"Weinerei": un restaurante "sin precios" en Berlín
Un restaurant sin precios en la carta y con excelente comida y vino. Al final será el comensal el que determine el precio justo. Una exitosa experiencia en Alemania que Andrés Gil, jefe de Producción de En Perspectiva, visitó.
(Emitido a las 12.00)
GONZALO SOBRAL:
A ver que les parece esta propuesta: ir a cenar a un restaurant en una capital europea; comer una entrada, un plato, eventualmente un postre; además enfrentarse a cerca de 15 vinos diferentes, todos ellos abiertos y disponibles para que usted se sirva libremente, los pruebe, elija cuál le gusta más; al final - y esto es lo más novedoso - llegado el momento de la cuenta, pagar lo que le parezca. Lo que usted entienda que es justo..."
Bueno, esto existe y esta justamente en Berlín. Su nombre es "Weinerei". Un concepto tan novedoso como exitoso ya, en este caso asociado a la cultura del vino; una experiencia de la cual vamos a conocer más detalles, en dialogo con nuestro jede de Producción, Andrés Gil, desde la capital alemana".
***
Andrés, contanos un poco cómo es esto; antes que nada, supongo que tuviste oportunidad de probar este concepto tan novedoso... Es decir, podrás contarnos tu propia experiencia...
ANDRES GIL:
Efectivamente, estuve por ahí el viernes pasado. Y en realidad, si bien ya me habían hablado de la Weinerei (que, aprovecho para decir, quiere decir "vinería" en aleman); ya me habían hablado mucho sobre este nuevo concepto del "menu sin precios" que desde hace unos cinco años funciona acá en Berlín, el viernes caí de pura casualidad, sólo porque un grupo de brasileños nos sugirieron encontrarnos ahí.
Lo cierto es que fui, comí espectacularmente bien; y pude vivir la experiencia de ponerle yo mismo el precio a lo que comí y tome - algo que les puedo asegurar que no es nada fácil. Encima - para variar - tuve la oportunidad de conocer a un uruguayo, que trabaja en uno de estos restaurantes desde hace un año, y que obviamente me ayudo a entender un poco mejor de qué se trata esto, cómo es que funciona. Y además me confirmó que efectivamente funciona...
GS - Uruguayos por todos lados... vamos de paso a presentarlo...
AG - Te cuento. Se llama Hugo Francia, nació en Salto hace 44 años, pero se crió en Paysandú (vaya contradicción). Hugo esta viviendo en Europa desde 1993 y en Alemania desde 1996. Por estos lares aprendió mucho de lo que sabe: cocina, vinos, cocktelería, y digamos el negocio gastronómico en general. Ahora, hace un año que trabaja en uno de los locales de Weinerei... Ah, porque te adelanto que son tres, cada uno con su impronta, con su apuesta y su estilo propios.
GS - Bueno, pero empecemos por el principio, vayamos al concepto en sí, ¿cómo es eso del "menú sin precios"?
AG - Así como lo escuchás, un menú, variable para cada día (dependiendo del cocinero que este a cargo), en el que no existe lo que sería el "margen derecho" de la carta, el de los precios de cada plato. A propósito, Hugo me explicaba el otro día cuáles son a su entender, las principales diferencias con un restaurante convencional...
(Audio)
"HUGO FRANCIA:
Aquí se trabaja sin una carta específica, o sea, todos los días se hace una nueva carta, con lo que se ofrece de comida y lo fundamental de toda la historia esta es que no tiene precios; o sea, vos pagás de acuerdo a lo que comés, teniendo en cuenta los precios normales de otros restaurantes. Pero aquí no hay un precio fijo para nada; y la otra cosa es que aquí, por ejemplo, no se vende Coca Cola, no se vende cerveza, solamente vino. Porque esta es una agrupación de gente del vino, por eso se llama WEINEREI. Es una "verein", una agrupación, en la que todo el mundo esta de acuerdo que no se venda Coca Cola, y ningún otro tipo de bebdidas, a no ser vinos y algunos jugos".
(Fin del audio)
AG - Hugo me comentaba que los propietarios de estos restaurantes son gente vinculada a la industria del vino y, por supuesto, está muy interesada en promover y - por supuesto - explotar la "cultura" del vino, que en Europa está muy bien posicionada, tiene mucho adeptos.
GS - Una cultura que, de a poco, también se va instalando en nuestro país. Recién al pasar comentabas que en Berlin hay tres locales de Weinerei. ¿Todos con el mismo perfil?
