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China y Estados Unidos: rivales estratégicos

El presidente chino, Hu Jintao, está de visita en Estados Unidos. Y su agenda en buena medida es la del mundo. Las relaciones comerciales entre las dos potencias, el gasto militar chino, la presencia de ambos países en los mercados emergentes, Irán... Varios temas en el siguiente comentario de la periodista Elisa Lieber.

(Emitido a las 8.29)

EMILIANO COTELO:
El crecimiento sostenido de China en los últimos años presenta importantes desafíos para Estados Unidos, no sólo a nivel económico, sino también desde el punto de vista diplomático y de seguridad.

Las relaciones entre estas dos superpotencias se convirtieron en un juego estratégico, donde cada movimiento es vital para no desequilibrar la estabilidad mundial.

En este delicado contexto, el presidente chino, Hu Jintao, llegó ayer a Estados Unidos, para realizar una visita oficial de cuatro días que se da en un momento de tensiones importantes a nivel internacional. Para saber qué está en juego en esta gira y cómo puede repercutir en el mapa geopolítico, estamos en contacto con la periodista Elisa Lieber.

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Elisa, en noviembre pasado, Bush, el mandatario estadounidense, había visitado Pekín. Y la de ahora será la quinta reunión de los presidentes en tan sólo un año, lo que denota un creciente acercamiento entre estos dos potencias.

ELISA LIEBER:
Sí, de todos modos, vale la pena aclarar que también es la primera vez que Hu Jintao realiza una visita oficial a Estados Unidos como presidente de China. La idea es que Jintao exprese con transparencia cuál es su política a largo plazo

La gran inquietud de las autoridades y de los empresarios estadounidenses es saber cómo China prevé usar su poder que va en aumento.

Por un lado, la Casa Blanca espera propuestas en el plano económico, cómo disminuir el déficit comercial entre ambos países. Y, por el otro lado, Washington busca el respaldo de Pekín en el conflicto con Irán...

EC – Entonces, esta visita tiene dos propósitos muy claros. Comencemos por las relaciones comerciales.

EL –  A esta altura no es nada nuevo que Estados Unidos está preocupado por el crecimiento explosivo de la economía china. El déficit comercial de Estados Unidos en sus operaciones con China aumentó a la cifra de récord de 202.000 millones de dólares el año pasado. Y los expertos afirman que las exportaciones de Estados Unidos a China deberían aumentar seis veces más para que no se agrave aún más este desequilibrio comercial. Por lo pronto, ya hay algunas señales para tranquilizar al mercado estadounidense.

EC - ¿Señales de qué tipo?

EL – Jintao realizó una especie de "gira de compras" ayer mismo.
Primero se reunió con Bill Gates, el fundador de Microsoft. El interés de esa empresa es captar los beneficios de una nueva norma china, que dice que las computadoras vendidas en ese país tienen que tener instalado de antemano el software legítimo de Microsoft para así prevenir la piratería. Detengámonos un segundo y pensemos en todas las computadoras que hay en China y el negocio que implicaría para Microsoft.

Este es sólo uno de los acuerdos que se podrían lograr en esta gira.

EC - ¿Y cuáles son los otros? ¿Hay algunos ejemplos concretos?

EL – Bueno, una delegación china de más de 200 representantes está recorriendo Estados Unidos y ya comenzó a concretar negocios por unos 16.000 millones de dólares.

El que más se destaca es la compra de 80 aviones a la firma Boeing por 4.600 millones de dólares.

La idea sería amortiguar un poco el déficit comercial o, por lo menos, calmar al mercado.

EC – Y también está sobre la mesa el tema de la moneda china, el yuan.

EL -  Sí, la idea de las autoridades estadounidenses es convencer a Hu Jintao de la necesidad de revaluar el yuan.

¿Por qué? Porque Estados Unidos viene acusando desde hace tiempo a China de mantener artificialmente devaluada su moneda para favorecer las exportaciones chinas.

Entonces, en esta visita se intentará descifrar qué camino tomará China en el próximo año, si accederá al pedido de Estados Unidos de revaluar su moneda. Pero la posibilidad de que China haga un esfuerzo para equilibrar la balanza un poco, no sería gratuita.

