Entrevistas

En pocas semanas terminaría primera indagatoria a militares uruguayos en Chile

El juez chileno Alejandro Madrid, que investiga el asesinato de Eugenio Berríos por el que extraditaron a tres militares uruguayos, espera terminar con la primera ronda indagatoria en pocas semanas. El magistrado agregó que el pedido de desafuero de Pinochet, que se contestaría en el mismo plazo, no se debió a datos aportados por los uruguayos sino a antedendentes de la causa.

(Emitido a las 8.25)

JOSÉ IRAZÁBAL:
La solicitud de extradición de militares irrumpió en la escena política uruguaya en estos primeros meses del año.

En los últimos días la atención estuvo básicamente centrada en la detención y el pedido de extradición por parte de la Justicia argentina de seis agentes de la dictadura uruguaya por el secuestro y la desaparición de la nuera del escritor Juan Gelman, que tuvieron lugar en 1976.

Ese caso cobra aun más relevancia a la luz de la concreción de las extradiciones a Santiago de Chile de los militares Tomás Casella, Wellington Sarli y Eduardo Radaelli. Estos militares llegaron a Chile el 18 de abril.

ELISA LIEBER:
Sí, Casella, Sarli y Radaelli llegaron a Chile el 18 de abril pasado para enfrenar cargos por asociación ilícita y secuestro, en el marco de la investigación de la muerte de Eugenio Berríos, el bioquímico de la Dirección de Inteligencia chilena, la DINA, la famosa y temible DINA.

Berríos desapareció en Uruguay en noviembre de 1992, pero recién tres años después, en 1995, apareció su cadáver en una playa cercana a Montevideo, en El Pinar.

JI - ¿Cómo se está desarrollando el proceso judicial en Chile? ¿Cómo ha avanzado el caso desde la extradición de estos tres militares uruguayos hace casi un mes?

Vamos a dialogar con el juez chileno Alejandro Madrid, que está investigando el caso Berríos.

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Doctor Madrid, ¿cómo ha avanzado el caso que usted lleva, desde la llegada a Santiago de estos tres militares uruguayos?

ALEJANDRO MADRID:
Ha avanzado normalmente, se han interrogado numerosas veces a los tres militares uruguayos, principalmente a Tomás Casella, se ha interrogado relativo a las preguntas que el tribunal ha estimado pertinente formularles, y también han respondido formularios aportados por una de las partes querellantes en la causa; se han realizado careos con la participación de uno de los militares uruguayos y dos militares chilenos.

JI - ¿Por qué uno solo de los uruguayos?

AM - En uno sólo han existido contradicciones con relación a sus dichos y los testimonios que prestaron otros dos militares chilenos.

JI - ¿De quién se trata concretamente?

AM - Era relativo a la época en que conocieron a los chilenos, porque Radaelli dijo que fue un fin de semana y a pedido de Casella que facilitó su casa, la casa de sus padres, en el balneario Parque del Plata, para alojar a los chilenos, uno de los cuales resultó ser Berríos, que después se retiró de la casa, pidió ayuda a unos vecinos y todo eso terminó en el incidente de la comisaría de Parque del Plata. Pero los militares chilenos dicen que el conocimiento con Radaelli era muy anterior, de varios meses antes y que era el nexo que tenía el Ejército uruguayo para solucionarles cualquier problema que tuvieran en la custodia o protección del ingeniero Berríos.

EL - Según informó este sábado el diario chileno Siete, Pinochet mantuvo contacto directo con el coronel retirado uruguayo Tomás Casella, responsable de custodiar a Berríos en Uruguay. ¿Esto fue comprobado? Usted ahora menciona otro nombre, otro de los militares.

