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Brasil: en los descuentos, Alckmin forzó una segunda vuelta

En Brasil habrá segunda vuelta. Lula no consiguió ganar este domingo y quedó a 1,4% de la mitad más uno de los votos que necesitaba. El candidato del PSDB, Geraldo Alckmin, obtuvo un sorprendente 41,64%. El politólogo Hugo Borsani, corresponsal en Rio de Janeiro, explicó el escenario de cara al balotaje.

(Emitido a las 7.36)

EMILIANO COTELO:
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el candidato del Partido Socialdemócrata (PSD), Geraldo Alckmin, deberán enfrentarse nuevamente el 29 de octubre.

Cuando se lleva escrutado el 99,9% de los votos Lula obtiene 48,61% de los sufragios, Alckmin llega al 41,64%, Heloísa Helena, del Partido Socialismo y Libertad (PSOL), está en el 6,85% y Cristovam Buarque, del Partido Democrático de los Trabajadores (PDT), 2,64%.

Si damos una mirada rápida a los resultados de ayer, la primera conclusión que puede sacarse es que Alckmins fue la gran sorpresa de la jornada. En las encuestas previas a las elecciones Lula contaba con una intención de voto en torno a 50% y Alckmin de alrededor de 35%, por lo tanto había probabilidades altas de que el presidente fuera reelecto en la primera vuelta.

Los principales diarios brasileños hoy titulan con lo que es noticia, la gran novedad, el hecho de que habrá segunda vuelta. Por ejemplo, "Decisión en segunda vuelta" dice en su portada el diario O Estado de São Paulo; título muy similar al de O Globo, que afirma que la decisión pasa a una segunda vuelta; el rotativo Zero Hora titula simplemente "Lula-Alckmin" y luego se dedica a la elección de los gobernadores, el caso concreto de Río Grande del Sur, donde es editado; en tanto Folha de São Paulo ya habla del día después y titula "Lula ve riesgo de derrota y pretende redefinir la campaña".

¿Cómo se explica este golpe sufrido por Lula? ¿Qué cabe esperar en este mes de campaña que ahora se abre? Vamos a conversarlo con nuestro corresponsal en Brasil, el politólogo uruguayo Hugo Borsani.

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Hugo, cerca de 126 millones de brasileños acudieron a las urnas este domingo en unos comicios que se desarrollaron con total normalidad. ¿Cuál es tu primera impresión?

HUGO BORSANI:
Si bien el resultado de un segundo turno estaba dentro de las posibilidades de las encuestas, sobre todo de las últimas divulgadas el sábado –encuestas que no tuvimos oportunidad de compartir con ustedes, que daban 50% para Lula y 50% para sus opositores, estalló como un balde de agua fría sobre el gobierno y sorprendió en especial el buen desempeño de Alckmin superando todas las previsiones.

Todo indica que la crítica persistente de la oposición en el caso del intento de compra de un dossier contra el candidato a gobernador de San Pablo, José Serra, más la ausencia del presidente Lula en el debate del jueves en Globo fueron decisivos para privar al presidente a una reelección en la primera vuelta que era prácticamente segura dos semanas atrás. La no participación de Lula en el debate fue el elemento más decisivo porque fue después de ese hecho que las encuestas registraron la caída más acentuada de preferencias por el presidente. Lula ya adelantó que en la segunda vuelta participará en todos los debates con Alckmin.

EC – Por su lado, ¿qué mérito mostró Alckmins en los últimos días para alcanzar este repunte? ¿Subió sólo por problemas de la campaña de Lula o hizo él mismo por esta mejora?

HB – Sin duda Alckmin trabajó mucho. Por ejemplo, visitó 139 municipios, cuando el presidente visitó sólo 39; se esforzó muchísimo, tuvo un buen desempeño en el debate y consiguió trasmitir una imagen de credibilidad y sacarle al presidente los votos menos firmes, menos seguros. Debido a que dos semanas atrás este esquema no era previsible, es evidente que sin el caso del dossier y la no participación de Lula en el debate difícilmente se habría dado.

