Internacionales

La sucesión de Tony Blair

El primer ministro Tony Blair comenzó ayer su despedida como líder del Laborismo. Tras nueve años de gestión, se comienza a definir quién será su sucesor en una contienda interna que puede deparar sorpresas. Comentario de la periodista Elisa Lieber.

(Emitido a las 8.00)

JOSÉ IRAZÁBAL:
Después de nueve años en el poder, Tony Blair comenzó a despedirse como primer ministro. Ayer, dio su último discurso como líder ante el Congreso del Partido Laborista.

ANDRÉS GIL:
Blair dijo que aunque en política siempre hay un nuevo reto, uno no puede ser eterno. Y, por eso, lo correcto es que ese sea su último congreso como líder. Es duro tener que marcharse, pero es lo correcto para el país y para el partido, afirmó Blair, ante la mirada atenta de Gordon Brown, su sucesor natural.

JI - Las preguntas son muchas. ¿Por qué Blair hace este anuncio a tan sólo un año de haberse realizado elecciones generales? ¿Gordon Brown será el próximo premier británico? En suma, ¿cuál es el destino político de Gran Bretaña?

AG - En los próximos minutos les proponemos conversar con Elisa Lieber sobre la sucesión política en este país europeo.

***

JI – Elisa, ayer las cadenas de televisión transmitieron este último discurso de Blair, un discurso que a primera vista pareció muy emotivo.

EL – Sí, es verdad. Por un lado porque la familia de Blair, sus hijos y su esposa estaban en la primera fila y se mostraron realmente muy emocionados. Y, segundo, porque el público presente en el auditorio de Manchester no paró de aplaudir. Quizá suene trillado pero coincido contigo en que fue un discurso político especialmente conmovedor.

Pasando al discurso en sí mismo. Se centró en la sucesión política, aunque como era de esperarse Blair también aprovechó la oportunidad para ennumerar los logros de su gobierno. Algunos ejemplos que dio fue la ampliación de los derechos civiles, con la aprobación de la unión entre homosexuales, las reformas estructurales en el Reino Unido como la descentralización de poder a Escocia, Gales e Irlanda del Norte.

AG – Seguramente la lista sea muy extensa. Estamos hablando de un primer ministro con nueve años de gobierno y con muchos logros en su haber. La pregunta que surge es por qué si Blair consiguió una tercera victoria histórica en las elecciones de 2005, ahora se está hablando de su sucesión.

EL – Por dos cuestiones principales. Una a nivel de política interna del Partido Laborista y otra referente al apoyo de la población, aunque ambas obviamente están relacionadas.

Empecemos por el apoyo de la población. Como tu decías recién, el Partido Laborista ganó las elecciones generales el año pasado aunque el respaldo fue mucho menor que en los comicios anteriores. Y ahora, según las últimas encuestas, el Partido Conservador está a la delantera en cuanto a adhesiones.

AG - ¿Y hay alguna explicación sobre la disminución del apoyo popular?

EL – En realidad, la oposición a Blair obedece a muchos motivos. Tras nueve años en el poder hay un gran desgaste. Pero además está la irritación del ala sindical por las reformas privatizadoras, el descrédito debido a los numerosos escándalos que involucraron a varios miembros del gobierno de Blair –el año pasado fue una sucesión de renuncias por temas que iban desde escándalos sexuales a abusos de poder- y, por sobre todo, las protestas de la izquierda pacifista por la guerra en Irak y el alineamiento casi automático con el gobierno de del presidente estadounidense George W. Bush.

En los tres casos estamos hablando de descontento dentro del propio electorado del Partido Laborista.
 
Y, justamente, esta falta de apoyo de la población es lo que llevó a otros integrantes del gobierno de Blair a pedir su renuncia. Y ahí pasamos al segundo tema, a las rispideces internas dentro del Partido Laborista. 

JI – Recordemos que hace dos semanas Blair poco menos que fue obligado a anunciar su retiro.

EL – Un retiro que seguramente se producirá a mediados del año próximo aunque todavía no está confirmado la fecha.

La cuestión es que ante la falta de apoyo a Blair, varios miembros de su partido comenzaron a pedirle que anuncie una fecha de retiro. Como no lo hacía, hace dos semanas estalló una crisis interna que llevó a la renuncia de ocho funcionarios del gobierno, entre ellos un secretario de Estado.

Con esta presión sobre los hombros, Blair se vio obligado a anunciar que la de ayer sería su última conferencia como líder del Partido.
Ahora bien, y acá se empieza a complicar la cuestión, ¿quién habría orquestado el plan para la renuncia de Blair?  Gordon Brown, el actual ministro de Hacienda y su posible sucesor.

JI - ¿A ver cómo es esto?

EL – Esta es una historia de larga data y de intrigas digamos que típicamente británicas. Se estima que en 1994, después de la muerte del líder laborista John Smith, Brown se perfilaba como su sucesor natural. Pero Blair, una figura más juvenil –aunque sólo tiene dos años menos que Gordon- comenzó a cobrar fuerza. La leyenda cuenta que hubo un trato y Blair se aseguró el número de 10 de Downing Street, la residencia del premier, y Brown el número 11, la residencia oficial del ministro del Tesoro.

La segunda parte del acuerdo era que Blair debía abandonar su cargo durante su segundo mandato y respaldar la candidatura de Gordon.
Como pudimos ver, Blair no sólo no renunció sino que también ganó un tercer período.

Ahora, finalmente, parece que a Brown se le acabó la paciencia y animado por la falta de apoyo de la población y del Partido Laborista, obligó o –por decirlo de una forma más directa- "apretó" a Blair para que diera una fecha de renuncia y así evitar un escándalo público.

AG – Y la estrategia surtió efecto...

EL – Sí, aunque los analistas políticos británicos dicen que de aquí a mayo del año próximo, cuando probablemente se defina al sucesor de Blair, podría surgir un contendiente interno a Brown.

AG - ¿Y cómo está situado Brown dentro del Partido Laborista?

EL – Por ahora es el favorito del Partido Laborista para derrotar al candidato del Partido Conservador, David Cameron. Pero claro las elecciones generales recién se harían en 2009. Recordemos que el período máximo entre elecciones en Gran Bretaña es de cinco años y que el primer ministro es quien puede tomar la decisión de llamar a comicios antes.

Hasta ese momento, hasta nuevas elecciones, según el sistema político británico, el primer ministro será el líder de la bancada mayoritaria en el Parlamento, o sea del laborismo. El favorito es Brown, pero ya han surgido rivales.

Algunos nombres, sólo por mencionarlos: el izquierdista John McDonnell; John Reid, actual hombre fuerte del gabinete; Alan Johnson, figura ascendente del "blairismo"; Charles Clarke, ex ministro distanciado de Blair y Brown; y David Miliband, un joven que los medios califican como "ambicioso" y que aspira a ser líder tras la era Brown.

Ya veremos cómo termina esta historia.