Cese al fuego es "lo mínimo y lo único" que se podía lograr en Medio Oriente
"Hay un problema serio, las Naciones Unidas son los estados que la integran y si esos estados no tienen la voluntad de llevar adelante reales procesos de paz en el mundo, esto no funciona". Esa es para el politólogo Juan Rial la principal dificultad para llegar a una paz duradera en Medio Oriente. "Se logró lo mínimo posible, muy poco, pero lo único que en este momento, en las condiciones actuales, se puede lograr", explicó.
(Emitido a las 8.31)
EMILIANO COTELO:
Desde hace poco más de seis horas rige el cese al fuego en Medio Oriente acordado el viernes en forma unánime por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Ahora les llegó el turno a los soldados de la fuerza internacional y del Ejército libanés, que serán quienes tendrán la dura tarea de asegurar el control del territorio del sur del Líbano, que ha sido el escenario de estos enfrentamientos tan cruentos de las últimas semanas.
¿Es posible garantizar una paz duradera en esa región? ¿Qué capacidad tiene la ONU para controlar este conflicto?
Vamos a conversarlo con el politólogo uruguayo Juan Rial, que vive en Nueva York.
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Juan, el viernes el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas votó por unanimidad esta resolución propuesta por Estados Unidos y Francia. Empecemos recordando los elementos centrales de esta resolución.
JUAN RIAL:
Una resolución que fue largamente negociada, porque hay que tener en cuenta que acá hay muchos actores en juego. Inicialmente se suponía que la resolución iba a ir por el lenguaje propio del capítulo 7, que es el que normalmente las últimas misiones de paz han manejado, por ejemplo aquellas en las que participa Uruguay, la de Haití y la del Congo, que son misiones para imponer la paz. Eso no fue viable porque no le servía a la mayoría de los actores envueltos en la negociación, y finalmente se llegó a una resolución en el marco del capítulo 6, o sea aquel por el que simplemente se envía una tropa para separar contendientes pero los contendientes por sí mismos tienen que acordar que no están dispuestos a continuar adelante con el conflicto armado.
Esto reposa sustancialmente en la voluntad que tengan por un lado Israel y por otro, lo más difícil, el Líbano, porque en el Líbano hay que ver quién es quién, porque allí están por un lado el gobierno y por otro la fuerza principal participante, Hezbollah. Estamos hablando de un cese al fuego en principio y una tregua a partir de la cual hay que elaborar políticamente a ver a qué se puede llegar más adelante.
EC - ¿Con cuántos efectivos podrá contar esta fuerza provisional de la ONU para el sur del Líbano? ¿Y cómo estaría compuesta esa fuerza?
JR - La resolución dice que debe aumentarse la actual fuerza, que se llama FINUL, que está ahí desde hace muchos años y ha sido totalmente ineficiente, que tiene aproximadamente unos 2.000 efectivos, hasta llegar a 15.000. También tendrían que participar miembros del ejército regular del Líbano. Serían otros 15.000.
Aquí vienen todas las preguntas. ¿Puede el actual ejército libanés, tiene la capacidad de enviar 15.000 hombres al sur e imponerse a Hezbollah? La respuesta es claramente no. El Ejército libanés es extremadamente débil y precisamente uno de sus problemas es que no cuenta internamente con chiítas que apoyen a Hezbollah porque estos pertenecen a la propia milicia de la organización. Es una organización que tiene una característica doble, por un lado es una organización armada no controlada por el Ejército libanés, pero al mismo tiempo es una organización política que tiene un número de asientos importantes en el parlamento libanés y también ministros.
