pero al mismo tiempo se va a instalar carteles especiales en la entrada de las doce sedes mundialistas que van a llevar la expresión en inglés "No smoking, please" (No fume, por favor), va a llevar el formato de exhortación, no de prohibición, por supuesto.
EC - Si no recuerdo mal, en el Mundial de Japón y Corea sí estaba prohibido fumar en los estadios.
AG - Es verdad, no se podía fumar en las tribunas, más que en algunas zonas muy precisas, y tampoco se vendía cigarrillos en los estadios. Pero también hay que reconocer que el de 2002 vino a ser el primer Mundial de la historia y hasta el momento el único en el que se prohibió fumar en las tribunas, algo a lo que en su momento accedieron los organizadores a pedido expreso de la FIFA y de la Organización Mundial de la Salud. Recordemos que la FIFA mantiene desde hace unos 20 años una política muy clara y muy dura en ese sentido, al extremo de que desde 1986 no acepta de ninguna forma patrocinadores de la industria del tabaco.
EC - Pero en este caso parece que no lograron convencer a los organizadores. Todo esto que tú consignabas en cuanto al público en los estadios me lleva a otra pregunta: ¿qué pasa con los otros espacios? La gente va a poder fumar, ¿y qué ocurrirá en los otros espacios, por mencionar un ejemplo, en las salas de prensa?
AG - En la sala de prensa también se va a poder fumar pero dentro de esa misma campaña que de paso digo que va a ser solventada a medias entre el gobierno alemán y la FIFA se incluye la obligación de establecer espacios reservados para no fumadores, algo que realmente no es una regla en Alemania.
EC - ¿Cómo que no? Eso sí que es una sorpresa.
AG - Sí, realmente, mi experiencia en Berlín y en otras grandes ciudades alemanas es que en realidad el cigarrillo no es un motivo de conflicto en la sociedad para la mayoría de la gente. Por ejemplo, en una enorme cantidad de restoranes, incluso los de nivel más alto, no hay restricciones para los fumadores, aun más: muchos de ellos por supuesto que no todos directamente no tienen una zona reservada para no fumadores. Ni hablar ya de bares, pubs y discotecas, ahí se puede fumar siempre sin restricciones de ningún tipo, y de hecho se fuma mucho, los alemanes son de fumar mucho.
EC - ¿Algún otro ejemplo que puedas manejar?
AG - En los lobbies de la mayoría de los hoteles se puede fumar, en las estaciones de metro y en las paradas de ómnibus, incluso los límites en los lugares de trabajo tampoco están muy claros. Digamos que no hay mayores restricciones y que en ese sentido la política es realmente muy dierente de lo que uno puede ver, por ejemplo, en Estados Unidos. Un dato muy claro: recién desde hace pocos años tres o cuatro se prohibió fumar en los medios de transporte público, algo que en Uruguay está vigente desde hace ya unas décadas.
EC - Supongo que de todos modos en algún momento esto habrá sido tema de discusión en Alemania.
AG - Sin duda, el debate está siempre latente. Recordemos que Alemania tuvo el movimiento antitabaco más fuerte del mundo durante los años treinta y la primera mitad de la década de los cuarenta es decir, durante el régimen nazi, que incluía la prohibición absoluta de fumar en espacios públicos o de hacer publicidad, a lo que se agregaron además trabajos de investigación muy intensos sobre los efectos del tabaco en la salud humana.
EC - ¿Y ahora, en estos días?
AG - Según nos comentaban algunos colegas alemanes, el debate existe, aunque no tiene demasiada presencia en los medios de comunicación. De hecho, la ministra de Salud ha llevado adelante algunos intentos de avanzar en este camino, pero se ha topado sistemáticamente con el freno del Ministerio de Economía, porque no olvidemos que los impuestos al cigarrillo en Alemania son muy pero muy altos y el Estado no puede prescindir de ellos tan fácilmente, más bien todo lo contrario, la tendencia en los últimos años ha sido a aumentar la recaudación por este concepto.
EC - Y, como no puede ser de otra manera, eso impacta en el precio de los cigarrillos, que es otra de las variables de control que suelen utilizarse para combatir el consumo. ¿Cómo están esos precios en Alemania?
AG - Una cajilla de cigarrillos en Alemania sale, dependiendo de la marca, unos cuatro euros, unos 120 pesos uruguayos. Si bien el poder de compra de los alemanes es muy superior al nuestro, de todos modos es un precio que los propios alemanes, los fumadores, por ejemplo, califican como desproporcionado. De hecho entre los jóvenes alemanes se ha hecho muy popular el cigarrillo armado, simplemente por una cuestión de costos. De todos modos cabe reconocer que está en elaboración una norma que incluye restricciones más fuertes al consumo de tabaco, en especial en lugares públicos, aunque todavía no se conoce cuál va a ser su alcance. No olvidemos que la industria del tabaco tiene un peso enorme en Alemania, así que supongo que no va a ser un camino muy sencillo de andar para el gobierno.
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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe