Entrevistas

Más de 80 muertos tras fin de semana de violencia en San Pablo

Una ciudad "bajo ataque". Así define la prensa brasileña al fin de semana pasado, el más violento en la historia de San Pablo, centro económico e industrial de Brasil. Desde el viernes 12, la organización mafiosa "PCC" comandó más de 180 ataques criminales y muchos compararon lo vivido con la situación de Bagdad, la capital iraquí. Desde San Pablo, el periodista Jaime Ortega afirmó que sorprende el poderío de los delincuentes, superior al de la policía.

(Emitido a las 9.12)

JOSÉ IRAZÁBAL:
"El estado de San Pablo vivió una noche de Bagdad". La comparación, que fue hecha por un juez brasileño, parece bastante ajustada si se tiene en cuenta todo lo que estuvo pasando durante el fin de semana en esta zona, la más rica y la más poblada de Brasil.

ANDRÉS GIL:
Atentados contra comisarías, establecimientos militares, balaceras en plena calle, decenas de ómnibus incendiados, miles de presos amotinados en más de 60 cárceles, centenares de rehenes, más de 70 muertos entre policías, militares y civiles.

JI - De hecho fue más que una noche de Bagdad, un fin de semana de Bagdad, porque los incidentes se extendieron incluso hasta la propia madrugada de hoy.

AG - Y hay consenso en cuanto a que se trata de la mayor ola de violencia en la historia de San Pablo, la cual es promovida por el llamado Primer Comando de la Capital (PCC), que es el mayor grupo mafioso o de crimen organizado del estado de San Pablo.

JI - A esta hora las preguntas se acumulan: ¿cuáles son los motivos de esta ola impresionante de violencia? ¿Qué es el PCC? ¿Cómo están reaccionando el gobierno y la Policía?

Vamos a conversarlo con el periodista colombiano Jaime Ortega, que trabaja desde hace algunos años en San Pablo.

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Jaime, ¿podemos localizar dónde ha estado pasando todo esto de lo que dábamos cuenta recién?

JAIME ORTEGA:
Toda esta ofensiva criminal de la delincuencia organizada, como se la ha llamado, se ha producido en la ciudad de San Pablo en gran parte, pero también en muchas ciudades del interior del estado, prácticamente en todas las regiones del estado ha habido ataques a policías, incendios de autobuses o rebeliones en las cárceles. Ha sido prácticamente generalizado, con una gran parte en San Pablo capital, y básicamente también en barrios de la periferia, aunque hubo uno que otro ataque en la región del centro de la ciudad.

AG - ¿Podemos resumir lo que ha estado pasando? Comentábamos algo recién en la introducción. La violencia se disparó en distintos frentes simultáneamente. Empecemos por lo que pasó en la calle. ¿Cuál sería el resumen de lo que pasó?

JO - Todo comenzó el viernes por la noche con una serie de ataques de delincuentes a patrullas de Policía, estaciones de Policía, comisarías, incluso policías que estaban de descanso esa noche, de civil, fueron sorprendidos por la delincuencia, que los fue asesinando a medida que los encontraba. Esa matanza de policías continuó en la madrugada del domingo y se juntó con una ola de rebeliones en cárceles que llevó a extender a un total de 78 prisiones de San Pablo. En la noche de ayer el frente cambió y se concentró en el incendio de autobuses. Más o menos 60, 61 autobuses fueron incendiados durante las últimas horas, y en agencias bancarias, aproximadamente 10 fueron atacadas.

AG - En total el conteo de víctimas fatales, de muertos de esta rebelión, ¿en cuánto está a esta hora?

JO - Oficialmente el último boletín de la Secretaría de Seguridad Pública de San Pablo, que es de ayer, habla de 52 muertos, pero no están incluidos los muertos en las rebeliones, con los cuales pasarían de 70, según las versiones de las emisoras de radio. Por ejemplo en el caso de la cárcel de San Sebastián hubo ocho presos muertos. Al parecer murieron carbonizados como parte de una riña entre los presos amotinados; hubo otros tres muertos en la cárcel de Riberão Preto; y hay motines también fuera del estado de San Pablo, en cuatro o cinco prisiones del estado de Mato Grosso do Sul y en algunas prisiones del estado de Paraná, particularmente en Foz do Iguaçú, que queda en la triple frontera de Brasil con Argentina y Paraguay.