Y después está la otra pregunta: ¿quién integraría, por parte de las fuerzas de las Naciones Unidas, este número de tropas que tendría que pasar de los actuales 2.000 a 13.000 más? Las noticias que hay dicen muy poco. En un país como España, relativamente importante, Rodríguez Zapatero salió a decir que podría enviar un batallón de 700 y que empezaría las conversaciones políticas al respecto. Parece ridículo hablar de esos números y más si se tiene en cuenta que esto implicaría una negociación muy fuerte a nivel parlamentario. Los alemanes han dicho muy claramente que hasta que se reúna el Parlamento en setiembre no puede pensarse en integrar la fuerza. Hasta ahora los candidatos más fuertes siguen siendo Italia y Francia; en Italia se habla de alrededor de 3.000, para lo cual reclamaría el segundo comando de la fuerza integrada. Por abajo y en un intento de lo que sería una diplomacia de mucho más alcance, está toda la disputa por el predominio regional en el área, y tanto Israel como Estados Unidos, y de alguna manera parte de la estructura política libanesa, intentan comprometer a Turquía en el proceso, porque este país ha tenido un papel central en manejar una alianza con Israel, y por otro lado sigue tentando ingresar finalmente a la Unión Europea. Estamos hablando de un proceso largo, que requiere bastante tiempo para ser llevado adelante.
EC - Justamente, todas esas consideraciones nos remiten a la otra pregunta a propósito de los tiempos. ¿Cuándo podría estar desplegada esa FINUL reforzada en el Líbano? De esa fecha dependerá, a su vez, el retiro de las tropas israelíes.
JR - Cuando se negoció esto en el Consejo de Seguridad se fue muy cuidadoso en no poner una fecha determinada, se sabía que esto era muy difícil de lograr. Hay que tener en cuenta, atrás de esto, otras fechas muy relevantes en este momento en el mundo. En Estados Unidos va a haber una elección en noviembre y se supone que esa fuerza tendría que estar sobre el territorio antes de ese momento, pero todo este proceso que se ha dado en el Líbano es parte de una gran confrontación en Medio Oriente, donde también hay que ver la lucha que tiene el Ejército israelí contra la otra milicia, la de Hamas, internamente en Palestina; es parte también del proceso de ocupación de Irak, la resistencia en Irak y la guerra civil larvada que crece día a día; y es parte del proceso de Afganistán. Estamos hablando de uno más de los componentes de la gran crisis de Medio Oriente, y el tiempo para el despliegue de esta fuerza no está precisamente marcado en la resolución, va a depender de qué arreglos se empiecen a hacer, la mayoría de ellos de tipo discreto a nivel diplomático, entre los grandes actores del proceso.
EC - El hecho de que mientras tanto permanezcan las tropas israelíes en el territorio del Líbano genera una interrogante a propósito de qué tipo de roces puede haber con Hezbollah.
JR - Ese es el gran problema. Hay que ver que los dos actores enfrentados, uno de ellos estatal, el Líbano, el otro una milicia que a su vez es parte de un Estado, en la práctica han logrado una suerte de empate sin que quede claro cómo sigue en adelante el proceso.
Para Israel la idea sustancial en todo este tema era demostrar su invencibilidad. Habría preferido desarmar realmente y destrozar a Hezbollah; no pudo porque, como se sabe, Hezbollah representa buena parte de la población chiíta y tiene el apoyo de esa población del Líbano, es probable que sea por lo menos el 30%. Y a su vez para Hezbollah el punto clave era que puede seguir existiendo a pesar de la voluntad de destruirlo.
En la práctica se ha pasado a lo que llamaríamos, en un famoso clásico, seguir disputando el proceso y el conflicto, en lugar de por medios violentos, la guerra, por medios políticos.
ELISA LIEBER:
Una de las versiones que circulan en la prensa es que las partes aceptaron acatar este alto al fuego porque sabían que no podían ganar ahora. Al Ejército israelí no le resultó nada sencillo liquidar a Hezbollah, y la guerrilla tenía mucha resistencia, por lo menos alguna resistencia interna en el Líbano. Pero los objetivos finales de ambas partes siguen intactos. Entonces, ¿se puede hablar de una paz para hoy y una guerra para mañana, que ambas partes se armen de forma mejor? ¿Esto se abordó en la ONU, lo abordan los estados parte?