EC - ¿Lula ya hizo algún pronunciamiento público sobre los resultados? Te lo pregunto porque Alckmin, que en términos relativos fue el ganador ayer, se mostró satisfecho con su desempeño, dijo: "Es una enorme manifestación de confianza y voy al segundo turno con grandes posibilidades de ganar la elección".

HB – El presidente Lula no apareció en público, simplemente comunicó por medio de asesores que para él no había sido una derrota y que recibía con satisfacción el primer lugar. Se sabe que convocó una reunión urgente hoy de mañana con el equipo de ministros ligados con el área política y de tarde con su equipo de campaña electoral, pero no hubo manifestación pública del presidente.

EC – Y más allá de esta manifestación de confianza de Alckmin con respecto a sus posibilidades en la segunda vuelta, ¿qué dices tú y qué dicen los analistas brasileños? ¿Qué chances tiene de pasar por arriba de Lula el 29 de octubre? ¿Es algo realista?

HB – Matemáticamente es más difícil para Alckmin ya que Lula precisa sólo 1,4 punto porcentual y algunos de los votos de Heloísa Helena van a ir a él aunque algunos se abstengan, muy pocos irían hacia Alckmin, al menos no en forma significativa. El electorado de Heloísa Helena es mucho más ideológico, por lo tanto lo más previsible es su abstención o que vote a Lula.

Pero como la segunda vuelta fue conseguida como quien dice en los descuentos, con un Alckmin creciendo mucho en los últimos días, llega como el vencedor, el triunfador, con mucho ímpetu, y el presidente llega con una campaña muy desgastada, teniendo que asumir y solucionar el problema del dossier, rever las estrategias de campaña, todo muy sobre la marcha. Es como que todo empieza de nuevo, es más difícil para Alckmin pero en este momento no hay quién diga que las previsiones para la segunda vuelta que se daban antes de esta elección del domingo se vayan a verificar.

EC – Estoy recordando el antecedente del año 2002, el triunfo de Lula. En aquella ocasión Lula no ganó en primera vuelta, tuvo que pasar a la segunda. Había obtenido en la primera 46% frente a José Serra, pero llegada la segunda instancia saltó a 61% y su rival quedó en 39%. ¿En qué medida aquel antecedente tiene algún valor hoy?

HB – Es muy difícil tomarlo como referencia para equiparar. Serra, el candidato del PSDB en aquella oportunidad tuvo 23%, partía de un punto mucho más bajo que Alckmin que está casi en 42%. Y la situación es completamente diferente en el sentido de que el PT llegó como la esperanza de la renovación total del cuadro político, era una experiencia nueva, y durante estos cuatro años ya gobernó, tiene sus aspectos positivos pero también esa carga, esa marca, por lo menos esa fuerte vinculación con escándalos frecuentes de corrupción que sin duda han desgastado mucho esa imagen de partido diferente y por lo tanto estamos en dos situaciones completamente diferentes.

EC – Lula ha convocado para hoy dos reuniones, la primera con los ministros que componen la coordinación del gobierno, la segunda con el comando general de la campaña. Según leía en Folha de São Paulo, bajo el impacto de la noticia de que habrá segunda vuelta, el presidente reveló su deseo de alterar el rumbo de su campaña. Mostró su sorpresa ante el porcentaje de votos obtenido por Alckmin, lo que implica que el empresario se tornó "en una amenaza concreta para sus planes de reelección". ¿Qué cabe esperar entonces de la campaña que empieza hoy? ¿Qué nuevo giro puede darle Lula a su estrategia?

HB – Todos los asesores de los candidatos manifestaron ayer que en esta segunda vuelta van a centrar los debates en las propuestas de gobierno, pero saben que será imposible dejar de lado las preguntas sin respuestas del caso del dossier y en realidad todo el mundo espera una cabaña mucho más agresiva que la de este tramo final y muy centrada en el aspecto de la corrupción. La oposición difícilmente va a dejar pasar eso, Alckmin ya lo dio a entender ayer cuando en dos oportunidades repitió algo que parece una especie de slogan informal: "la ética vencerá a la corrupción". El tema va a estar muy presente, si bien Lula va a hacer mucho énfasis en lo que hizo, en sus obras, debe salir a recorrer mucho más el país –recorrió poco en comparación con Alckmin– y está dispuesto a participar en todos los debates, en muchas más entrevistas, a mostrarse más.

