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Paridad electoral en México hace temer fraude

Los mexicanos votaron el domingo y aún no saben quién será su presidente. Las dudas en cuanto al resultado, dada la paridad entre los dos primeros, hicieron que el izquierdista Manuel López Obrador pidiera el recuento voto a voto. Así, busca descontar la exigua ventaja que hoy le lleva el oficialista Felipe Calderón. Una sola certeza tienen los aztecas: probablemente el resultado selle la muerte del tradicional PRI. Contacto con el periodista urugauyo Ricardo Galarza.

(Emitido a las 8.28)

EMILIANO COTELO:
En México estas elecciones presidenciales del domingo prometían ser las más reñidas de la historia, y de hecho, dos días después de la votación lo siguen siendo.

En un primer momento los resultados preliminares daban cuenta de una ventaja de 1 punto de Felipe Calderón, el candidato oficialista de derecha sobre Andrés Manuel López Obrador, el aspirante de izquierda. Pero con el correr de los días las distancias se acortaron y ahora el presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, está pidiendo paciencia.

(Audio)

"LUIS CARLOS UGALDE:
El comité técnico del conteo rápido informa que en estos momentos no es posible estimar con precisión la tendencia de la votación para presidente de la República. El margen de diferencia entre el primero y el segundo lugar es muy estrecho y no se puede anunciar un ganador. Para conocer los resultados oficiales de la votación el IFE realizará el conteo distrital de los votos, este inicia el miércoles 5 de julio y se lleva a cabo de manera ininterrumpida. Cuando concluyan esos cómputos distritales sabremos cuál fue el candidato que obtuvo más votos."

(Fin del audio)

EC - La pregunta sigue siendo la misma: ¿quién será el próximo presidente mexicano? ¿Y cómo queda el escenario político con este empate técnico? ¿Está comprometida la gobernabilidad del país?

***

EC - Vamos directamente a México, estamos en comunicación con el periodista uruguayo Ricardo Galarza.

ELISA LIEBER:
Desde la noche del domingo los dos candidatos se declararon triunfadores. Y es que la diferencia de votos es mínima, ayer mismo las autoridades electorales anunciaron que sumarán 2,5 millones de sufragios que no habían sido contados en el escrutinio preliminar. Ahora la brecha entre los dos candidatos se redujo de 1,04% a 0,64%, la diferencia es de sólo 257.532 votos cuando en total votaron más de 41 millones de personas, es realmente mínima. ¿Cómo queda el panorama ahora?

RICARDO GALARZA:
Después de contar esos 2,5 millones de votos se alcanzó esta nueva diferencia, antes era de 1,4% y ahora es de 0,6%. Gran incertidumbre aquí en México, la jornada electoral se llevó a cabo de una manera excelente, no hubo ningún incidente y la gente esperaba que hubiera un ganador esa noche, pero la diferencia era tan estrecha que las autoridades electorales decidieron no declarar un ganador. La campaña había sido muy enconada, tuvo como telón de fondo una campaña negativa de descalificaciones y de ataques personales que polarizaron y enfrentaron mucho al electorado mexicano, y ahora eso se traslada a la parte poselección. Hay una gran incertidumbre, los mercados se empiezan a intranquilizar, situación que se acentuará paso a paso si no se define esto en los próximos días. Hay una sola certidumbre en este momento, de una sola certeza podemos hablar a partir de la jornada del domingo: al parecer le han dado la estocada final al Partido Revolucionario Institucional (PRI), el partido hegemónico, el casi único partido, como le decían aquí.

EL - El PRI era el tercer partido en pugna, con Madrazo a la cabeza, y quedó en tercer lugar y bastante rezagado respecto de estos dos candidatos.

RG - Así es, era el tercer candidato; los otros dos candidatos son el del Partido de Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón, que es el que encabeza ahora los conteos preliminares, y el del Partido de la Revolución Democrática (PRD), de Andrés López Obrador, que viene segundo. Esto significa para muchos la muerte del PRI, aquel partido hegemónico que gobernó México durante 70 años ininterrumpidos, pues emerge el domingo de las urnas totalmente abatido, con su candidato, Roberto Madrazo, en un distante tercer lugar con poco más del 20% de los votos y derrotado en todas y cada una de las instancias y de las entidades departamentales del país.

