Cambio de timón, satisfacción, frustración: difieren los saldos tras la Cumbre del Mercosur
Brasil asumió la Presidencia Pro Témpore del Mercosur en una cumbre cargada de señales y de presencias fuertes, en un momento de varias tensiones. Algunos observadores midieron los aplausos. Otros, las palabras. Por un lado se asegura que no gustó que Vázquez hablara del conflicto binacional. Por otro, se destaca una apertura al diálogo. En Paraguay, se frustraron las pocas expectativas que había. Hugo Borsani, desde Brasil, Alejandro Rebossio, de Argentina y Jorge Pablo Brugnoni, desde Paraguay, analizan los ecos del encuentro del viernes.
(Emitido a las 7.35)
EMILIANO COTELO: ¿Cómo se evalúa en Brasil el resultado de la trigésima Cumbre de Presidentes del Mercosur que tuvo lugar el viernes en Córdoba? ¿Qué análisis se ha hecho a nivel del gobierno? ¿Qué ha dicho la prensa brasileña, teniendo en cuenta que la Cumbre marcaba el comienzo de la Presidencia Pro Témpore de Brasil ?
HUGO BORSANI: Tal vez lo primero a destacar es el hecho de que la Cumbre del Mercosur en Córdoba, si bien fue obviamente un tema importante y destacado aquí en Brasil, no fue "el tema de la semana". Incluso tuvo poca presencia en la primera página de los principales diarios de Río de Janeiro y Sao Paulo. Por ejemplo, el sábado, el día siguiente del cierre de la cumbre, lo que apareció en primera plana fue una declaración de apoyo a la reelección de Lula por parte de Hugo Chávez. En el caso de O Globo, la información con los resultados de la reunión estaba en una única página interna, en la sección Economía, incluyendo imágenes del evento.
EC: Estamos de algún modo acostumbrados a que los asuntos del Mercosur ocupan un espacio menor en Brasil.
HB: Los temas más destacados son los relacionados con Argentina. El Mercosur en su conjunto tiene un espacio menor. En este caso, los temas más destacados fueron la presencia de Fidel Castro y Hugo Chávez, los llamados a la integración latinoamericana de ambos gobernantes, incluidas sus críticas a los Estados Unidos, la incorporación plena de Venezuela al grupo, el acuerdo comercial con Cuba y la preocupación por los reclamos (y las causas de los mismos) de los socios menores del Mercosur: Uruguay y Paraguay. El hecho de que Brasil pase a ocupar la Presidencia pro-tempore por los próximos seis meses también ha sido un tema de destaque. Y en menor medida, el conflicto entre Argentina y Uruguay por el tema de las papeleras (conflicto hasta ahora muy poco informado por aquí), la ratificación de Lula de no interferir entre las negociaciones del gobierno boliviano con la Petrobrás (por el tema del precio del gas) y la propuesta brasileña de utilizar las monedas de los países miembros en el comercio regional.
EC: En cuanto a lo que puede ocurrir durante la Presidencia Pro Témpore de Brasil, ¿qué se adelanta?
HB: Se espera que el presidente Lula incentive no solo acuerdos con otros países (en particular India y la Unión Europea, citados por el propio Lula) como también la incorporación de nuevos socios, como Bolivia y México. En particular Bolivia, a cuyo presidente, Evo Morales, Lula reiteró en su discurso el interés por su incorporación plena al bloque. Pero la presencia de Fidel Castro, considerada aquí la vedette de la cumbre por concentrar la mayor atención de los medios de prensa acreditados y la aproximación del bloque con el gobierno cubano, fue seguramente lo que más resaltó. La dupla Casto Chavez es vista por muchos como la principal estrategia de las posiciones y decisiones políticas en la región, dejando en un segundo plano la figura del presidente Lula, como acompañando, pero no liderando, las iniciativas de la región; lo que incomoda a políticos de la oposición y analistas políticos en general.
EC: ¿Qué otros aspectos aparecen en el análisis de la Cumbre?
HB: El descontento de los gobiernos de Paraguay y Uruguay fue otro de los temas de la Cumbre que mereció destaque; incluido el interés de Uruguay en ampliar sus acuerdos bilaterales con Estados Unidos. Y consecuentemente la eventualidad de que Paraguay y Uruguay puedan dejar el bloque.
EC: Ese descontento tiene a Brasil como uno de sus destinatarios...
HB: Por esa preocupación, el presidente Lula determinó que funcionarios de su gobierno estudien formas de estimular el ingreso o la inversión de empresas brasileñas en ambos países, con financiamiento del Banco Nacional de Desarrollo Social.