AG - No, más bien todo lo contrario. Digamos que cada uno de ellos tiene su perfil propio, bien definido, según nos explicaba Hugo...
(Audio)
"HF - Este es el más grande de ellos, que es donde la gente viene más a comer, tipo restaurant, no?. Después esta el otro, el que se llama Forum, que va más gente juvenil, los estudiantes. Ahí se hace bufett todos los días; vas, tener que hacer la cola, servirte; y en el otro lugar, uno de los dueños, una o dos veces por semana presenta unos vinos muy especiales; y también se cocina pero la carta es mucho mas pequeña y cuando se prueban los vinos, generalmente la comida va de acuerdo con el vino que se va a presentar. Aquí es diferente, porque vos llegas y tenes ocho vinos blancos abiertos, ocho vinos tintos abiertos, y dependiendo de lo que te guste, vas, te servís; no te gusta, cambiás por otro. Esa es otra diferencia también: vos vas a un restaurant normal, pedís un vino abierto, un vaso de vino y si no te gusta te lo tenés que tomar igual porque igual lo vas a tener que pagar; aquí probás un poquito y si no te gusta, lo devolvés y agarrás otro".
(Fin del audio)
GS - Suena bien, pero supongo que te costó un poco definir cuánto pagar, ¿podés darnos alguna impresión de más o menos cuánto sale comer en un lugar como estos?
AG - Enseguida te confieso cuánto pagué yo. Fui al local de Weinerei que es restaurant - al que se refería Hugo como "acá", porque ahí es donde trabaja él - aunque visite también el Forum, que funciona más como un pub de vinos, con bufette. Pero antes de contarte mi experiencia, dejo a Hugo que haga su estimación, que de esto sabe un poco más...
(Audio)
"HF - Depende: si te tomás una sopa, después te comés un plato con carne, o un pescado con algún tipo de variación de las "beilage" (acompanamientos) que hay, y después te comés un postre; y, no sé, te tomás dos vasos de vino, por ejemplo, yo que sé, ponele, 20 euros. Resumiendo, para todo, es un precio sumamente accesible. Si comparás los precios que hay en cualquier restaurant, en cualquier cantina, con los precios fijos que hay, la diferencia es bastante enorme".
(Fin del audio)
GS - Entonces, ¿cuánto pagaste?
AG - Anduve por encima de esa media, pagué 25 euros. Pero es cierto también que estuvimos mucho rato y probamos varios vinos, aunque no comimos entrada. Además tengo que decir que la comida fue realmente exquisita y los vinos muy buenos, aunque es cierto que hay de distintas calidades y en función de los que te sirvas y cuánto te sirvas - de nuevo - pagarás lo que más o menos creas ajustado. Pero da gusto pagar, y creo que eso es parte del secreto del éxito.
EC - De todos modos, supongo que no debe ser tan sencillo como parece, ¿cómo es el momento de la recaudación?
AG - A medida que la gente se va yendo, va poniendo sus billetes en una especie de "bollón" de vidrio transparente, algo así como una "pecera" que hay arriba de un mostrador. De todos modos, contra lo que uno podría pensar, te aseguro no es fácil "pasarse de vivo". Es decir, Hugo me decía que después de unos primeros tiempos donde la libertad era absoluta, y realmente "cada cual aportaba lo que quería", ahora prestan un poco más de atención a lo que la gente paga, a extremo tal que en algunos casos, media algún tipo de conversación como para que los clientes que no se acercan al precio justo, entren en razón, buscando una especie de precio justo, que deje conformes a las dos partes. Es decir, "latinos con ganas de sacar ventajas", abstenerse...
EC - ¿Te comentó Hugo si los latinos son un problema en este sentido?
AG - No, de hecho me dijo que no van muchos latinos, más que brasileños y algunos argentinos; más bien la clientela se compone de españoles, italianos y por supuesto alemanes de los barrios más bohemios, gente vinculada a las artes, al cine, a la música, un ambiente muy especial en el cual el concepto ya está bastante instalado, lo que ha permitido que el negocio crezca y siga gozando de buena salud. De hecho, no te hacés una idea la cantidad de gente que pude ver que tuvieron que rechazar el viernes, porque tanto restaurant como el pub estaban repletos...
EC - De todos modos, no me imagino el concepto aplicado en Uruguay...
AG - Sí, yo tampoco; y según me dijo, Hugo menos aún...