JI - Antes de ingresar en detalles de quiénes están organizando todo esto, el poder de fuego que tienen es muy importante, están muy bien organizados y los ataques que se dan en la calle prácticamente no les dejan posibilidad a las patrullas policiales de defenderse.

JO - Sí, todos los organismos de seguridad del estado de San Pablo han sido tomados por sorpresa, aunque el comandante de la Policía Militar decía ayer que ellos estaban preparados y que gracias a eso el número de muertos no fue mayor. Todo el mundo se pregunta cuántos esperaba el comandante de la Policía, porque sorprende el poder de fuego de esta banda criminal y, sobre todo, la capacidad de organización, por ejemplo por el hecho de que buena parte de los policías muertos estaba de civil, estaba de descanso.

JI - Los tenían marcados.

JO - Exactamente, sabían quiénes eran policías y quiénes no, porque se da el caso, por ejemplo, de un policía que fue asesinado mientras cenaba el viernes por la noche al lado de su esposa en un restorán, que estaba vestido de civil. O un policía que fue asesinado con la novia cuando llevaba a una vecina embarazada al hospital. Se dio el caso de un policía que conducía un autobús de propiedad de su padre, que en los ratos libres acostumbraba a ayudar en ese negocio familiar, que también fue asesinado. Eso, sumado a la cantidad de ataques y a la capacidad para coordinar rebeliones en 78 cárceles, indica que esta banda tiene una capacidad organizativa muy grande y un poder de fuego igual o superior al de los organismos de seguridad, porque la Policía aquí está armada con pistolas básicamente, en casos como estos suele utilizar escopetas y rifles y algunos utilizan todavía revólveres, mientras que la mayoría de esta gente anda armada con fusiles de asalto, que les dan un poder de fuego mayor.

AG - Es indispensable a esta altura avanzar en qué es el PCC. Es un grupo mafioso vinculado con las drogas y con el tráfico de armas, lo cual tiene mucho que ver con esta capacidad de ataque.

JO - El PCC es una organización que extrañamente o coincidentemente mostró su poder desde las cárceles, eso es una cosa que todavía no se puede entender muy bien, porque no es una organización que actúe desde afuera, nadie se explica cómo desde adentro de cárceles que están controladas por las autoridades esta gente monte una organización que se dedica a tráfico de armas, tráfico de drogas, mucho robo de mercancías. Uno de los fuertes de su negocio es el asalto de camiones que transportan mercancías que después venden a comerciantes inescrupulosos; extorsiones, robos, asaltos a bancos. Esa gente tiene toda una estructura criminal organizada y eso comenzó en el año 2001, más o menos, en febrero de ese año hubo una serie de rebeliones en cárceles de San Pablo, fueron 29 rebeliones simultáneas en cárceles de San Pablo, ahí fue cuando el PCC empezó a mostrar su fuerza. De ahí para acá siguió haciendo acciones esporádicas, como matar algún policía, hacer una emboscada, atentados contra tribunales, lanzamiento de granadas, ese tipo de cosas, fue este fin de semana que vino a mostrarse su verdadero poder.

AG - ¿Disputan su poderío en el estado de San Pablo con algún otra banda de este tipo?

JO - No, el PCC es como una jefatura de una serie de bandas criminales, las bandas que se dedican a robar mercancías tienen asesoría o apoyo del PCC, que les facilita armas o algún tipo de estructura. Lo mismo hace con los que asaltan bancos o con la gente que se dedica al tráfico de armas. Y no tienen ninguna banda rival en el estado de San Pablo. Hace unos cuatro años se dijo que habían firmado una especie de "alianza" con el Comando Vermelho de Rio de Janeiro, una de las organizaciones más peligrosas de Río, que se dedica básicamente al tráfico de drogas, se dijo que en esa época trabajaban en conjunto, pero aquí en el estado de San Pablo ellos reinan absolutos en las cárceles.

AG - ¿Tienen cabecillas claros, un jefe o varios jefes identificados claramente?