En general, la incorporación de Venezuela como miembro pleno y la presencia de Fidel Castro han sido vistas por varios analistas, como una izquierdización del Mercosur, un tema que preocupa a diversos sectores de los empresarios brasileños e incluso del gobierno brasileño, por el perfil más anti-nortemericano que el bloque podría llegar a tomar y que podría afectar las excelentes relaciones, políticas y económicas que el gobierno Lula mantiene con los Estados Unidos.
Por eso, se espera que la Presidencia Pro Témpore de Brasil sea utilizada para contrarrestar las postura más agresiva de Venezuela, así como reafirmar un perfil más propositivo y activo de Brasil, en el Mercosur y en América Latina en general.
Sin embargo, podría decirse que aquí en Brasil se respira un clima de un cierto escepticismo en relación a las posibilidades inmediatas del Mercosur, tanto para resolver los conflictos existentes como para incentivar un mayor dinamismo comercial entre sus miembros. La rápida incorporación de Venezuela es vista con cierta desconfianza; desconfianza de mayores atritos entre los miembros y de mayor politización del bloque, en detrimento de un avance en las negociaciones comerciales. Se reconoce que ese es justamente uno de los desafíos que la actual gestión de Brasil presidiendo el grupo debe enfrentar, si se quiere impedir la inoperancia (y hasta el desmembramiento del bloque) lo cual no es visto como algo totalmente remoto.
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EMILIANO COTELO:
Seguimos recorriendo la región para saber de qué forma se evalúa lo que dejó la 30ª Cumbre de Presidentes del Mercosur que tuvo lugar en Córdoba.
Nos vamos a la República Argentina. Estamos en diálogo con Alejandro Rebossio, subdirector de economía del diario La Nación, de Buenos Aires.
EC - ¿Tienes la sensación de que en Argentina esta cumbre fue considerada muy importante, o por el contrario, que fue una cumbre más? Argentina era anfitriona. Y tú estuviste en Córdoba desarrollando parte de la cobertura de La Nación. ¿Qué conclusión sacaste?
ALEJANDRO REBOSSIO:
Creo que ha tenido una gran importancia para Argentina. Comentábamos con los otros colegas de La Nación: fue un "pelotón" de unos ocho periodistas, cuando lo habitual (cuando es en otro país) es que vayan dos. De por sí, cuando una cumbre se hace en tu país, se le da más importancia. Eso llevó a que también la gente, los lectores, los oyentes, los espectadores, se adentraran más en los temas del Mercosur, a los que quizás -cuando la cumbre se hace en otro país- no prestan tanta atención.
EC - También es cierto que las cuestiones de la integración son más bien áridas. No son de las que pueden interesar o atrapar al público masivo. ¿Dónde estuvieron los principales focos?
AR Exactamente. Son temas áridos y a veces la atención queda en lo bilateral. Las cumbres son centradas en las reuniones bilaterales que tienen los presidentes. En este caso, estuvo la reunión del presidente Kirchner con Tabaré Vázquez por el tema de las plantas de celulosa. Fue uno de los temas de atención. Otro fue la reunión del presidente Kirchner con la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, sobre dos conflictos que hay: por combustibles y por gas que exporta Argentina a Chile.
EC - Recordemos cuáles son básicamente- esos dos puntos de fricción. El primero es la decisión que tomó el gobierno argentino de aumentar el precio de los combustibles en las estaciones de servicio en las zonas fronterizas para los vehículos con matrícula no argentina.
AR - Exacto. En realidad afectó a uruguayos, bolivianos, paraguayos y brasileños. Pero fue en Chile donde más polémica generó esa medida argentina. Me imagino que será -por un lado- porque vino una semana después de otro conflicto con Argentina por energía, cuando Argentina le anunció a Chile que iba a aumentarle el precio del gas. Aparentemente, se lo va a aumentar 60% y Chile sólo recibe gas natural de Argentina. O sea que esta medida causa un alto costo para sus industrias y para los hogares. La gente va a terminar pagando más por el gas y por la electricidad por la decisión argentina; que a su vez viene originada porque Bolivia le aumenta el precio del gas a Argentina.
EC - ¿Se conoce cuál fue el resultado de ese encuentro Kirchner-Bachelet?
AR - Cuando Argentina anunció la medida se pensó que el precio del gas iba a aumentar 100% para Chile, pero finalmente, cuando terminó la reunión, el ministro de Planificación argentino, Julio Debido, anunció que el aumento no iba a superar el 60%. O sea que la mala noticia es que va a aumentar el precio del gas para Chile, pero menos de lo previsto. O sea que algo puede haberse llevado Bachelet más positivo de lo que originariamente iba a ser.
