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Polémica reforma migratoria en Estados Unidos

En Estados Unidos, un uruguayo puede pasar todo un día sin tener que hablar una palabra de inglés. Y es que junto a los casi 44 millones de latinos (o descendientes) que viven en Estados Unidos, está su idioma: el español. Ahora se propone una reforma migratoria que puede cambiar las cosas para siempre. Comentario de Mauricio Rabuffetti.

Emitido a las 08.28

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Latinos o hispanos. Cualquiera de estos dos términos define a la minoría más importante dentro de la población actual de Estados Unidos. Casi 44 millones de personas nacidas en América Latina o descendientes de latinoamericanos viven en Estados Unidos.

En medio de una ruidosa discusión de una reforma migratoria que podría modificar para siempre las condiciones de vida de numerosos inmigrantes - y de quienes aspiran a serlo en Estados Unidos-, los latinos encabezaron las manifestaciones que piden una ley de migración humana.

Vamos a aprovechar la visita a Estados Unidos de uno de los colaboradores habituales de En Perspectiva, para bajar a tierra este tema, hablando no sólo de la legislación en discusión, sino también del día a día de los inmigrantes hispanos en ese país.

EMILIANO COTELO:
Mauricio Rabuffetti, periodista integrante de la Tertulia de En Perspectiva, esta vez desde Chicago, Illinois. Buenos días.

MAURICIO RABUFFETTI:
Bueno casi. Casi `buenos días´ porque aquí son las seis y veinte de la mañana. Y casi Chicago porque en realidad estoy en una ciudad llamada Evanston, una hora al Norte de ese gigante de cemento que es Chicago.

EC: Chicago, una de las ciudades más pujantes de Estados Unidos, también es famosa por sus grandes rascacielos. Allí está el que es hoy el edificio más alto de Estados Unidos, tras los ataques del 11 de setiembre: la famosa Torre Sears.

Pero vamos al tema que nos ocupa hoy. Queríamos aprovechar tu viaje a Estados Unidos para abordar este tema de la reforma migratoria, de esta reforma tan polémica, también desde un lado más cotidiano. Aunque obviamente tenemos que empezar por trazar un panorama de qué es lo que se está discutiendo en Estados Unidos sobre este tema.

MR: Perfecto. Lo que se está haciendo en este momento -por parte de los legisladores norteamericanos- es tratar de compaginar tres propuestas distintas. Una, bastante dura y restrictiva, es la de la Cámara de Representantes. Una más laxa es respaldada mayoritariamente por los demócratas y también por una parte del Partido Republicano. Y una intermedia, que es la que impulsa la Casa Blanca. Vamos a tocar brevemente enseguida estas ideas pero, lo más importante es enfatizar qué es lo que está en discusión y por qué está en discusión una reforma migratoria ahora en Estados Unidos.

EC: Claro. Yo señalaba al comienzo la importancia de los latinos en estas protestas que se dieron en los últimos días en Estados Unidos, pero claramente hay inmigrantes de muchísimos lugares. Y obviamente hay un problema central que está en el centro de toda esta discusión...

MR: Y esa cuestión es la ilegalidad: la falta de documentos, de permisos de algunos de los inmigrantes que residen en Estados Unidos. A lo cual se suma el constante ingreso de ilegales a través de las fronteras estadounidenses; principalmente la que lo separa de México. Justamente, la cuestión central, lo que de alguna manera justifica este debate a los ojos de los estadounidenses, es la existencia de una cifra estimada de 12 millones de inmigrantes ilegales en el país (muchos de ellos de origen hispano).

Si no existiera este número tan importante de inmigrantes ilegales y si no existiera la situación de permeabilidad de la frontera Sur con México, esta discusión probablemente sería otra y sería de otro tenor.

Primero porque Estados Unidos necesita inmigrantes. El mercado norteamericano absorbe mano de obra extranjera y eso es (y lo reconocen tanto republicanos como demócratas) parte de la fortaleza de la economía estadounidense.

Segundo, existe una gran preocupación que tiene que ver con la seguridad de las fronteras. Estos dos factores se combinan y sustentan esta discusión legislativa...