JO - En estos momentos hay un cabecilla, Marcos Willians Herba Camacho, conocido en el lenguaje policial-judicial como Marcola. En este momento es el cabecilla máximo, pero hubo otros cabecillas que fueron asesinados por sus mismos compañeros como parte de esas riñas internas que se dan siempre en organizaciones delictivas. Esta serie de ataques comenzó justamente por una orden del gobierno de separar y aislar a los cabecillas de la banda, entre ellos Herba Camacho, que estaban en cárceles de San Pablo, traerlos a comisarías policiales de la ciudad de San Pablo, para evitar que organizaran una serie de motines que al parecer tenían prevista con ocasión del Día de la Madre, que se celebró ayer. El asunto es que la Policía los separó, los llevó a unas cárceles de máxima seguridad y a pesar de eso organizaron los motines y en venganza por esa medida de fuerza de las autoridades perpetraron esta serie de atentados que resultó peor que lo que las propias autoridades habían pensado.

AG - Estamos hablando de la transferencia de 765 reclusos, entre los cuales figuraban estos líderes del PCC.

JO - Muchos del PCC, entre ellos Herba Camacho. Ellos no quieren ser trasladados de las cárceles que controlan porque buena parte de ellos fue llevada a cárceles que quedan en el Oeste del estado de San Pablo, en Presidente Venceslao y Presidente Bernardes, cárceles de máxima seguridad con un régimen muy estricto, de aislamiento total, no pueden tomar sol sino una vez por semana y no pueden recibir visitas de familiares, sólo de abogados y restringidas también. Y sobre todo, no pueden tener acceso a teléfonos celulares, que son el gran arma que han utilizado siempre, por medio de teléfonos celulares coordinan todas las rebeliones. El problema es que las autoridades han mostrado que son incapaces de impedir la entrada de teléfonos celulares a las cárceles.

AG - San Pablo es una de las zonas de todo Brasil con mayor densidad de recintos carcelarios y de presos, estamos hablando de cerca de 140.000 presos.

JO - Esa es la cifra que se maneja. Es una cifra que varía mucho porque hay una gran rotación de presos que entran, presos que salen, presos que se fugan, pero más o menos hay esa cifra en un total de 240.000-250.000 en todo Brasil. Las cifras no son muy exactas porque cuando las autoridades hablan de presos a veces hablan de los que están en lo que llaman cárceles y penitenciarías o centros de detención. A los centros de detención van los detenidos que están esperando que se los juzgue o que han sido sorprendidos en algún delito, y a las comisarías van los que ya están condenados, pero las autoridades hacen una discriminación estadística que no permite saber exactamente cuántos son. Las cifras que se manejan son de que hay unos 120.000-140.000 presos en el estado de San Pablo, y no están incluidos ahí los que están en las comisarías de Policía, que tradicionalmente han sido usadas como cárceles improvisadas, justamente porque no hay capacidad, hay un hacinamiento muy alto en cárceles y penitenciarías.

AG - Una casa de detenciones de San Pablo es, por ejemplo, la tristemente célebre Carandirú, que dio motivo a la película de Hector Babenco en 2003.

JO - Exactamente. Carandirú tenía varios pabellones, tenía centro de detención y penitenciaría. Después de que Caramirú fue desmantelada la más importante es la de Belén, el Centro de Detención Provisoria de Belén, adonde van presos que están en espera de juicio o el tipo que la Policía capturó después de cometer algún delito. Los que ya están condenados van a las penitenciarías del estado, que son únicamente para condenados. Lo que ocurre es que como hay una superpoblación carcelaria muy grande, a veces tienen que llevar a las penitenciarías presos que no están condenados, entonces eso termina convirtiéndose en una estructura a veces un poco complicada de entender. En resumen, unos 120.000-140.000 presos hay en el estado de San Pablo.

JI - Sorprende ver las fotos de agencias internacionales hoy de los presos encima de los techos de las cárceles con carteles como "PCC, paz, justicia y libertad".

JO - El PCC cuando comenzó en 2001 adoptó ese lema. Las primeras rebeliones que hicieron cuando comenzó aquella ola de rebeliones en 2001 que comentaba antes, dijeron que se habían rebelado en protesta contra la situación de las cárceles, contra el hacinamiento, contra los malos tratos de algunos guardianes o de los propios directivos de las cárceles, siempre han hablado de ser una especie de portavoces de los presos, por eso hablan de paz, justicia y libertad, o usan el símbolo 15.3.3, que es el orden de las letras en el alfabeto, 15 la P y 3 y 3 la C y la C, por eso a veces no escriben "PCC" sino "15.3.3", que sería su código numérico.