EL - ¿Qué cabe esperar ahora? ¿Qué se viene ahora? ¿Cuándo se sabrá quién es el próximo presidente de México?

RG - Ahora viene un conteo acta por acta en todos los distritos electorales del país, que son 300, aunque el PRD está pidiendo que ese conteo no sea sólo acta por acta sino voto por voto. Aquí ponen en cajas los votos, los paquetes electorales, y labran un acta que mandan al IFE para el conteo; el PRD pide que se abran esos paquetes –que no es lo que dice la ley, que dice acta por acta– y se haga un conteo voto por voto. Si eso se hace va a llevar más de dos semanas, pero si es acta por acta como dice la ley y como parece que se va a hacer el escrutinio total se terminaría el viernes. Una vez terminado el escrutinio se remiten los resultados al IFE y se abre un período de cuatro días para recibir cualquier tipo de impugnación por parte de los candidatos; y después va todo al tribunal electoral para una definición y calificación de la elección. Llevaría hasta el domingo, más o menos, si se hace por los canales regulares.

EL - Tú recién hablabas de impugnación, en un principio López Obrador había dicho que iba a impugnar los resultados porque su equipo había constatado irregularidades. La pregunta de base que surge viendo todas estas idas y venidas es si el sistema electoral mexicano es confiable, ¿cuáles son los antecedentes?

RG - Interesantísima tu pregunta. López Obrador en realidad no dijo que fuera a impugnar los resultados, dijo que había inconsistencias y serias irregularidades en varios estados y en varias casillas, como el estado de México, Aguas Calientes y otras partes que sería un poco engorroso ponernos a nombrar, pero él dice que su equipo detectó irregularidades.

En cuanto al sistema, me parece muy confiable, técnicamente parece de los más confiables que he visto. Yo cubrí las elecciones en Estados Unidos en 2000 y 2004...

EL - Unas las elecciones, las de 2000 en las que se produjo algo parecido: esperando días en el estado de la Florida para ver si era George Bush o Al Ghore el presidente. Volvamos a México.

RG - Debo ser de mal agüero en este sentido, pero lo cierto es que este sistema me parece mucho más preciso y muy superior al estadounidense. Para empezar aquí existe un padrón tan confiable como el uruguayo, en Estados Unidos no hay padrón electoral, no hay un sistema de credencialización, lo cual se presta a todo tipo de irregularidades. Además aquí cada voto cuenta uno, mientras que en Estados Unidos hay un sistema de colegio electoral totalmente anacrónico, arcaico, que asigna puntos a cada estado y que lleva a que tengan un verdadero caos cada vez que tienen una elección apretada como las dos últimas, una de las cuales terminó dirimiéndose en la Suprema Corte. Aquí técnicamente el sistema parece muy confiable, con una serie de candados que lo hacen aun más seguro. Donde veo que puede haber una manipulación es en el Programa de Resultados Preliminares (PREP), que es el conteo preliminar que se tiene hasta ahora, porque como en todo sistema de software, como en todo programa de cómputo puede haber manipulación.

Y justamente en cuanto a los antecedentes, en 1988 hubo una elección muy cuestionada, que ganó el presidente Carlos Salinas de Gortari sobre Cuauhtémoc Cárdenas. Fue un clásico: el sistema se cayó a medianoche cuando iba punteando Cárdenas, y cuando volvió iba ganando Salinas, obviamente los mexicanos o un sector del electorado mexicano tiene razones para desconfiar un poco. Después de esa elección de 1988 se tardaron seis días en dar el resultado final, y en unas 2.000 casillas, muy al estilo soviético, hubo un 100% de votos para el PRI, para el candidato del partido del candidato que resultó ganador, Carlos Salinas de Gortari. Estos son los antecedentes que hacen desconfiar a muchos electores y a muchos políticos también.

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Edición: Mauricio Erramuspe