Y el tema que seguramente también interesará en Uruguay es el valor del combustible en las estaciones de servicio de frontera. Se decidió que no todas las estaciones de servicio de frontera van a sufrir el aumento de precios: sólo donde haya fugas de gasoil, según dijo el ministro de Planificación argentino. Dijo que donde hubiera fugas, excesivas compras por parte de pobladores extranjeros, se aplicaría ese aumento de precios. Pero no se sabe bien cómo se va a aplicar. Supuestamente la Secretaría de Energía va a controlar dónde hay fugas de gasoil y dónde no hay. Pero por los datos internos del Ministerio que tengo, aparentemente en todas las zonas de frontera ha habido fuertes compras de gasoil por parte de extranjeros dado que el precio era menor.
EC - En cuanto al otro conflicto bilateral, el conflicto con Uruguay, ¿cómo se observó en Argentina el resultado de los contactos?
AR - Se vio cómo, una vez más, Tabaré Vázquez hizo una llamada al diálogo. El discurso de Tabaré Vázquez en el plenario fue muy sentido, apelando a la histórica relación positiva entre ambos pueblos y gobiernos, conciliador. Y por otro lado, no se vio a Kirchner tan contento en el plenario cuando hablaba Tabaré Vázquez. El presidente uruguayo fue aplaudido varias veces por sus pares sudamericanos y latinoamericanos en su discurso conciliador. En cambio, Kirchner sólo lo aplaudió al final. El comentario fue que no tenía muy buena cara. Y de la primera plana del gobierno argentino, sólo aplaudieron varias veces el discurso de Tabaré Vázquez la ministra de Economía argentina, Felisa Micheli, y Chacho Álvarez, que tiene un rol como presidente de la Comisión de Mercosur. Pero el resto del gobierno, ni el canciller Taiana ni el presidente Kirchner aplaudieron; lo que se interpretó como que quizás no les gustó tanto que el tema bilateral fuera tratado en una mesa de Mercosur.
EC - De todos modos, las versiones han sido contradictorias después de terminada la reunión de Córdoba. Porque en otros trascendidos que llegan desde Casa Rosada se asegura que el discurso de Vázquez cayó muy bien y que podía efectivamente retomarse el diálogo por las plantas de celulosa.
AR - Más allá del gesto de Kirchner de más aplausos o menos aplausos, el canciller Taiana dijo que el diálogo estaba abierto, que es algo muy positivo. Porque antes no estaba, pero todavía falta tratar la cuestión de fondo. Pero si está abierto el diálogo, es un paso hacia delante.
EC - Volviendo a la cumbre en sí y a los asuntos que tienen que ver con la región, habíamos empezado por conflictos bilaterales que tiene Argentina que ocuparon un lugar especial y destacado en los medios. Sobre el Mercosur en sí, sobre el final del período argentino en la Presidencia pro témpore y el comienzo de la etapa brasileña hasta fin de año, por ejemplo, la cuestión de las asimetrías, la relación delicada entre socios grandes y pequeños del Mercosur, que estuvo en los debates, ¿qué visión se tiene de cómo salió de la reunión de Córdoba?
AR - En las reuniones previas de cancilleres y ministros de Economía, el tema de las asimetrías estuvo muy presente...Los reclamos de Uruguay y de Paraguay. Pero finalmente, en la reunión de presidentes y en la declaración final no se ven novedades en este tema todavía. Y creo que quedarán bajo la responsabilidad de la Presidencia pro témpore del Mercosur en el segundo semestre del año, que estará en manos de Brasil.
Hubo el pedido de Uruguay de negociar tratados de preferencias fijas con terceros países, no tratados de libre comercio. Y también hubo un reclamo de Paraguay diciendo que, o se profundiza el Mercosur o se lo reduce a una zona de libre comercio, demos un paso atrás en el nivel de integración. Pero no hubo respuesta a esos pedidos.
Felisa Micheli, la ministra de Economía argentina, hizo una propuesta de reunirse en 60 días para discutir todas estas diferencias, estos frenos que sufren Uruguay y Paraguay a sus exportaciones en Brasil y Argentina y los demás países aceptaron. También hubo una propuesta de Chávez, que formalizó un poco más Argentina, de crear un banco de desarrollo. Pero todavía falta mucho para eso y además Brasil ya dijo que no quiere porque es una burocracia excesiva.
Esos temas quedarán para la Presidencia de Brasil, que a su vez está en una posición complicada para ceder, porque - siendo un socio grande- quizás sea el que más tenga que ceder y ya cedió mucho con Argentina en los últimos años. Lula cedió en cuanto a permitir que Argentina frenara varias de sus exportaciones, ha recibido muchas críticas en su país por esto, por esa "debilidad" en la política exterior y tiene elecciones en octubre. Así que quizás no era el momento de ceder.
