Estados Unidos: el debate sobre la inmigración tras las marchas del 1º de Mayo
La convocatoria de los inmigrantes latinos en Estados Unidos para hacerse notar faltando a sus trabajos y manifestando en las calles tuvo una acogida dispar en las distintas ciudades. El politólogo uruguayo residente en Nueva York, Juan Rial, consideró que la marcha fue bastante exitosa en esa ciudad. Ahora resta ver qué impacto tendrá en quienes debaten una ley que criminaliza a todos los inmigrantes ilegales.
(Emitido a las 8.54)
EMILIANO COTELO:
El de ayer fue un 1º de Mayo atípico en Estados Unidos. La comunidad latina decidió evidenciar la importancia que tiene para la economía de ese país y demandar con más fuerza una ley de inmigración lo más justa posible.
¿Cuántas personas participaron realmente en estas movilizaciones? Y, sobre todo, ¿qué consecuencia podían llegar a tener en el escenario político estadounidense?
Para conocer cómo se vivió este día sin inmigrantes o sin latinos, nos trasladamos a Nueva York.
Estamos en contacto con el politólogo uruguayo Juan Rial, residente en Nueva York.
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Juan, ¿participaste en las marchas?
JUAN RIAL:
Las fui a ver. Yo vivo específicamente en Manhattan y una de las marchas grandes fue en Union Square, a la altura de Broadway 5ª y 14, y de ahí por Broadway hacia el centro se fue hasta una plaza donde están los Servicios de Inmigración, y había mucha gente.
EC - ¿Cuál fue tu sensación? ¿Qué elementos recogiste? ¿Cómo le trasladarías al oyente en qué consistió esa manifestación en particular, la de Nueva York?
JR - Nueva York es una ciudad extremadamente cosmopolita, en la que no sólo hay gente de origen latino sino inmigrantes chinos justamente se pasó frente a la zona del barrio chino y también hubo una participación importante de gente que salió a manifestar su apoyo, gente de origen paquistaní, hindú, es muy grande la comunidad de inmigrantes en la zona y se dan cuenta de que no es un problema exclusivamente de los latinos sino que abarca a todos aquellos que están en la misma condición en el país. No sólo fue una marcha de ilegales, en gran medida muchos de los que participaron fueron los que tienen garantías, los inmigrantes que tienen un status legal y que salieron sabiendo que no iban a tener ningún problema, porque muchos de los ilegales temían que ocurriera algún tipo de incidente y terminaran arrestados y a partir de ahí enfrentaran la posibilidad de exportación.
Si se tiene en cuenta todo eso, hay que considerar que la marcha fue bastante exitosa. Si hoy se fijan en los diarios, en The New York Times van a ver que en la tapa indica que hubo una importante marcha y pone como foto la referida a lo ocurrido en Chicago y el texto del cuerpo arranca con lo ocurrido en Los Ángeles; lo que ocurrió en casa, en New York, recién lo pone en la página 18, adentro. Lo mismo puede decirse de The Wall Street Journal, que hace una referencia muy genérica. O sea que gran parte de los medios todavía no tiene claro cómo enfocar el problema que en el futuro tiene un importante hito que es qué va a pasar en el Senado, si se confirma o no el proyecto de ley que implicaría la posibilidad de considerar a un ilegal como un delincuente o no.
EC - Más allá de esa serie de enfoques periodísticos que recién citabas y de lo que hemos visto y leído acá porque los medios le han dado en esta zona una gran cobertura a este día sin inmigrantes en Estados Unidos, la consulta es: en la población de Estados Unidos, ¿esta jornada existió? ¿Qué importancia le está dando al asunto la sociedad estadounidense?
JR - Ten en cuenta que Estados Unidos es un país muy grande, donde las diferencias locales y regionales cuentan y mucho. No hay duda de que para cualquier estadounidense que viva en Los Ángeles la jornada impactó, sin embargo para una ciudad donde hay un número importante de inmigrantes como puede ser Atlanta, prácticamente pasó desapercibida. Aun, llama más la atención, Miami, que es prácticamente una ciudad latina, apenas si tuvo una marcha de 10.000 personas. Impacta muy desigualmente en las distintas partes del país.
Y lo que es más, hay un esfuerzo enorme por parte de los economistas por demostrar que el problema no es tan grande, que a fin de cuentas los aportes que hacen los migrantes es muy bajo. Un conocido liberal como el señor Krugman dice: "Si al fin de cuentas los migrantes sólo son responsables del 10 por ciento del PBI". Pero el problema no es ese, es que justamente en un día sin inmigrantes se demuestra que una gran parte de los sectores muy relevantes de la economía tiene problemas para funcionar.
Se veía en Nueva York que una buena parte de los trabajadores de la construcción no estaban desempeñando sus tareas, y en barrios típicamente latinos, era claro que buena parte de los propietarios también había adherido al paro. Hay una situación difícil de evaluar de cómo reaccionará la población frente a lo que fue esta demostración. En principio las encuestas dicen que buena parte de la población es favorable a que se deporte a aquellos inmigrantes ilegales, por lo menos un 40%, lo que es un número demasiado alto. Pero por otra parte también dicen que no están de acuerdo con que se construya una valla, un muro que separe a México de Estados Unidos. O sea, hay que ver qué efecto va a tener la difusión de estas marchas que ocurrieron ayer.
EC - Y dejando de lado la incidencia de la población, pasando al otro nivel, al establishment político, esta movilización de ayer, sumada a las anteriores, ¿puede tener efectivamente algún impacto sobre las decisiones que tienen que tomarse en el Congreso?
JR - Eso es lo que te iba a decir. Cuando anteriormente se aprobó el preproyecto en el Parlamento, en Los Ángeles hubo una manifestación grande, menor que la de ayer, pero tuvo un efecto importante: que el alcalde de Los Ángeles, el señor Villaraigosa, que es de ancestros mexicanos, salió a apoyarla; ayer no ocurrió lo mismo. Prácticamente en todo Estados Unidos ninguna personalidad muy relevante salió junto con los manifestantes a apoyarlos. Aquí en Nueva York sólo se puede registrar la presencia de un pastor muy conocido, el señor Jackson, de la comunidad negra, pero su peso en la política nacional es bajo. Pero no sólo importa lo que decida el Senado, importará y mucho cuál es la actitud del presidente Bush, que muy probablemente, si se mantiene este fraseo que indica que todo inmigrante ilegal es un delincuente, apele al veto, lo que implicará que nuevamente tenga que discutirse toda la ley en una próxima legislatura.
EC - ¿Cómo caracterizarías la posición del propio presidente en esta materia?
JR - El presidente Bush está en una posición intermedia, quiere que haya una nueva ley de inmigración, que sea sobre la base de un programa de trabajadores huéspedes, pero no quiere criminalizar la presencia de los inmigrantes en el país.
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Edición: Mauricio Erramuspe