JR - No, como diríamos en los viejos tiempos: delante de los niños no se habla de esas cosas. Todo eso se dice, pero la ONU no es más que el escenario diplomático donde se llega a arreglos finales, la ONU en sí misma no es un actor, no tiene un ejército propio, no tiene una fuerza como para imponerse. Entonces en cuanto a lo que tú dices, si esto es paz para hoy y guerra para mañana, hay que ver que toda la zona vive en un constante paso de la guerra a la paz desde hace muchísimo tiempo, desde 1948 prácticamente el Estado de Israel vive en constante estado de guerra con treguas sucesivas.
Además lo que tú decías, caracterizar a Hezbollah como una guerrilla es una simplificación. Hezbollah es un actor político que a su vez está armado, es muy difícil entender eso en el marco uruguayo donde entendemos que el Estado es el único que tiene la capacidad de tener el control político de la fuerza militar. Eso no ocurre en este caso. Hay que tener en cuenta que en el Líbano hay comunidades cristianas divididas entre sí precisamente uno de los principales aliados de Hezbollah es el señor Adoun, que es parte de una fuerza cristiana; hay sunitas que están alrededor del primer ministro Siniora, el heredero político de Hariri; hay una cantidad de actores que por un lado son parte de etnias y por otro son parte de organizaciones políticas. No se puede ver de una forma tan simple.
EC - El secretario general de la ONU, Kofi Annan, se mostró optimista por la adopción de la resolución, pero al mismo tiempo dijo que estaba decepcionado porque la resolución debería haber llegado mucho antes y lamentó que la demora haya afectado la credibilidad de las Naciones Unidas. ¿Cómo ves este asunto? Porque hoy estamos todos suspirando aliviados porque hay un cese al fuego, ¿pero cuánto tiempo tuvo que pasar? ¿Cuánta muerte se dejó ocurrir? ¿Cuánta destrucción? ¿Cómo ves este aspecto?
JR - El problema es la incapacidad de las Naciones Unidas para por sí misma ser un actor relevante en el mundo actual. Se está hablando de crear una fuerza de paz que implica reclutar 15.000 personas, cuando por una resolución que tiene más de un año debería haber una fuerza ya puesta sobre Sudán también de 15.000 y que en este momento no pasa de 2.600. Hay un problema serio, las Naciones Unidas son los estados que la integran, y si esos estados no tienen la voluntad de llevar adelante reales procesos de paz en el mundo esto no funciona.
¿Por qué tardó tanto esta resolución de cese al fuego? Porque no había condiciones reales por parte de los principales actores para llevarla adelante. Esta idea de que la fuerza fuera bajo el capítulo 7 y se tratara de imponer a Israel un retiro y a Hezbollah un desarme, que son los pasos sustanciales, no funcionaba y había posibilidades de que se llegara al veto y fuera totalmente inútil la intervención de las Naciones Unidas. Se logró lo mínimo posible, muy poco, pero lo único que en este momento, en las condiciones actuales, se puede lograr. En el mundo de hoy no hay una situación que permita a un solo actor imponer su voluntad, a pesar de que haya esa hegemonía tan marcada de Estados Unidos. Hay muchos juegos por delante.
EL - ¿Cuál es el rol de Estados Unidos en esta decisión? Porque en un principio se decía que el único que podía imponer un cese al fuego, que podía imponerle al Ejército israelí que terminase sus operaciones, era Estados Unidos. Condoleezza Rice viajó en varias oportunidades a Medio Oriente. ¿Se supone que esto fue una decisión de Estados Unidos?
JR - Por supuesto. Si uno ve los aspectos técnicos del proceso, la fuerza armada israelí depende enormemente de apoyos logísticos que pueda proveerle Estados Unidos, sin eso no hay una capacidad para desarrollar el tipo de complejas operaciones que lleva adelante su fuerza aérea o aun su artillería constantemente. Es un escenario en el cual no sólo juega la política local sino que juegan todas las grandes potencias, de ahí el peso de Estados Unidos y de todos los europeos, especialmente de Francia, cuya población tiene un 15% de musulmanes viviendo en su territorio.
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Edición: Mauricio Erramuspe