EC - Y en cuanto al tipo de polémica, el tipo de enfrentamiento, ¿iremos a un intercambio más feroz, más crudo que el que se vio hasta ahora?

HB - Todos prevemos que eso va a pasar, porque fue justamente con más agresividad en los últimos tramos que Alckmin consiguió mover el cuadro inamovible en que estaba el presidente, poner un poco de nerviosismo en la campaña de Lula y en el propio Lula –eso fue evidente–, entonces la previsión es que por más que se diga que se quiere un juego limpio y hacer énfasis sólo en las propuestas, difícilmente se salga de un ambiente con mucha tensión, con mucha agresividad.

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EC – Además de elegir presidente, los brasileños votaban ayer el total de los diputados federales, que son 513, 27 senadores –renovaban un tercio de la Cámara Alta–, los gobernadores de 27 estados del país y los miembros de las cámaras legislativas regionales.

¿Qué datos hay sobre la elección parlamentaria? ¿Qué consecuencias se pueden sacar?

HB – Un pequeño dato más sobre la elección de presidente. Lula ganó en 16 estados en tanto Alckmin ganó en 11, y si comparamos esto con la elección de 2002 es una diferencia significativa, ya que en aquella oportunidad Lula había ganado en 23 estados y el candidato del PSDB sólo en uno.

Con respecto a los resultados parlamentarios todavía no tenemos datos exactos de cómo quedarán compuestos la Cámara de Diputados y el Senado. Algunos datos muy preliminares indican que el Partido de los Trabajadores (PT) continuará siendo una de las dos principales bancadas junto con el tradicional PMDB, pero aún no sabemos si mantiene o disminuye la cantidad de representantes. El PSDB debe aumentar –tampoco tenemos datos definitivos– su bancada.

EC - ¿Y qué pasa en el plano de los gobernadores? Allí sí hubo novedades importantes, como es el caso de San Pablo.

HB – Hubo sorpresas, el PT ganó en cuatro estados y va a disputar la elección en otros dos, y el PSDB ganó también en cuatro estados y va a disputar tres. La diferencia principal es que el PSDB ganó, al igual que en 2002, en los dos principales colegios electorales, San Pablo y Minas Gerais. En San Pablo José Serra ganó con 58% de los votos, bastante por encima de lo que preveían las encuestas, que si bien daban la posibilidad de que ganara en la primera vuelta le daban como máximo 51% o 52%. Serra ganó con 58%, obtuvo más de 12 millones de votos. En Minas Gerais el candidato del PSDB fue reelecto con nada menos que 77% de los votos válidos.

El estado más importante de los que ganó el PT fue Bahía, el cuarto colegio electoral, que fue seguramente la mayor sorpresa en estas elecciones y también el mayor error de las encuestas de opinión, que daban como vencedor en primera vuelta al actual gobernador, del conservador PFL, Paulo Souto. El resultado se definió en primera vuelta pero a favor del otro candidato, el del PT, el ex ministro Jacques Wagner.

Otra sorpresa se dio en Río Grande del Sur, donde no se esperaba que la candidata del PSDB, Yeda Crusius, quedara en primer lugar. Tendrá que definir en la segunda vuelta con el ex gobernador Olivio Dutra, del PT, quedando fuera de la batalla electoral el actual gobernador, Germano Rigotto, que las encuestas daban como primero.

EC - ¿Alguna otra consideración? ¿Qué cabe esperar ahora?

HB – Una campaña disputadísima y una elección disputadísima. Se espera que el resultado sea muy cabeza a cabeza y por lo tanto no se puede prever el resultado final, algo que no estaba previsto poco tiempo atrás. Y si bien matemáticamente es más difícil para Alckmin, para Lula va a ser más difícil moverse ahora de cara a la elección.

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Edición: Mauricio Erramuspe