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Milosevic murió a pocos meses de que finalizara el juicio por genocidio

El ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic fue hallado muerto ayer en su celda del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, a pocos meses del final del juicio por genocidio y crímenes de guerra al que era sometido desde febrero de 2002.

El cuerpo sin vida de Milosevic, de 64 años, fue encontrado por un guardia en la cama de su celda en el centro de detención de Scheveningen, cerca de La Haya, sin signos aparentes de violencia ni de que se tratara de un suicidio. El Tribunal ordenó una autopsia y un examen toxicológico completo para determinar la causa de su muerte.

Milosevic, quien dirigió primero Serbia y luego Yugoslavia con mano de hierro entre 1989 y 2000, atizó el nacionalismo serbio con sus ideas de una "Gran Serbia", lo que desembocó en cuatro guerras que acabaron con la antigua Yugoslavia y causaron centenares de miles de muertos y refugiados.

El juicio, en el que Milosevic se enfrentaba a 66 cargos de genocidio y crímenes de guerra cometidos en Croacia, Bosnia-Herzegovina y Kosovo, había tenido que ser suspendido en más de una veintena de ocasiones en los últimos cuatro años debido al frágil estado de salud del ex presidente que padecía de hipertensión y problemas al corazón.

Sin embargo, el fiscal Geoffrey Nice lo había acusado en varias ocasiones de no tomar sus medicamentos con el objetivo de retrasar el proceso.

El Tribunal había denegado el mes pasado una petición de Milosevic de ser trasladado a Moscú para recibir tratamiento, por considerar que podía obtener los mismos cuidados en Holanda. Esta negativa llevó ayer a su viuda y a su hermano mayor, Borislav, a responsabilizar al tribunal de su muerte, una acusación rechazada con firmeza por el Tribunal Penal Internacional.

Uno de sus abogados, Zdenko Tomanovic, agregó que el ex líder serbio temía estar siendo envenenado, por lo que solicitó que la autopsia fuera llevada a cabo en Moscú.