¿Cómo llegó a Paraguay la Cumbre de Córdoba?
EMILIANO COTELO:
¿Qué dejó la 30ª Cumbre de Presidentes del Mercosur?
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EC - ¿Cómo se vio el resultado en los cuatro países fundadores de este tratado de integración regional?
Hemos ido recopilando las visiones desde Brasil, desde Uruguay, desde la República Argentina, y ahora nos vamos a Asunción del Paraguay. El diálogo es con Jorge Pablo Brugnoni, politólogo uruguayo radicado en Paraguay.
¿Cuáles fueron, en síntesis, las principales pinceladas del análisis en Paraguay? ¿Había expectativa con respecto a esta cumbre?
JORGE PABLO BRUGNONI:
Sí. Pero expectativa ya bastante devaluada en los días previos. Ayer terminó la Exposición Rural acá en Paraguay. Durante las dos semanas que duró, los representantes de los gremios rurales y de los industriales no se cansaron de hablar en contra del Mercosur y de cómo en los hechos la apertura comercial no se está dando por las trabas de facto que están impidiendo el comercio o la venta de productos paraguayos tanto a Brasil como a Argentina. Eso previamente era la inquietud. La demanda social mayor frente al gobierno, para que lo planteara en las instancias del Mercosur.
EC - ¿Cuál es el balance a la luz de lo que terminó ocurriendo en Córdoba?
JPB Negativo. No se pudo llegar a ningún acuerdo al respecto. Sí, como en todas estas cumbres, declaraciones muy interesantes. Pero en ese aspecto no se pudo lograr absolutamente nada; cosa que era previsible. En estas instancias, el papel resiste todo. El problema es en la cotidianidad, en el desarrollo concreto de los procesos de intercambio.
Por otro lado para eso también fue determinante una reunión que se realizó entre Kirchner y el presidente Duarte Frutos aquí en Paraguay la relación binacional, por un lado con Argentina y por otro con Brasil, los dos países que tienen represas binacionales que son fundamentales para la economía del país, especialmente la de Brasil. Pero esas represas tienen grandes deudas, Itaipú con Electrobras, que es una empresa brasileña, y Yaciretá con el tesoro argentino directamente. Lo que se pretende es la exoneración parcial, la condonación de esas deudas de las empresas con una empresa pública por un lado, y por otro con el tesoro.
Kirchner vino el martes pasado y ahí se generó una expectativa muy alta, altísima, que el presidente Duarte Frutos aprovechó para deslizar su intención de ir a la reelección. Eso nos da a suponer que tenía previsto que el resultado iba a ser muy positivo. Pero el resultado fue absolutamente negativo. O por lo menos no hubo resultado.
EC - También en el caso de Paraguay, más allá de las preocupaciones por el funcionamiento del bloque, había en Córdoba un foco puesto en un conflicto bilateral con la República Argentina. ¿Qué pasó finalmente?
JPB - Especialmente bilateral. Hay quienes dicen que Paraguay es una isla rodeada de tierra. Las cuestiones internacionales comúnmente no forman parte de la política interna como ocurre en otros países. Últimamente cuando se habla del Mercosur se habla en forma negativa, sin llegar a debates sobre el Parlamento del Mercosur. Esos debates están absolutamente ausentes de la prensa. Uno lee los diarios y no hay una sola mención a ese tipo de aspectos de la integración regional. Están en primer lugar las relaciones bilaterales; específicamente por las empresas binacionales y el tratamiento especial por las asimetrías.
Respecto de las empresas binacionales, Kirchner vino y se fue y quedó todo absolutamente igual. Postergó por 90 días la condonación de miles de millones de dólares, se hablaba de 5.000 millones de dólares que podían ser condonados por el tesoro argentino, y se esperaba que eso trajera la condonación de Brasil. Incluso una de las hipótesis más extendidas fue que el gobierno brasileño, Itamaratí, trabajó con el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino para que no condonara la deuda porque ello implicaría condonar también la de Itaipú. Todos los diarios recogieron esa hipótesis. Entonces, previo a la cumbre, Paraguay había deflacionado sus expectativas 90% porque se juega realmente en la cuestión bilateral.
Con respecto a lo demás, al tratamiento especial por las asimetrías, comenzó con un discurso muy fuerte, muy explosivo. La canciller en la reunión de ministros anterior amenazó con que Paraguay se fuera del Mercosur, el presidente lo había hecho antes de que comenzara la cumbre. Pero finalmente, al momento de hablar, no dijo nada. Apenas rozó el tema y sin amenazas.
En definitiva, la cumbre del Mercosur frustró en la medida que había expectativas previas, las pocas expectativas que había las frustró, pero eran muy pocas, por lo tanto la sensación de frustración no fue tan grande.