EC: Una discusión que puede tener consecuencias serias para muchos inmigrantes latinoamericanos (y por supuesto de otros orígenes) que hoy viven y trabajan en Estados Unidos.

MR: Justamente a eso iba. Recién hablábamos de las bases de la discusión legislativa. Pero ¿qué pasa con las consecuencias que se manejan para algunas opciones de reforma; consecuencias que son las que están empujando a las calles a cientos de miles de inmigrantes, legales e ilegales?

El gran problema es que se da – casi podríamos decir la `contradicción´- , de que muchos inmigrantes que no tienen papeles aquí, viven y trabajan como uno más, están integrados completamente a sus comunidades. Sus hijos, muchas veces nacidos aquí, van a la escuela y hablan perfectamente inglés. Estos inmigrantes ilegales muchas veces pagan impuestos, consumen, compran, venden. Y si, por ejemplo, el Congreso termina decidiendo que se adopte una medida de deportación sin que medie un permiso de trabajo, muchos de ellos van a tener que dejar el país.

EC: Incluso, una de las posibles medidas que se maneja es que se establezca como un crimen la permanencia en Estados Unidos sin documentos. Y se penaría, en ese caso, también a quienes brinden ayuda a un inmigrante ilegal.

MR: Efectivamente. Pero me quiero detener en un punto específico que es el más discutido y sobre el que más se insiste por parte de los manifestantes y por supuesto en la prensa. Me refiero al estatus de permanencia que puede terminar estableciendo la reforma migratoria.

Básicamente hay tres posibilidades. La que tu mencionaste que implica la "criminalización" (como le dicen aquí) y posible deportación de ilegales.

Otra posibilidad (que es la que alienta el presidente George W. Bush) es la creación de permisos de trabajo temporales por un período máximo de seis años, después de los cuales el trabajador debería volver a su país, algo que suena duro viendo la realidad de América Latina.

La tercera opción, que es la que impulsan los demócratas y una parte de los republicanos, es que luego de cierto tiempo, se abra la posibilidad de que el trabajador que se regularice, obtenga la residencia permanente.

Claramente las posibilidades que más fuerza tienen son las que prevén algún tipo de regularización de la residencia, ya que tanto los políticos estadounidenses como el mercado tienen claro que los trabajadores inmigrados son parte fundamental de esta economía. Y también, por supuesto, que tienen un peso electoral creciente.

EC: Me gustaría preguntarte algunas cosas del día a día. Tu has viajado últimamente a Estados Unidos y recorrido otras ciudades como Washington, Nueva York...¿Qué pinceladas de la vida cotidiana puedes aportar ahora desde Chicago sobre la presencia de inmigrantes, sobre todo hispanos, en esa ciudad?

MR: ¿Además de la comida mexicana?

EC: Además de la comida mexicana que pulula por todo Estados Unidos...

MR: Bueno, ahí podríamos tener un buen mercado nosotros también. Pero ese tema lo dejamos para alguna tertulia y más cerca del mediodía. Seriamente, lo que más impacta no sólo en Chicago es la presencia del idioma español por todos lados.

Aquí existe un barrio mexicano que se llama Pilsen. Pero no sólo allí se habla español. Específicamente en Chicago, algo que me llamó la atención es la existencia de publicidades oficiales, de las alcaldías o publicidades estatales en español. Ni siquiera hay dos versiones (en inglés y en español).

Uno toma el tren aquí y hay publicidades que están escritas en español, anuncios sobre el pago de impuestos, anuncios sobre el sistema de transporte...todo en español.
Yo invitaría a cualquier uruguayo que visite esta ciudad y otras de Estados Unidos, a que pruebe de hacer lo siguiente: propóngase no hablar en inglés durante un día, levantarse en el hotel, desayunar, tomar el tren, almorzar, visitar algún museo, alguna librería, leer el diario, mirar televisión, hacer compras y si le da el tiempo, de noche, ir al cine. Les aseguro que aunque no hablen una palabra de inglés en todo el día, no van a tener absolutamente ningún problema.

EC: Mauricio Rabuffetti, desde Chicago. Nos estamos reencontrando contigo en cualquier momento.