AG - Volviendo a lo que pasó este fin de semana, que no se puede tener la certeza de que haya terminado, ¿cómo han reaccionado las autoridades?

JO - La reacción en general ha dejado a la gente sorprendida, el gobernador decía ayer que estaba todo bajo control y nadie se explicaba cómo. Y el gobernador rechazó además el ofrecimiento de la Policía Federal de ayudar en el combate a estos delincuentes. Entonces por un lado la reacción ha sido tibia en ese sentido de las autoridades civiles, la Policía está haciendo lo que puede por contener la violencia y los desórdenes, pero las autoridades no terminan de entender muy bien lo que pasa. Y el gobierno nacional hasta ahora no se ha manifestado, parece increíble, pero desde el viernes, cuando comenzaron los desórdenes, hasta hoy, sólo se han manifestado la Conferencia Episcopal y el Colegio de Abogados de Brasil.

AG - Hay un dato que no es menor en este contesto, que es que estamos en pleno año electoral, a pocos meses de las elecciones presidenciales, que se realizan en octubre próximo, y en las que uno de los candidatos y con posibilidades es Geraldo Alckmin, que era gobernador de San Pablo. ¿Qué repercusión hubo de estos hechos en el plano político y concretamente en la carrera electoral?

JO - Hasta ahora no ha habido nada, pero no se puede desconocer que el hecho de que el gobernador decida no aceptar la ayuda que le ofrece la Policía Federal tiene un significado político. La Policía Federal es controlada por el gobierno nacional, entonces para el gobernador, que es el sucesor de Alckmin, que era su vicegobernador, aceptar la ayuda que le ofrece el gobierno nacional es dar a entender o admitir que la seguridad de San Pablo, el estado que era gobernado por el principal rival de Lula, es mala, es pésima.

AG - Entonces la solución está subordinada a la carrera política.

JO - Exactamente, por eso el gobernador –no lo ha dicho así, pero para nadie es un secreto– no acepta la ayuda de las autoridades nacionales, justamente para que después en medio de la campaña Lula, o el candidato oficialista que sea, no vaya a decir "usted no puede venir a darnos ejemplos de seguridad, de administración, porque hace un par de meses tuvimos que ir a socorrerlo". Eso es lo que impide que el gobierno del estado de San Pablo acepte la ayuda federal. De pronto en los próximos días o en algún momento tendrá que hacerlo.

JI - Tú eres un periodista colombiano; me gustaría que nos contaras si esto de alguna forma puede compararse con la situación que se vive en Colombia a diario en materia de violencia, cómo lo ves tú.

JO - En Colombia hay una situación de violencia muy grave que se arrastra desde hace 40 años. Lo que me ha sorprendido es que en Colombia, salvo alguna arremetida de la guerrilla muy fuerte en zonas rurales principalmente, que han dejado muchos muertos, nunca hubo –si comparamos San Pablo con Bogotᖠen Bogotá un fin de semana con 36 policías muertos, a pesar de la ola de violencia.

Ha habido ataques de la guerrilla con muchos más muertos, pero en zonas rurales, donde se hace una emboscada a un camión del ejército y después emboscan a los que vienen de refuerzo, ese tipo de situaciones. La gran diferencia que veo es en la reacción de las autoridades. En Colombia la Policía tiene un poder de fuego mayor que el que tiene la Policía aquí, que anda con pistolas y a veces con revólveres, en Colombia los policías andaban con fusiles, que les dan un poder de fuego mayor. Y la reacción es distinta, yo ayer comentaba con algunas personas que en Colombia un ataque de esta magnitud dejaría por lo menos un cuarto de los muertos que han ocurrido aquí, por la misma experiencia en situación de violencia, la Policía ya sabe cómo reaccionar inmediatamente, aquí uno ve que todavía dan un poquito de palos de ciego y se preocupan por andar dando declaraciones sin sentido, como "tenemos todo bajo control", "estamos dándole vuelta a la mesa", ese tipo de cosas.

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Edición: Mauricio Erramuspe