AM - Tomás Casella estuvo con Pinochet y fue edecán de Pinochet durante la visita que este hizo con una numerosa comitiva a Uruguay a principios de 1993, y para coordinar la visita mantuvo relación con varios militares chilenos, entre los cuales están algunos de los procesados en esta causa. Eso es lo que reconoce Tomás Casella, no reconoce que existieran órdenes de Pinochet relativas a este tema ni nada que se le parezca. En todo caso el tema de Pinochet la semana pasada quedó definido en una petición de desafuero que realicé a la Corte de Apelaciones de Santiago el día miércoles, y el pleno de ese tribunal superior es el llamado a resolver el tema para ver la responsabilidad de Pinochet en estos hechos e interrogarlo.

JI - Antes de irnos de este punto, cuando visita Pinochet Uruguay, en el 93, ¿Berríos ya estaba muerto?

AM - Cuando Pinochet visita Uruguay, de acuerdo con los antecedentes que existen de los peritos, parece que no, no habría estado muerto todavía.

JI - ¿Tendría que ver con esa visita de Pinochet, según lo que usted ha podido investigar, la situación de Berríos?

AM - Justamente, a eso se refiere la petición de desafuero. Resulta que como este señor tiene calidad de ex presidente de la República, está amparado por un fuero, entonces no le puedo tomar declaraciones sin que el pleno de la Corte me lo conceda, o sea el tribunal completo de la Corte de Apelaciones, del que yo formo parte, excluyendo mi persona, decida si ha lugar o no a formación de causa en contra de él. Ahí recién se podrá empezar a dilucidar estos temas acerca de su visita, acerca de la numerosa comitiva que tuvo, acerca de por qué solicitó específicamente a este señor Casella como su edecán, acerca de por qué mantuvo relaciones con militares de alto grado en Uruguay, a pesar de que la visita no era oficial sino de carácter particular. Todos esos temas se tendrán que investigar cuando la Corte de Apelaciones decida que lo priva del fuero, pero es algo que está por verse. Yo no sé si le van a quitar el fuero o no.

EL - ¿Los militares uruguayos aportaron más datos que vinculen a Pinochet con el caso de Berríos, dieron datos más concretos, pruebas directas de la vinculación de Pinochet con el caso Berríos?

AM - No le puedo contestar tan categóricamente en ese punto, pero le puedo decir que obviamente que en interrogatorios larguísimos como los que se han realizado esta última semana los militares han aportado antecedentes. Y esos antecedentes, unidos con otros de los que yo dispongo, hicieron procedente la petición de desafuero. Sin embargo, justamente para evitar cualquier entorpecimiento en la marcha del juicio relativo a los uruguayos, esos antecedentes que me han proporcionado ellos recientemente no los incluí en la petición de desafuero, para evitar que me fueran a solicitar el proceso donde estoy trabajando junto con los militares uruguayos. Entonces la petición de desafuero se hizo en unos cuadernos separados del juicio principal y corre por su cuenta, sin que afecte la marcha del juicio con los militares uruguayos. Son cuestiones procesales, pero a su pregunta de si los dichos de los uruguayos fueron categóricos para pedir el desafuero de Pinochet, le digo que no, porque había bastantes más antecedentes y que también ahora han aparecido, pero no de uruguayos sino de chilenos.

JI - Hay una versión –no sé si usted la ha podido corroborar en su investigación– de que Pinochet habría dicho ante seis generales que Berríos tenía que ser traído a Uruguay y que habría dado algunas pautas de cómo debería custodiárselo aquí. ¿Es verdad eso?

AM - Hay una versión bastante importante de que la orden de sacar a Berríos de Chile habría sido dada por Pinochet, y eso aparece algo lógico si se visualiza la forma como se instrumentó la salida de Berríos, por medio del director de Inteligencia, que tiene vínculo directo de mando con el comandante en jefe, que en ese tiempo era Pinochet. Si a su vez hacia abajo el director de Inteligencia ordena a un grupo de su exclusiva dependencia que implemente la salida de Berríos y después en Uruguay se vincula con oficiales de Inteligencia uruguayos con los cuales ya tenía una relación anterior en el caso de ocho agentes de la DINA chilena, como Carlos Herrera Jiménez, que está involucrado en el crimen de Tucapel Jiménez, entonces el cuadro no parece tan dificultoso para determinar que la orden tenía que haber venido del comandante en jefe, que era el superior de todas estas otras personas, que por lo demás era de confianza de él. Eso es lo que tendrá que responder el señor Pinochet si se procede al desafuero por la Corte.