EC - ¿Y qué está en juego? ¿Cuál sería la contrapartida?

EL – Hu Jintao le va a pedir a Washington que no respalde a Taiwán en sus intenciones de independencia. Esta es una condición indispensable que Estados Unidos estaría dispuesto a respetar. Esto porque Estados Unidos también quiere realizarle otros pedidos a China a nivel internacional. Lo principal y lo más candente es que China ejerza más presión sobre Irán para que detenga el enriquecimiento de uranio.

EC – Justamente ayer se reunieron en Moscú los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad, entre ellos la propia China y Estados Unidos, además de Francia, Alemania y Gran Bretaña. Por ahora no logran ponerse de acuerdo sobre las medidas a tomar si Irán sigue firme en el procesamiento de uranio.

EL – Sí, hasta ahora, tanto Rusia como China se han opuesto a imponer sanciones a Irán en caso de que no detenga sus actividades nucleares, algo que no parece muy probable a esta altura del partido...

Y es que China tiene grandes intereses comerciales con Irán, sobre todo en la compra de petróleo y gas. China no va a ceder el mercado iraní así como así.

Hay algo que es claro y en lo que importa detenerse: China y Estados Unidos son dos superpotencias que tienen que asegurarse el suministro energético para crecer y este tema también es muy delicado. El tema energético es un potencial conflicto entre Estados Unidos y China; ambos países velan por tener canales de suministro energético seguros.

A esto se suma otro tema. Con China como superpotencia, otra de las preocupaciones de Estados Unidos es en el plano militar.

EC – Claro, porque China aumentó en los últimos años su gasto militar, ¿no es así?

EL – Sí, y justamente, a Estados Unidos le preocupa que China no diga explícitamente a cuánto asciende exactamente su presupuesto militar.

En 2004, el presupuesto fue de unos 30.000 millones de dólares, según China. Pero, de acuerdo a Estados Unidos, esa cifra sería de 400.000 millones, estamos hablando de una cifra por lo menos diez veces mayor a lo declarado por China.

Si las hipótesis de Estados Unidos son ciertas, China sería la tercera potencia mundial junto a Rusia y Estados Unidos.
Y en este juego estratégico, también entra en escena América Latina.

EC – A ver, ¿cómo es esto?

EL – En primer lugar porque China está acaparando el mercado latinoamericano con sus productos baratos. Algo que se puede observar en cualquier comercio. China aumentó sus importaciones de materia prima latinoamericana en un 600 por ciento en los últimos años e invirtió unos 1.000 millones de dólares en al región anualmente.

De hecho, Jintao también visitará México en esta gira.

Pero además del tema comercial, Estados Unidos tiene cierta preocupación por la influencia política que podría ejercer China una vez que controle el mercado latinoamericano.

Estamos hablando de estrategias políticas, que -a decir verdad- no están muy latentes por esta zona. Por ejemplo, China alcanzó el estatuto de observador en la OEA y quiere tener cierta presencia en el BID.

EC – Estos vendrían a ser datos secundarios que no implican un riesgo para Estados Unidos.
 
EL – Obviamente, lo que más le preocupa a Estados Unidos no es eso, es que China pueda llegar a respaldar militarmente a gobiernos anti-estadounidenes en la región, como Venezuela, por ejemplo. Pero, por ahora, este escenario no parece muy probable a decir verdad.

EC – Y a esto se suma que estamos hablando de un país con características no muy amigables para Estados Unidos; se está hablando de un régimen comunista.

EL – Sí, un régimen político comunista pero al mismo tiempo capitalista en el plano económico.

Y una de las principales preocupaciones es la situación de los Derechos Humanos en China y la libertad de expresión. Hay varias organizaciones defensoras de los Derechos Humanos que protestan porque Estados Unidos mantiene relaciones comerciales con un país con un régimen que tiene presos políticos y ejecuta a disidentes, además del conflicto con Taiwán y con el Tíbet.

Según los analistas, Estados Unidos no se puede poner demasiado duro en ese sentido porque –de hecho- Washington tendría mucho más que perder a nivel económico y diplomático si China corta el diálogo con Estados Unidos.