JI - El episodio se da en democracia.

AM - Exacto.

JI - ¿Cómo se lee eso, cómo lo ve usted? ¿Qué responsabilidad puede haber del poder político en todo esto, si es que las hay? ¿O directamente no se enteraron?

AM - Obviamente que hay un trasfondo, todo esto sucede existiendo gobiernos democráticos en Chile y en Uruguay, pero no me puedo referir a esa responsabilidad de carácter político, sólo investigo las responsabilidades de carácter penal.

EL - Acá circuló una versión de prensa que dice que según Álvaro Varela, el abogado de la familia del ex presidente Eduardo Frei, Berríos fue asesinado por un militar chileno y un uruguayo. Supuestamente se refería a un militar que se encuentra actualmente en Santiago de Chile.

AM - Hay dos militares chilenos procesados por el secuestro con homicidio de Berríos, pero son chilenos, los uruguayos no están en esa situación.

EL - No hay pruebas respecto de la posibilidad de que alguno de estos militares uruguayos en cuestión esté involucrado en el asesinato directo.

AM - Hasta el momento, no.

JI - Previo a la extradición de Casella, Radaelli y Sarli usted había dicho que el futuro de estos militares uruguayos dependería de la cooperación en la investigación.

AM - Obviamente, y más ahora; no solamente el futuro de los militares uruguayos, sino el futuro de todos los militares que están procesados en esto va a depender de ese testimonio que eventualmente pudiera prestar el señor Pinochet, si la Corte de Apelaciones le quita el fuero.

JI - Cuando yo le decía hoy que estábamos en democracia en ambos países en ese momento, le preguntaba por la responsabilidad del poder político porque por encima de las jerarquías militares supuestamente está el propio Poder Ejecutivo, las figuras de los propios presidentes de cada país, por eso le preguntaba si en esa madeja va a seguir hacia ese punto o no.

AM - El trasfondo político de estos hechos ocurrió hace bastantes años y es suficientemente conocido, cada uno podrá tener su propia opinión, pero en lo relativo a responsabilidades penales me parece que no, en lo relativo a desobediencia de los mandos militares los políticos que tendrán que señalar lo que les corresponde, si no les obedecen los militares, ¿qué se puede hacer?

EL - ¿Cómo continúa este proceso ahora, sobre todo con relación a los testimonios, a los careos que pueda llegar a haber involucrando a los militares uruguayos?

AM - Toda esta semana tengo agendadas diligencias con ellos, diligencias con militares chilenos; se ha avanzado enormemente y espero de aquí a un par de semanas tener ya acotado todo este capítulo y echar otro aspecto de la causa que es de esperarse coincida con el tema de la resolución de lo del señor Pinochet.

JI - Hablando de esos careos, ¿usted está yendo a las unidades militares?, ¿ellos van a su juzgado cuando tienen que hacer estas instancias? ¿Cómo se están manejando?

AM - De las dos maneras, he ido yo a las unidades de los lugares de reclusión y también han venido a tribunales.

JI - ¿En qué condiciones están recluidos los militares uruguayos?

AM - Están separados, es una situación que espero que se termine luego para que queden juntos, para facilitar la mantención de ellos en la situación de prisión preventiva en que están.

JI - Usted dice que en corto plazo los tres militares uruguayos volverían a estar juntos.

AM - Yo pienso que sí.

EL - ¿De qué depende eso?

AM - Depende de que se agoten las diligencias, porque la razón de que estén separados es que no se contacten entre ellos. Si se terminan de realizar las diligencias esta semana o la próxima, no tendría sentido ya tenerlos separados.

JI - ¿Ha tenido oportunidad de hablar en algún momento con Pinochet en alguna de las otras causas?

AM - No, nunca.

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Edición: Mauricio Erramuspe